Siempre lo digo y lo seguiré diciendo, aunque parezca disco rayado: “El autogobierno en los penales nos confirma la ineficiencia y la corrupción de las autoridades”.
La semana pasada se dio una riña en el penal de La Pila en San Luis Potosí, donde dos personas de guardia civil perdieron la vida, así como una persona privada de la libertad (PPL); ni contar los lesionados. Predominó, una vez más, el desconocimiento de las autoridades por prevenir una tragedia como esta ante el nulo conocimiento de protocolos penitenciarios.
¿Cómo iba a entrar la guardia civil a controlar un suceso penitenciario si no están entrenados para ello?
Tras el intento de mover a una persona privada de la libertad con mucho poder y liderazgo criminal, las personas dentro de este reclusorio salieron a defender a los suyos. Nada que nos deba sorprender, ya que siempre que hay una riña o motín en un penal se aclara lo mismo y poco hacen los encargados. Incluso en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciario, publicado en 2022, resalta la ingobernabilidad que hay dentro de este reclusorio, así como en el de Kobén, en Campeche, que a las pocas horas del motín en San Luis, al intentar mover a varias PPL a un penal federal, desató una riña que dejó 26 personas lesionadas.
No voy siquiera a mencionar todas las recomendaciones que Hilda Téllez desde la CNDH ha hecho para recalcar la urgencia que existe en, no solo garantizar los derechos humanos, sino la gobernabilidad en los penales del país. Pareciera que no entienden las autoridades que gobernar algo que es su obligación (y técnicamente debe ser una obviedad) no solo salvaguarda la vida de personas, pero garantiza la estabilidad en materia de seguridad del Estado.
Es momento, diría más bien que es urgente, que quienes piensan gobernar este país entiendan que no podemos seguir invisibilizando el sistema penitenciario. Nuestras cárceles son ollas a punto de explotar que generan muchos de los delitos de alto impacto que vivimos y sufrimos día con día.
Los motines seguirán pasando, nuestros guardias seguirán perdiendo la vida, y la ausencia de reinserción será la absoluta utopía en México si seguimos así. Seguiremos siendo víctimas de la violencia y los delitos que tanto nos duelen, ya que muchos se seguirán orquestando desde el interior de los reclusorios.
Presidenta de Reinserta