Este 2024 que vamos iniciando, el peso mexicano seguirá siendo un activo financiero interesante para inversionistas de todo el mundo porque se ha convertido en una divisa atractiva para diversificar riesgos, dada su interrelación con el dólar y la economía norteamericanas. Sin embargo, se vislumbra un año complicado para nuestra moneda, pues llegó, “el cobro del cheque” de todo lo que se ha gastado en las mega obras del sexenio, por lo que se espera que concluirá como una de las más endeudadas y por ende, pueda eventualmente impactarse el tipo de cambio que en los últimos años rondó los 17.00 pesos por dólar estadounidense, así como por el proceso electoral que tendrá verificativo en el mismo.

Pese a que la moneda mexicana cerró el año con una apreciación récord frente al dólar de los Estados Unidos de América de casi 13%, para puntuarse como una de las divisas emergentes con mejor desempeño, el fenómeno que actualmente llaman 'superpeso' y se atribuye, en gran parte, al buen manejo macroeconómico del gobierno actual, así como al fenómeno de relocalización de cadenas o ‘nearshoring’; durante este año que iniciamos eso podría cambiar.

Las proyecciones de inflación general para este ejercicio se mantuvieron sin cambios en 4% y para el componente subyacente aumentaron marginalmente a 4.1% desde 4.09%. Mientras que para 2025 las expectativas de inflación general y subyacente se ubicaron ambas alrededor del 3.71%.

Lo anterior, desafortunadamente seguirá afectando a muchas industrias y sectores de nuestro país, que dependen de sus ingresos en dólares norteamericanos y también reciben pagos en dicha unidad monetaria, teniendo así menor capacidad financiera. A su vez, la inflación y todos los efectos de este fenómeno de los últimos meses y años que ha reducido el poder adquisitivo de los mexicanos seguirán impactando a la divisa azteca.

Habrá que esperar a la nueva administración pública que llegue; y la seguramente nueva presidenta, quien decidirá las nuevas políticas macroeconómicas, para evaluar cómo se manejará el gran endeudamiento público y se buscará crecer nuestra Economía.

Por lo pronto, esperamos que el Ejecutivo Federal continúe respetando la autonomía del Banco de México como se ha hecho a lo largo del sexenio, y que todas las decisiones de su Junta de Gobierno sigan siendo técnicas, con base en el análisis macroeconómico de las circunstancias y de cómo se están comportando los otros bancos centrales del mundo.

En esta ocasión, el llamado también va a los actores políticos, al respeto puntual de la Constitución y todo el marco legal en materia electoral, para tener comicios tranquilos y seguros, y lo menos contaminados por el crimen organizado. De igual forma, que no se presenten muchas disputas relevantes derivados de los sufragios y procesos electorales, pues todo ello se traducirá en incertidumbre y nerviosismo para los inversionistas al no existir una estabilidad institucional y política en el país. Por lo cual, debemos buscar mantener la estabilidad económica de México y en el grado de inversión durante este retador año.

Experto en inversiones y asesoramiento de empresas en materia corporativa y regulatoria, Socio de Santamarina + Steta.

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