En noviembre de 2023, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) publicaba un informe acerca de la recuperación de activos a través de redes interinstitucionales (ARIN, por sus siglas en inglés) en casos de lavado de dinero y delitos precedentes en el extranjero, con el fin de operar el rastreo, la congelación, la incautación y la confiscación de activos, una vez agotadas las instancias judiciales, para proceder a su repatriación al país de origen de los recursos ilícitos. Lo cual por cierto celebro que la recuperación de activos se convierta en uno de los objetivos principales (junto con el reforzamiento de la cooperación internacional y el mejoramiento del sistema de intercambio de información) de la nueva presidencia del GAFI, a cargo de la mexicana Eliza de Anda.
En México, tenemos el antecedente novedoso en el caso de Genaro García Luna que iniciamos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través de la Unidad de Inteligencia Financiera a partir de la demanda civil que presentamos en 2021, y que sigue vigente y dando frutos, pues en 2023 la jueza del caso condenaba al ex secretario de seguridad pública de Felipe Calderón y ordenaba la entrega de los bienes demanda dos al gobierno mexicano, cuyo monto oscila en los 2 millones de dólares, y un bien inmueble que no se ha vendido por valor de 555 mil 800 dólares en avalúo; así como una segunda recuperación más reciente mediante un proceso de mediación del cual se obtuvo 150 mil dólares adicionales. También se ha informado que, de las 19 propiedades aseguradas en este juicio en Miami, 8 fueron liquidadas. El dinero está bajo resguardo y el total suma más de 6 millones de dólares; 5 propiedades fueron objeto de la recuperación y 6 más siguen aseguradas.
Entre los beneficios de aplicar los ARIN que se refieren en el Informe, se encuentra la de fortalecer los vínculos entre agencias, actuar como intermediarios con otras redes regionales y colaborar con otras organizaciones internacionales para apoyar a las acciones de recuperación de activos. Lo que conduce a la construcción de la confianza necesaria y las líneas de comunicación transfronterizas para ayudar a los investigadores y fiscales a seguir los flujos financieros ilícitos más allá de las fronteras y recuperar activos en casos de delitos transnacionales.
Lo anterior ha derivado en casos de éxito al proporcionarse detalles cruciales sobre activos como la existencia de cuentas bancarias, negocios, bienes raíces y posesiones registradas de presuntos delincuentes y blanqueadores de dinero en otras jurisdicciones. Sin omitir que dicha información puede resultar de los más valioso para levantar, paralelamente, cargos penales por lavado de dinero y sus delitos precedentes, o reforzar las carpetas de investigación iniciadas.
Sin embargo, estas redes también se enfrentan a una serie de desafíos, como puede ser la falta de sostenibilidad financiera a largo plazo, la medición del rendimiento y las diferencias culturales y las barreras lingüísticas entre los investigadores, y añadiría, resultados no inmediatos, pues el litigio que entraña la recuperación de activos per se suelen prolongarse en el tiempo, lo que puede ser un desincentivo, pero precisamente la fortaleza de los ARIN radica en facilitar la información que se requiere para iniciar un procedimiento de recuperación de activos en el menor tiempo posible.
En ese sentido, los ARIN son coordinadores de contacto para los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Esta función de coordinación es importante porque los investigadores pueden, durante sus investigaciones, requerir asistencia de autoridades en el extranjero. Por ejemplo, un investigador puede necesitar contactar a una autoridad homóloga para comprender i) cuál es su nivel de conocimiento sobre una persona; ii) cuál es conocimiento general sobre el perfil patrimonial de la persona, iii) cuáles pueden ser sus antecedentes penales, si están involucrados o asociados con ciertos delitos, o iv) qué otros elementos pueden conectar a una persona con otras en ese país.
Lo más relevante de estas redes internacionales es poner a los países en contacto entre sí, y facilitar el intercambio de información valiosa entre las agencias seguridad e inteligencia para rastrear activos y ayudar a congelar, incautar y confiscar las ganancias ilícitas. De ahí la importancia, como propone la publicación, de comprender mejor el papel y el impacto de los ARIN e identificar áreas de oportunidad para que estas redes puedan cumplir su potencial de ayudar a los países a seguir el dinero y lograr recuperarlo, aunado a mermar el capital financiero y económico de los grupos delincuenciales en el extranjero.