Leía una nota en el periódico devastadora. Droga disfrazada en dulces clásicos mexicanos; dulces que los niños y las niñas comen de manera tradicional en nuestro país. Digo “nuestro” porque es de ustedes y porque también es mío.

Hoy me dirijo a ustedes ya que nos acercamos al Día Internacional del Niño y la Niña y quiero reflexionemos; juntos. ¿Con los niños y las niñas? ¿Neta?

México está lleno de culturas, tradiciones, creencias, religiones y supersticiones, que nos distinguen como mexicanos y mexicanas. He dedicado mi vida a recorrer las cárceles del país conociendo a diferentes personas de grupos delictivos y siempre hay una cosa donde sí hablamos el mismo idioma: el amor incondicional a un hijo o a una hija. Ahí es donde todos/as, sin importar nuestro estilo de vida, coincidimos.

México no tiene cabida para unirse a la celebración internacional. La infancia hoy ha dejado de ser intocable para ustedes y eso me da miedo. ¿Hacia dónde vamos si no cuidamos a nuestros hijos e hijas?

A ti que me estás leyendo, mi hija y tu hijo no están exentos a que el día de mañana estén dentro de los 7 menores que son asesinados todos los días en este país. Tengo miedo por nuestros hijos… tengo miedo por tu hijo. Creo que, al no respetar la infancia en el país, como se solía hacer, ellos y ellas están en peligro. Todas y todos.

Tengo miedo porque hoy estás vendiendo droga a menores cada vez más chiquitos. Tengo miedo porque le estás enseñando a la infancia a usar un arma cuando deberían estar jugando con coches y muñecas. Les estás enseñando a consumir para no sentir. Los y las estás entrenando para matar hasta volverse locos. Literalmente.

No sé cómo enfatizar lo suficiente, las niñas y los niños de México no son un área de oportunidad para el emporio que estás construyendo.

Tengo miedo porque cada vez son más chiquitos los niños y niñas que son robados en este país y traficados para el comercio sexual. Esa podría ser tu hija. ¿No te estremece pensarlo?

Estamos próximos a celebrar el Día Internacional del Niño y de la Niña y hoy México tiene muy poco que celebrar. Estás usando a nuestros menores para hacerte más rico y eso no se vale.

Tú que has decidido libremente pertenecer al mundo delictivo, espero que estas palabras te resuenen y que el amor que sé que le tienes a tu hija y a tu hijo sea el lugar donde converjamos todos y hablemos el mismo idioma. Mañana puede ser cualquiera de nuestros hijos que vivan esta violencia.

Te lo pido, te lo ruego, con los niños, con las niñas de México, no.

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