Hoy me dirijo a usted, con el respeto que merece, pero también, con un sentido de urgencia y esperanza, para exponer un caso que representa lo peor de nuestro sistema de justicia penal: una persona inocente en prisión. Alejandro Cerpa ha pasado 15 años tras las rejas por un crimen que no cometió y su caso, es un claro ejemplo de las profundas fallas que persisten en nuestro sistema de justicia. Sin querer sonar repetitiva, hoy Alejandro es víctima de un sistema completamente deshumanizado.

Él era un hombre trabajador, taxista y mecánico activo en la sociedad, a través de un programa de transportistas de protección civil. Durante los hechos, el asesinato de un comandante lo llevó a ser víctima de una cacería de brujas. Las pruebas circunstanciales, los testimonios falsos y una investigación llena de errores, lo condujeron a una condena de 45 años, a pesar de que no existía una sola evidencia sólida que lo vinculara al delito. Durante más de un mes trató de defenderse, pero tuvo poco acceso a una debida defensa y él no contaba con el conocimiento claro de lo que se le acusaba.

Por otro lado, Víctor, quien fue sentenciado junto a Alejandro, ha testificado desde el inicio sobre la inocencia de su causa. Víctor, quien sí estuvo involucrado en el incidente que resultó en el enfrentamiento con la policía y la muerte del comandante, ha dejado claro que Alejandro no tuvo ninguna participación en el crimen. Aún así, nuestro sistema judicial falló en garantizar la justicia y condenó a Alejandro de manera injusta.

Estos dos casos, aunque con trayectorias distintas, están conectados por un mismo mal: las irregularidades del sistema, la corrupción y la falta de un verdadero acceso a la justicia. Hoy, Víctor, desde el módulo de máxima seguridad de la Penitenciaria de la Ciudad de México, alza la voz para pedir que Alejandro, quien pasa sus días en el Reclusorio Norte, obtenga el acto humano que tanto merece.

Después de más de una década de sufrimiento en prisión, estamos ante la oportunidad de corregir este error que se cometió y que Alejandro pueda volver con su familia.

Sr. Presidente, le suplicamos que considere la posibilidad de otorgar un indulto presidencial a Alejandro Cerpa. Su caso desafortunadamente no es único , pero su liberación sería un paso importante hacia la restauración de la justicia en nuestro país; de un sistema de justicia penal que necesita un cambio urgente. Basta de un sistema de justicia plagado de corrupción e impunidad. Basta de un sistema de juzgadores que prefieren consignar en lugar de investigar.

Entiendo que hoy, con la Reforma al Poder Judicial que propone, busca mejorar el sistema. Comprende que décadas de descuido del sistema han generado muchas historias como la de Alejandro. Sé que usted conoce las historias de dolor de quienes se enfrentan a nuestro sistema y que sabe, más que nadie, que un cambio es urgente. Hoy, a días del término de su periodo de gobierno, tiene la oportunidad de volver a juntar a Alejandro con sus hijas y su familia.

Pongámosle cara a uno de los cientos de casos de inhumanidad que nos obligan a reformar el sistema.

Un agradecimiento especial a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, quien ante la petición de apoyo, extendió la mano para ver la manera en cómo podría sumarse a la causa de manera humana.

Con esperanza y petición de urgencia,

Saskia Niño de Rivera Cover

Un Llamado a la Justicia: #IndultoYa para Alejandro Cerpa

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