Me quedó claro que ante la ausencia de logros visibles que resaltar, el presidente López Obrador prácticamente se dio a la tarea de buscar cualquier dato positivo que le pudiera servir en su Segundo Informe de Gobierno.
Inclusive aportando cifras que se las atribuyó a su administración, como lo fue el incremento de las remesas que envían nuestros paisanos de los Estados Unidos hacia nuestro país, o inclusive el incremento del precio del barril del petróleo de $0 a $40 dólares por barril que son regulados por el mercado y la OPEP.
Pareciera ser que el presidente sigue engañando al “pueblo sabio” como él lo llama, atribuyéndose logros que no le corresponden. Nadie del “pueblo sabio” emitió algún reclamo en lo absurdo de presumir los supuestos logros.
Es triste observar cómo el presidente insulta la inteligencia los mexicanos.
Para nadie es un secreto que algunos miembros de su gabinete, así como el mismo Presidente López Obrador, cuentan con limitadas capacidades y conocimientos técnicos que ha originado una verdadera centralización en su persona de todas las decisiones que se toman y que han llevado al país a resentir aún más la crisis económica originada por la pandemia.
Las decisiones del Gobierno Federal son tomadas por a capricho, incluso las económicas, que como sabemos el Presidente AMLO ha demostrado que carece de conocimientos en ese rubro.
Como él mismo lo ha reconocido, el presidente no ha tenido deudas bancarias, créditos hipotecarios vigentes, pago de obligaciones o renegociaciones de créditos, entre otros rubros que muchos mexicanos enfrentamos, por ello difícilmente las comprende y mucho menos entiende a una economía compleja como en la que vivimos actualmente.
Ante la pandemia del COVID-19 que provocó un desastre económico mundial, el Presidente López Obrador sostiene que el daño a la economía mexicana fue de acuerdo a sus datos equivocados de una contracción del 10.4% del Producto Interno Bruto (PIB), menor al compararlo con otros países europeos como Italia, España, Inglaterra y Francia.
Irónicamente sus mentiras quedaron evidenciadas con los mismos datos del INEGI quienes reportaron que la economía del país registró una estrepitosa caída del 18.9% en el segundo trimestre de este año, mientras que Italia enfrentó una caída del 17.7%, España 22.1%.
Para nadie es un secreto que todas las decisiones que pasan por AMLO, quien tiene opiniones prejuzgadas de la realidad y no ha desarrollado un mecanismo que le permita delegar a los pocos expertos colaboradores con los que cuenta el presidente.
Desafortunadamente esto ha originado que no cuente con la información pertinente y el diagnóstico correcto, para una buena toma de decisiones que le permita anticipar las prioridades del país.
Si bien es cierto, desde tiempo atrás ha existido un exceso en la burocracia, también es importante resaltar que el Gobierno de la 4 Transformación debe de estar a la altura de las necesidades de la población y tener la capacidad de respuesta conforme lo demanda sus habitantes. Un ejemplo de ellos son los recortes presupuestales.
Algunas secretarías como la de Economía, les retiraron las computadoras a sus funcionarios, obligándolos a compartir sus equipos, algo difícil de creer en la era digital en la que vivimos.
Prácticamente algunas de estas secretarias cuentan tan solo con los recursos necesarios para pagar salarios.
Se han desaparecido organismos descentralizados y desmantelados algunos de estos programas como PROMEXICO, INADEM, PROSOFT, Becas de Capacitación del Servicio Nacional de Empleo entre algunos organismos que han desaparecido.
Tristemente los “ahorros” fruto del desmantelamiento de los programas y organismo antes mencionados, se han canalizado no ha inversiones, sino en apoyos “clientelares” que no generan un retorno, ni siquiera tributario al Gobierno Federal.
Se han cancelado subsecretarías de primera importancia, desde la encargada de telecomunicaciones hasta la responsable de la minería entre otras. Algunas de estas subsecretarias, son esenciales en el marco de capacidad de respuesta que nuestro país requiere.
No obstante, en el ramo de Inversión Extranjera, la caída no ha sido acelerada. Se trata más bien de una baja del 0.7%, sobre todo si se compara con el impacto en los flujos mundiales de IED que en algunos casos fue de 40% en el primer semestre del año.
Sin embargo, cuando se analiza a profundidad, la razón por la cual no tuvimos una caída a mayor profundidad, como la que se espera a nivel mundial fue que no se suspendieron los proyectos que ya venían gestándose desde el 2018 y 2019 y que se materializaron en el primer semestre de 2020, es decir sí llegaron a nuestro país, al menos para el primer semestre.
En este año 2020, la disminución de IED a nivel internacional se debe a que las inversiones y proyectos planteados para el 2020, se están tomando con más reserva, además de la disminución de las utilidades de las empresas que provocarán la disminución en la reinversión de utilidades.
Si observamos, de acuerdo a datos de la Secretaria de Economía Federal, al analizar el comportamiento de la IED por tipo de inversión, en este primer semestre del 2020, observaremos que el 53.5% corresponden a reinversión de utilidades, 29.6% cuentas entre compañías y apenas el 16.9% son de nuevas inversiones.
A veces las cifras son engañosas y de ahí se basa el Presidente para presumirlas, cuando en realidad nos encontramos en medo de una recesión que ha sido causada, además de la pandemia, por sus absurdas políticas económicas que han ocasionado un decrecimiento del -18.9% de nuestra economía. El Presidente López Obrador se debería de sentir avergonzado de los nulos logros económicos en sus primeros 2 años de administración.