Hoy referiré algunos de los principales acontecimientos en materia Educativa de la semana pasada. Con ciertos comentarios propios, espero el debate y mejor conclusión de ustedes, los lectores.

El viernes la SEP publicó el protocolo de “Regreso a Clases en la Nueva Normalidad” . Entre lo más significativo, vale la pena conocer el calendario de regreso a clases. Para Educación Básica, se anunció que habrá un receso magisterial del 22 de junio al 17 de julio. Posteriormente, vendrán dos semanas de capacitación para el profesorado, y tres semanas de “curso remedial” en forma presencial para los alumnos. El ciclo escolar 2020-2021 comenzará el 31 de agosto. Para la Educación Media Superior y Superior las clases comenzarán el 21 de septiembre.

Además de estrictas medidas sanitarias, se anunció que al detectar un solo caso positivo de Covid-19, todo el plantel escolar suspenderá labores.

En otro tema, levantó gran debate el llamado “PIN Parental” , referente a restringir la educación sexual y otros temas . Consiste en buscar que los padres de familia autoricen expresamente que sus hijos reciban cualquier materia o actividad relacionadas a la sexualidad, el feminismo o la diversidad LGTBI. Esto es un claro retroceso a la libertad de pensamiento y decisión responsable sobre el cuerpo, lo que implica –entre muchas otras cosas- que los jóvenes se expongan a enfermedades de Transmisión Sexual y embarazos no deseados.

Pero lamentablemente, en Aguascalientes se autorizó la medida este 25 de mayo, quedando plasmada en la Ley del Instituto de Educación. En Nuevo León y Querétaro también fue ampliamente contemplada, pero no aprobada… ¿En pleno siglo XXI, volver a esas mentalidades?

En lo que a Ciencia concierne, se aprobó un penoso recorte del 75% a la investigación pública , afectando al Conacyt y a centros de investigación como el CIDE. El Presidente lo defiende con su eterno argumento: “combate a la corrupción”, mezclado a una medida de austeridad en tiempos de crisis. Sin embargo, defiende a capa y espada proyectos educativos de campaña como las “Universidades para el Bienestar Benito Juárez García”, para las cuales se mantiene el presupuesto intacto. Pese a no ser tangibles en el corto plazo, ciertamente sufriremos las consecuencias del atraso científico. Como de hecho las sufrimos ya.

Sus aportaciones y comentarios las recibo con gusto.

Docente de primaria pública en Colima. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO). sofiglarios@hotmail.com

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