Las revueltas y la agitación continúan en Sri Lanka unos días después de que los manifestantes tomaran el palacio presidencial y forzaran la salida del presidente Gotabaya Rajapaksa. Hace algunas horas, los mismos manifestantes tomaban también la casa del Primer Ministro, quien había sido designado como Presidente interino.

Con una inflación por encima del 50%, cortes diarios de energía, escasez de combustible, alimentos y medicamentos Sri Lanka es hoy un fantasma de la que fuera alguna vez fue una nación con grandes esperanzas de prosperidad económica. El levantamiento actual obedece sobre todo a la grave crisis económica que vive el país, en parte motivada por malas decisiones internas pero también ocasionada por factores económicos externos.

Luego de la caída del turismo derivada de los cierres por la pandemia, la situación se deterioró en 2019. Sumado a eso, el gobierno decidió reducir impuestos y al mismo tiempo imponer una restrictiva política de agricultura orgánica que prohibía la importación de agroquímicos y proponía el uso de fertilizantes orgánicos que nunca llegaron dejando a los agricultores totalmente desamparados y al país, antes exportador de arroz, forzado a importar para cubrir las necesidades internas.

Por su parte, la guerra en Ucrania ha traído consigo el incremento en el precio de combustibles y alimentos. Conforme la guerra avanzaba, el combustible en la isla se hacía cada vez más escaso lo mismo que los alimentos. Probablemente, sin el factor de la guerra en Ucrania, Sri Lanka estaría quizá ahora también enfrentando una crisis económica, sin embargo, la guerra ha hecho que la situación en el país asiático sea aún peor.

El incremento en el precio de los alimentos, fue uno de los factores cruciales que condujeron en 2010/2011, a las “primaveras árabes”. Si bien en aquellos años la crisis alimentaria fue motivada por eventos climáticos extremos y el resultado de los levantamientos tuvo efectos divergentes en los distintos países, no puede dejase de lado que es un factor que contribuye a incrementar el malestar social.

Hoy las calles de Colombo, antes llenas de tráfico, lucen vacías. En Sri Lanka las escuelas están cerradas para ahorrar gasolina, los negocios y empresas recortan personal y la gente hace filas interminables para conseguir algo de alimento o bien un pasaporte que les permita abandonar el país.

Twitter: @solange_
 

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