Una y otra vez se ha dicho que el Gobierno desea revalorizar a los docentes . No se esperaba menos, puesto que fue un medular discurso de campaña. El problema es que el exceso de palabras no indica que sí se logre la revalorización que los maestros y la sociedad necesitan.
El jueves pasado se publicó en la Gaceta Parlamentaria la iniciativa que expide la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros , sustituyendo a la Ley del Servicio Profesional Docente. La quisieron renovar con un nombre más largo, pero sobre todo, más persuasivo emocionalmente.
Su persuasión emotiva también es evidente en la Exposición de Motivos, donde se señala al magisterio como “Agente de transformación social”, y se explica que la revalorización implica “Fomentar el respeto al docente por parte de toda la sociedad”; “Garantizar su formación, capacitación y actualización”; “Otorgar un salario profesional digno”, etc.
En los hechos reales, el incremento salarial prometido no ocurrió en los términos que se esperaba; y la formación y actualización impartida en los cursos previos al arranque del ciclo escolar, fue muy limitada, dado que nuevamente protagonizaron los documentos y reflexiones ajenos a las necesidades reales de la práctica docente.
Y no sólo eso: ahora se tiene la noticia de nuevos planes de estudio para los próximos ciclos escolares, por lo que la actualización docente que todavía no se completa con los planes actuales, se tornará en un reto mucho más pesado. Pero, atraídos por el cortoplacismo, a los Gobiernos les fascina renovar planes de estudio para que no haya duda de que han dejado huella en su sexenio.
Los maestros y la sociedad requieren profesionalización: un trato digno derivado de sus inalienables derechos, y de la preparación necesaria para ejercer bien su trabajo. Las palabras no bastan, y los nombres y términos complacientes no mejoran los resultados educativos.
Maestra de primaria en escuela pública. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO).