En el proceso de securitización, la mejor arma no es la que se destruye, sino la que se construye, y esa es la participación ciudadana a través de los instrumentos que permiten avanzar en seguridad pública.
Hace unos días, El Universal publicó datos sobre la destrucción de armas de fuego provenientes del canje que realizan las personas en diferentes estados. Bajo la aclaración de que cada una de las entidades contribuye de manera diferente, las cifras encuentran una diversidad de interpretaciones.
En algunos casos, como lo proponen algunos observadores, la razón en un descenso en este indicador puede estar en la sensación de inseguridad asociada a la creencia de que las armas son preferidas contra la amenaza en el mundo de lo privado y familiar. Sin embrago, según un estudio de la encuestadora Defoe, realizado en 2020, solo el 7% de los mexicanos aceptó tener una en casa por lo que, indirectamente, no pude sostenerse que la percepción de inseguridad —mayoritaria en algunas entidades— pueda solventarse, por muy subjetivamente que ocurra, con la posesión de un arma.
Los datos obtenidos de este diario indican que el año pasado la CDMX contribuyó con 368 armas, la que más aportó, mientras que otros como Guanajuato solo enviaron cinco. Esta última entidad ha estado todo el año diariamente en los primeros tres lugares de homicidios dolosos.
En la capital nacional, los delitos —según el estudio DISI del Consejo Ciudadano basado en cifras del SESNSP— bajaron 55% al segundo cuatrimestre de este año con relación al mismo periodo de 2018, y la percepción de seguridad mejoró 30 puntos entre esos años. En contraste, en Guanajuato la incidencia disminuyó apenas 11% y la percepción de inseguridad no registró cambios.
Desde la CDMX, el programa Sí al Desarme Sí a la Paz —que cuenta con la intervención de autoridades federales tanto civiles como militares, locales, la Iglesia y organismos como el Consejo Ciudadano— fortalece la cultura cívica y de la legalidad como vías para la pacificación. Entre enero de 2019 y agosto pasado, se registra el canje de 7 mil 064 armas.
Este instrumento se inserta en las políticas impulsadas por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de atención a las causas con participación ciudadana.
Esta semana se puso en marcha otro mecanismo ciudadano para mejorar la seguridad: la campaña Contigo Avanzamos, modelada desde el Consejo Ciudadano y operada en coordinación con la Secretaría del Bienestar del Gobierno de México y las Secretarías de Seguridad Ciudadana y de Inclusión y Bienestar Social, para recolectar opiniones y sugerencias en materia de seguridad.
En sus primeros días, las principales necesidades, depositadas en buzones —con los que más de 200 brigadistas recorrerán las 16 alcaldías hasta el 10 de octubre— han sido mayor vigilancia, mejor alumbrado y más patrullaje. Peticiones que serán atendidas de manera oportuna.
La seguridad pública es un derecho que ahora se construye de manera conjunta entre autoridades y ciudadanía. Y esa es la mejor arma.
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