Cuando vi el primer video lanzado en redes sociales de la campaña #SélvamedelTren pensé —debo confesar— que alguna agencia podría estar detrás de ese movimiento que incluía a actrices, actores y músicos de fama . Pero ante la suposición más básica deberían anteponerse la metodología más básica: preguntar e investigar.
Esta campaña que incluyó videos, pronunciamientos en redes y un Twitter Spaces protagonizado por cantantes como Rubén Albarrán, Natalia Lafourcade; y profesionales del escenario y las cámaras como Ofelia Medina , Kate del Castillo , Natalia Cordova-Buckley, Bárbara Mori y Eugenio Derbez , y otros más, tiene como petición central el replanteamiento del tramo 5 del Tren Maya. Ellas y ellos denuncian que la construcción está generando una deforestación sin precedentes y sobre todo atenta contra restos arqueológicos, cenotes, fuentes de agua y uno de los recintos paleontológicos más importantes del planeta.
surgió con fuerza este martes 22 de marzo, Día Mundial del Agua , y de inmediato la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador fue descalificar a las y los involucrados tachándolos de adversarios, “fifís” y contratados por quienes se oponen a su gobierno.
Es triste decirlo, pero dados los antecedentes que hay en México en los que otros “famosos” e “influencers” sí han recibido dinero para participar en movimientos políticos podría pensarse que este era un caso similar.
Pero la duda debe ser más fuerte que la razón sin argumentos. Así que pregunté a fuentes y personas conocidas en el mundo del espectáculo sobre cómo se habría organizado ese movimiento. La mayoría me respondió que los involucrados difícilmente se habrían prestado para algo así, además de decir algo obvio: algunos no necesitan ni fama ni reflectores, como dijo AMLO .
En el ánimo de aclarar más la duda logré contactar a algunas y algunos de los que participaron para charlar por zoom. Este ejercicio me permitió saber que #SélvamedelTren no surgió de la nada: desde hace dos años un grupo de actrices y actores que son oriundos de Quintana Roo o han vivido ahí, en coordinación con buzos de las zonas mayas y conocedores de los terrenos, abrió distintos chats y canales de distribución de información sobre lo que estaba pasando. La inquietud real era poder participar activamente en el diseño de la obra con el fin de cuidar un área de México que consideran sagrada.
Tuve acceso a videos y conocí los mensajes que se enviaban para estar al tanto de cada detalle del proyecto del que no están en contra —algo importante— simplemente piden un rediseño de la ruta para no dañar la naturaleza y restos paleontológicos.
Luis, un buzo de la zona, y participante de uno de los chats más activos de la campaña, me explicó cómo el trazo inicial no preveía esta tala que se está dando, ni pasar por cenotes y cuerpos de agua. Por tanto, lo que ahora exigen es que la línea ferroviaria vaya por la carretera al menos en ese tramo que corresponde de Cancún a Tulum , aunque lleve más tiempo solucionar los temas de terrenos y ajustes de planeación.
¿Cuál es el problema? Que el Presidente tiene prisa. Menos de tres años deben bastar para concluir su promesa de tener un tren que no urge pero que, en cambio, dañará de manera irreversible el ecosistema y la vida natural.
De la voz de una actriz, dos actores y un especialista —involucrados directamente en la campaña— pude entender cómo se han organizado, informado y pedido ayuda a sus colegas más famosos para que amplifiquen la voz de su denuncia. Entonces, como se puede ver en el video principal del movimiento, las grabaciones son caseras, con celulares, algunas en pose de selfie, y un editor simplemente las unió. Algunas líneas compartidas en los grupos de whatsapp para que se basaran, y listo. Nada de pagos o agencias.
“Ojalá tuviéramos dinero para hacer una campaña grande y pagar, pero no tenemos, es la verdad”, me comentó una de las actrices.
Una vez más, con un simple reporteo de unas horas, se demuestra que lo que desacredita López Obrador lo dice sin fundamentos, sin datos; sin la curiosidad, siquiera, de averiguar antes de denostar, señalar y mandar “a la hoguera” a quienes le incomodan.