“Me quedé con Fakhri y empecé a interrogarlo. Le agarré la garganta con una mano y empecé a ahogarlo, y con la otra mano le di un puñetazo en el estómago, entonces de repente tuvo un ataque al corazón y murió”. Estas palabras, pronunciadas fríamente por Yahya Sinwar durante un interrogatorio en 1989, describen el asesinato de Fathi Issa, un palestino sospechoso de colaborar con Israel.
Esta anécdota escalofriante ilustra la brutalidad del hombre que, décadas después, se convertiría en el líder de Hamas. Considerado uno de los artífices detrás del sangriento ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, Sinwar ascendió a la cúspide de la organización terrorista en agosto de 2024, tras el asesinato de Ismail Haniyeh en una operación israelí en Teherán el 31 de Julio. Más de un año después de ese fatídico día que dejó más de mil 200 israelíes muertos y cientos de rehenes, Israel ha confirmado la muerte de Sinwar en una operación militar en Gaza, marcando un giro dramático en este devastador conflicto.
Su eliminación que es vista por muchos como un acto de justicia, podría abrir nuevas vías para negociar el cese de hostilidades y la liberación de los rehenes que aún permanecen cautivos en Gaza. Pero al mismo tiempo representa un nuevo capítulo de incertidumbre porque su ausencia crea un vacío de poder en Hamas que podría desencadenar luchas internas por control de organización.
Entre los posibles sucesores se encuentran Mohammed Sinwar, hermano de Yahya Sinwar y uno de los comandantes más veteranos del brazo armado de Hamas. Otro candidato potencial es Khalil al-Hayya, miembro del Buró Político de Hamas y uno de los principales negociadores del grupo en Doha. También se menciona a Khaled Mashal, un antiguo alto funcionario de Hamas, como posible opción para el liderazgo. Mashal, que no ha vivido en los territorios palestinos desde los 11 años y divide su tiempo entre Doha y El Cairo, podría ser más susceptible a la presión externa que Sinwar, lo que potencialmente abriría una vía para las negociaciones. Sin embargo, su influencia en Gaza, donde no tiene control sobre los combatientes, es incierta.
La sucesión presenta desafíos significativos. Ninguno de los candidatos parece tener la misma influencia o experiencia que Sinwar en ambas alas de Hamas, la política y la militar. Esta falta de un liderazgo unificado podría complicar las negociaciones futuras y potencialmente poner en mayor riesgo a los rehenes israelíes.
Además, el nuevo liderazgo podría adoptar una postura más radical o, por el contrario, más abierta a negociaciones. Esto tendría implicaciones no sólo para el conflicto con Israel, sino también para las relaciones de Hamas con actores regionales como Irán y los países árabes.
Desde el punto de vista de el gobierno de Netanyahu, se podría ver la eliminación de Sinwar como una oportunidad para declarar victoria y concluir la operación militar en Gaza, aunque Bibi ha reiterado su determinación de continuar hasta lograr la liberación de todos los rehenes y el desmantelamiento total de Hamas.
La muerte de Sinwar, sin embargo, podría desencadenar un caos peligroso. Ante un liderazgo débil, podríamos presenciar una reacción virulenta por parte del brazo armado de Hamas, lanzando ataques más feroces contra Israel o poniendo en peligro la vida de los rehenes.
Paradójicamente, la eliminación de Sinwar podría tener un efecto positivo inesperado en Gaza, pues su liderazgo extremista y perjudicial para los propios palestinos podría abrir la puerta a un liderazgo más moderado o pragmático, potencialmente mejorando las perspectivas de Gaza a largo plazo.
La muerte de Sinwar marca un momento decisivo, pero el desenlace de esta guerra aún está por definirse. Las próximas semanas serán fundamentales para determinar si este acontecimiento conduce hacia la paz o desencadena nuevas oleadas de violencia.
Analista internacional.
X: solange_
