Aún eran los años de la Guerra Fría cuando la entonces Unión Soviética invadió Afganistán. Era septiembre de 1979 cuando Hafizullah Amin derrocó all entonces presidente Afgano Mohammed Taraki . No había pasado un mes siquiera de la visita en Moscú de Taraki a Leonid Brézhnev, líder de la URSS. Al tomar el poder, Amin aseguró en un mensaje radial, que mantendría la relación fraterna con los países comunistas.

Taraki fue asesinado y ya para octubre de 1979, Amin convocaba a la sede del gobierno a Archer K. Blood, diplomático estadounidense que luego relataría en un cable a Washington, el posible interés de Amin por mejorar las relaciones de Afganistán con Estados Unidos.

Ambos sucesos, sumados al temor de la entonces Unión Soviética por estar perdiendo influencia en la región, empujaron a Brézhnev a invadir el país en diciembre. Amin murió asesinado por las tropas soviéticas el 27 de diciembre.

En enero de 1980 la Asamblea General de Naciones Unidas reunida en sesión de emergencia, aprobaba, con 104 votos a favor y 18 en contra, una resolución exigiendo la salida de tropas soviéticas de Afganistán. La sesión de emergencia fue convocada luego de que la Unión Soviética vetara una resolución del Consejo de Seguridad demandando su salida de Afganistán.

El mecanismo, mejor conocido como Unidos por la Paz (Uniting for Peace) había sido invocado 11 veces desde su creación en 1951. La número doce se dio ayer, cuando a Asamblea General aprobó con 141 votos a favor, 5 en contra y 35 abstenciones, una resolución condenando a invasión rusa a Ucrania y demandando la salida de sus tropas.

La extraordinaria votación deja varios mensajes importantes. El primero es que la mayor parte del mundo está en contra de la invasión rusa. Los Estados que votaron a favor representan alrededor del setenta y cinco por ciento del total de miembros de la ONU.

El segundo es la claridad con la que Rusia se ha quedado sola en el escenario internacional. Únicamente logró que cuatro Estados votaran con ellos Bielorusia , Corea del Norte, Eritrea, Rusia y Siria. Ni siquiera tuvo el apoyo países que históricamente han votado a su lado y que incluso tienen una fuerte dependencia económica de muchos años como Cuba.

Por supuesto hubo países que se abstuvieron de votar. Es el caso de China, cuya abstención si bien era esperada no deja de mandar un mensaje de cierto apoyo a Putin y su campaña en Ucrania.

El tercero es que por América Latina, Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua se abstuvieron. Venezuela no pudo votar pues tienen suspendidos sus derechos porque adeuda casi 40 millones de dólares en cuotas al organismo. Si bien México votó a favor, es de destacar que en los hechos se une al grupo de países que se han rehusado a imponer sanciones económicas a Rusia.

¿Qué repercusiones tiene esta resolución? En los hechos, prácticamente nada. La Asamblea General no puede imponer sanciones y difícilmente el entorno militar y la estrategia rusa va a cambiar debido a esto. Sin embargo, su importancia radica en darnos una idea de la posición política en la que se encuentra Rusia y con cuántos amigos cuenta. También ayuda a dar legitimidad a las sanciones económicas contra Rusia y al aprovisionamiento de equipo militar para Ucrania.

Lamentablemente el antecedente no es muy alentador. Luego de la invasión a Afganistán, los soviéticos permanecieron allí una década más y hoy Afganistán no ha parado de ser un polvorín.

Twitter: @solange_

Google News

TEMAS RELACIONADOS