La alcaldesa de Acapulco es la candidata perfecta para gobernar a México. Ha demostrado ser la única de los suspirantes que entiende cómo son las cosas en nuestro país y cómo se las debe atender.

Esto se hizo evidente hace algunas semanas, cuando estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa quisieron tomar una caseta de peaje, para, como dijeron, “agenciarse recurso” y “repartir propaganda”, pero se enfrentaron con la Guardia Nacional que se los impidió. El zafarrancho fue muy fuerte y casi acaba en tragedia, cuando los manifestantes se apoderaron de un tráiler y lo soltaron contra los uniformados.

Pero lo importante es que, de lo que dijo la alcaldesa sobre esos sucesos, se puede desprender lo que sería su programa de gobierno para 2024:

-Ella sabe que, lo mismo que el tráiler, el país va solo, que nadie lo está conduciendo y lo único que hay como gobierno son discursos.

-Y por lo tanto, si el país (como el tráiler) se estrella, no hay nadie a quien culpar pues nadie es responsable.

- Que la delincuencia “está en todo su nivel y totalmente desatada”, por lo cual es inútil pretender proteger a las instituciones o empresas (desde caminos y casetas hasta transportes de pasajeros y de mercancías), pues es una guerra ya perdida. Esto podría ampliarse a otros campos: ¿Para qué pagar impuestos si los delincuentes ya cobran extorsiones y derechos de piso? ¿Para qué generar empleos si ellos ya obligan a trabajar a la gente? ¿Para qué crear una política migratoria si ellos ya traen a quienes quieren venir?

-Que ni caso tiene fingir que esto pudiera cambiar, pues el modo de ser delincuencial está en el ADN de los mexicanos, quienes son broncos por naturaleza, por historia, por el clima (harta calor) y por lo que comen (demasiados carbohidratos).

-Que la culpa de todo lo que pasa o no pasa es siempre de los soldados y policías que son los provocadores, agresores y represores, mientras que “nosotros solo respondemos”.

- Que cualquier cosa que hacen o no hacen los ciudadanos debe permitirse, pues pretender resolverlo solo sirve para “generar movimientos que provocan un caos” y que el gobierno se meta en líos.

- Que los actos delincuenciales deben disculparse porque son producto del dolor que han vivido quienes los cometen. Por eso pide entender a los delincuentes y más todavía, ser empáticos con ellos. En este punto hasta se vuelve filósofa y alcanza las alturas del pensador alemán Peter Sloterdijk, para quien “la ira surge allí donde se impone la decepción. Y la decepción aumenta cuando las promesas no se cumplen”.

Hasta aquí su profundo análisis sobre los hechos. Hay solo dos pequeños asuntos que deberá aclarar: uno es que, según la directora de área de la CNDH en Guerrero, el gobierno no quiere combatir a la delincuencia, pues “lo que sucedió muestra que el Estado sí tiene una fuerza armada muy fortalecida para combatir toda la inseguridad, y no entendemos por qué no la aplican”. Entonces ¿guerra ya perdida? ¿o gobierno que no hace su trabajo?

El otro, es que el presidente López Obrador dijo que hubo infiltrados de la delincuencia entre los estudiantes. Entonces ¿son delincuentes quienes secuestran transportes, atacan a la Guardia Nacional y llevan consigo explosivos? ¿o son jóvenes que luchan por una causa justa?

Pero fuera de esos detalles poco importantes, Abelina López es sin duda la mejor candidata para presidenta de México.

Escritora e investigadora en la UNAM. sarasef@prodigy.net.mx www.sarasefchovich.com

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