España
ha entrado en una nueva etapa de confinamiento . El aumento de contagios ha obligado al gobierno de Pedro Sánchez ha declarar estado de emergencia y con ello dar nuevamente un paso hacia el cierre de negocios tan temido por muchos.
Ayer Emmanuel Macron en Francia declaraba el estado de emergencia con toques de queda de 9pm a 6am en Paris y ocho ciudades más por las próximas cuatro semanas en un intento por contener la escalada de contagios que pudieran poner de nuevo, al sistema de salud contra las cuerdas. La declaración llegó luego de que el Ministro de Salud anunciara 22,950 nuevos casos de coronavirus con el 32% de ocupación de camas de cuidado intensivo. Con todo, el Presidente francés no anunció una nueva cuarentena considerando que sería una respuesta desproporcionada.
En Italia las cosas caminan en la misma dirección con el anuncio de 7,332 nuevos casos que rompió el récord de marzo de 6,557 pero con la anticipación de que en noviembre la cifra podría alcanzar los 16,000 casos. La preocupación en Italia es que, de llegar a números similares a los de Francia, el sistema de salud colapsaría en no más de dos meses.
Alemania por su parte ha establecido, por su parte una nueva regla, se impondrá un toque de queda a partir de las 11pm a bares y restaurantes en aquellas ciudades que excedan 50 contagios por cada 100,000 habitantes por día. La medida ya se aplica en Berlin.
Incluso países que habían tenido una primera ola más “leve” están resintiendo esta segunda ola con un numero mucho más alto de contagios. Es el caso de Canadá y los Países Bajos, que en la última semana presentaron cifras récord por encima de lo que vivieron en marzo. El gobierno de los Países Bajos han impuesto una cuarentena parcial y ha ordenado el cierre de bares, cafés y restaurantes para reducir los contagios que en las últimas dos semanas sumaron 68,000. Canadá anunció el cierre de gimnasios y salas de cine, así como restaurantes y bares que no tengan terraza o patio por 28 días más.
Prácticamente desde que iniciaron las cuarentenas en marzo pasado, era reconocido que, una vez superado el verano, con los meses de frío llegaría una segunda ola. El problema al parecer, es que en muchos de los países que lograron mantener un buen control en los primeros meses, están presentando más problemas para mantenerlo en esta etapa.
A sabiendas de que una nueva cuarentena como la vivida en los últimos meses es insostenible, los responsables de los gobiernos se debaten tratando de diseñar medidas que permitan mantener un control en los contagios sin colapsar la economía. El uso generalizado de cubrebocas; la promoción activa de medidas de lavado de manos y sanitización; los toques de queda de Francia o Alemania junto con los cierres focalizados de negocios como bares, restaurantes o gimnasios donde se ha identificado mayor riesgo de contagios pueden servir para evitar el caótico escenario de un nuevo cierre total. Queda por ver por cuánto tiempo pueden sobrevivir esos negocios y qué tanto apoyo gubernamental requerirán para mantenerse a flote.
En los países como México donde las medidas son cada vez más laxas y donde el uso de cubrebocas es opcional porque el propio gobierno lo considera innecesario, los resultados pueden ser aún más catastróficos cuando comience el frío y la influenza.