“Se esclarecen los hechos del caso Tadeo”, fueron las palabras del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, tras la detención de dos mujeres a quienes se les acusa de ingresar a Tadeo al penal de San Miguel.

A 31 días del hallazgo del pequeño Tadeo, las autoridades estatales han dado carpetazo, deteniendo y vinculando a proceso a una serie de personas que no necesariamente son las responsables de los hechos.

Quienes hemos seguido este caso de cerca, tenemos más dudas que certezas. Rosario Piedra Ibarra sigue brillando por su ausencia, aun cuando ya se presentó una queja formal por parte de más de 70 organizaciones de la sociedad civil. La respuesta sigue pendiente.

Lo sucedido en el penal de San Miguel puede repetirse si las autoridades no buscan esclarecer los hechos, toman cartas en el asunto y dejan de priorizar su “reputación política-electoral”.

Ante la detención de varios custodios de dicho penal, hay un vacío de personal que se nutre de policías preventivos y policías de tránsito, policías que no tienen la capacitación necesaria para salvaguardar la gobernabilidad de dicho centro de reinserción.

Si los cambios superficiales solo se dan a nivel directivo, la tragedia de Tadeo se repetirá. Y esto no es una realidad exclusiva de Puebla, la ingobernabilidad se respira en todos los estados que hoy tienen reclusorios a punto de estallar.

La lección más grande que tenemos que aprender de la tragedia de Tadeo es: cuando hay corrupción al interior de un penal, lo impensable puede ser real, no hay límites. En resumen, cuando hay corrupción e impunidad, todo se vale.

¿Todas las personas detenidas de este caso son culpables? O ¿sólo estamos abonando una vez más a nuestro ya roto sistema de justicia penal que encarcela a inocentes?

¿Quién metió el cuerpo de Tadeo, cómo y para qué?

¿Se harán cambios legislativos para proteger la infancia que vive en reclusorios o que entraba a visitar a sus seres queridos a la cárcel?

¿Cómo es que se exhuman cuerpos de panteones sin que exista una denuncia al respecto?

¿Qué van a hacer las autoridades para que no vuelva a suceder?

Urge, como nunca antes, fortalecer nuestro Estado de Derecho. No hay dolor más grande que saber que todo esto pudo haber sido prevenido.

Presidenta y cofundadora de Reinserta.