La Gobernanza Global es un concepto de Relaciones Internacionales que en los últimos 20 años ha ganado un espacio notable en la política mundial y la academia.
Este concepto puede definirse como el sistema de instituciones, reglas, normas y procedimientos que permiten la cooperación internacional en cuestiones que trascienden las fronteras nacionales, tales como el desarrollo económico, el comercio, la paz y la seguridad, la adaptación al cambio climático o el cumplimiento de las metas sociales y ambientales que las Naciones Unidas ha planteado en la agenda 2030.
Hoy en día, el tablero internacional enfrenta una importante reconfiguración. China y otras economías emergentes han forjado relaciones económicas profundas y sólidas con sus vecinos y con el mundo en desarrollo.
En este contexto se inserta el grupo de países llamado BRICS, originalmente integrado por Brasil, China, Rusia, India y Sudáfrica, quienes la semana pasada se reunieron a 750 kilómetros al este de Moscú, en la ciudad tártara de Kazán.
Del 22 al 24 de octubre se celebró la decimosexta cumbre de los BRICS+, a la que asistieron representantes y jefes de Estado de una treintena de países. Además de los miembros fundadores, asistieron Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes y Arabia Saudí, quienes fueron incorporados al movimiento en enero de 2024.
En conjunto, estos diez países representan una cuarta parte del PIB mundial, dos quintas partes del comercio mundial de bienes y casi la mitad de la población mundial. Además representan el 54% de la producción mundial de petróleo (el 41% de las reservas mundiales probadas), más del 53% de las reservas mundiales de gas natural y del 40% de las reservas de carbón.
Los BRICS+ representan, en valor, un tercio de la producción agrícola mundial que les confiere una influencia geopolítica esencial para contribuir a la ayuda alimentaria mundial. Si añadimos a los 13 nuevos estados miembros asociados que se incorporaron durante esta última cumbre, entre ellos mercados emergentes dinámicos como Tailandia, Vietnam y Bangladesh, la cuota del grupo asciende a un tercio del PIB mundial.
El bloque ha decido transitar a la construcción de instituciones con importantes implicaciones para el comercio energético, las finanzas internacionales, las cadenas de suministro y la investigación tecnológica. Un claro ejemplo de ello es el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD por sus siglas en inglés) con sede en Shanghai, actualmente presidido por Dilma Roussef, expresidenta de Brasil. Los principales objetivos del NDB son fomentar el desarrollo de los países miembros, apoyar el crecimiento económico, promover la competitividad y facilitar la creación de empleo, así como construir una plataforma de intercambio de conocimientos entre los países en desarrollo.
Una segunda institución creada por la alianza es el Fondo de Reservas (CRA por sus siglas en inglés) como mecanismo preventivo y de apoyo a la liquidez de balanza de pagos que constituye un aporte para enfrentar la volatilidad y promover la estabilidad financiera.
Los desafíos no están ausentes, el aumento del número de miembros también conlleva nuevos retos, como las divisiones y rivalidades dentro del bloque. Los expertos afirman que la forma en que los miembros de la asociación estratégica sorteen estas tensiones determinará si el grupo puede convertirse en una voz más unificada en la escena mundial.
A medida que más mercados emergentes se unan a las naciones BRICS+, la agrupación podría dar al Sur Global una mayor voz en los asuntos mundiales y contribuir en la construcción de una nueva gobernanza mundial.
Especialista en temas asiáticos