Hace unos días, gracias a un vecino heroico y a los esfuerzos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, dos niñas de 6 y de 4 años, fueron rescatadas de ser abusadas sexualmente por Jesús Antonio Nieto Sánchez, bajo el consentimiento de su propia madre.

Las niñas hoy están salvaguardadas en la Agencia 59 y tanto la madre quien se encuentra en una etapa avanzada del embarazo, como Jesús, están privados de la libertad. En los videos que Jesús grababa, la madre salía autorizando las violaciones.

No me canso de decirlo: En México tenemos una deuda pendiente con todos los niños y las niñas que sufren violencia sexual y pareciera que predomina la indiferencia. El 74% de los menores, como en este caso, sufren violencia por parte de un familiar directo. Es momento de que abramos los ojos a la gran problemática que es entender que somos el país número uno a nivel mundial en consumo de pornografía infantil y el 2do país destino para la explotación sexual contra niñas, niños y adolescentes a nivel global. Estamos entre los top tres países de abuso sexual infantil a nivel mundial.

No es la primera vez que el señor Jesús Antonio está en reclusión y este es un caso donde se ve cómo claramente la reinserción para agresores sexuales no funciona. No podemos seguir reaccionando ante nuestros niños violados, tenemos que empezar a hablar de la prevención desde el lado del agresor también; si no lo hacemos seguiremos contando casos de detenciones como si esto significara casos de éxito.

Una de las grandes deudas que tenemos socialmente es la reclusión segregada de agresores sexuales. La reinserción social como está estipulada en el 18 constitucional no impacta en lo más mínimo en los agresores sexuales; si no pregúntenle a Jesús que ya estuvo en el 2000, 2003 y 2005 en la cárcel por abusar sexualmente de menores.

En el mundo la gran mayoría (70%) de los agresores sexuales son individuos que sienten culpa y con el cual se podría trabajar un proceso de reinserción de no reincidencia para salvar la vida de futuras agresiones. Es inaudito que este señor haya estado en prisión en el 2000, 2003 y 2005 por delitos relacionados de violencia sexual infantil y lo único que vemos es que cuando salen en libertad no solamente siguen violentando a niñas y niños, sino que también se le encontró almacenamiento de pornografía infantil en los diferentes dispositivos a los que tenía acceso; las agresiones se van aumentando y agravando.

Si bien debemos celebrar la acción puntual de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México por detener a estos sujetos y salvarles la vida, literalmente salvarles la vida a estas niñas, debemos entender que si no comenzamos a crear acciones que prevengan la violencia sexual en la infancia y no nada más reaccionen a niñas y niños ya violentados y violados nunca vamos a lograr erradicar el problema de raíz ni salvar vidas a tiempo.

Estamos llegando demasiado tarde. Deseo que mi hija viva en un México libre de violencia sexual y para ello tenemos que empezar a hablar de aquello que nos incomoda: ¿podemos crear espacios de ayuda para agresores sexuales?

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