Más de dos millones de horas diarias de video y hasta 20 mil llamadas a los números de emergencia representan una poderosa herramienta para el fortalecimiento de los resultados en seguridad en la Ciudad de México. Son evidencia del valor social de la confianza en las instituciones, por supuesto también de la experiencia, percepción y expectativa respecto de servicios, accidentes o incidentes delictivos.
La protección de las y los ciudadanos no es un asunto ni siquiera preponderantemente policial sino convergente donde en un péndulo imaginario la eficiencia se describe en la trayectoria oscilante entre la comunidad y el gobierno. Alguien necesita algo y alguien responde y contribuye a resolver.
Con una reducción superior al 50 por ciento en los delitos de alto impacto entre 2019 y 2024, la estrategia diseñada como Jefa de Gobierno por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum reveló eficacia en la atención a las causas detonantes del delito y la ampliación de capacidades investigativas de la policía preventiva. Ese impulso actualmente lo profundiza la Jefa de Gobierno Clara Brugada, con el énfasis territorial, de género, escolar, preocupación por el agua, combate a la extorsión y empatía ciudadana buscada hasta casa por casa.
¿Se puede ir radicalmente más lejos aún en los resultados? ¿Es posible construir un segundo piso de la seguridad aplicable a otras entidades?
Esa probabilidad existe más en entidades con rezagos mayores a los aún presentes en la capital nacional. Innovación y aprovechamiento de las herramientas tecnológicas son una probabilidad para la CDMX.
Brugada planteó parte de la ruta con el incremento de la videovigilancia. Actualmente, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) opera 83 mil 400 cámaras y se prevé para 2030 llegar hasta 140 mil. Nueve veces más respecto a las que había en el 2018 en una disponibilidad cuadruplicada por Sheinbaum.
El reconocimiento de la centralidad de la videovigilancia se deriva de su doble naturaleza como 1) inhibidora de conductas delictivas —posibles de apreciar y anticipar en esos 2 millones de horas de video diarias— y 2) registro de material el cual es eventualmente medio de prueba para sancionar a presuntos responsables.
Desde las alturas de una videocámara o el terreno inmediato donde inicia una llamada de emergencia hay una capacidad conjunta. Cerca de 20 mil llamadas diarias a los números 911, 089 o *765 fundamenta la creación de una Línea Antiextorsión 55 5036 3301, establecida por Brugada, para atender uno de los principales delitos.
Aunque la capital nacional registra una baja de 51 por ciento en las extorsiones denunciadas, es fundamental conocer la cifra negra a través de las denuncias informales —en instancias no ministeriales— a fin de mapear zonas e identificar modus operandi y generadores de violencia.
En la tecnología hay un aliado central. En la denuncia ciudadana hay una clave.
@guerrerochipres