La vivienda es más que el espacio donde habitamos, representa el entorno y el ambiente donde nos desarrollamos y desde el cual construimos ciudadanía.

La expresión “la casa de usted” —desmenuzada sarcásticamente por Jorge Ibargüengoitia hace más de 50 años en un ensayo con ese título— alude a la hospitalidad mexicana difícilmente entendida por personas de otros países, en la que está contenida esa necesidad de sentirse capaz de arropar e integrar a quien llega a “mi casa”.

Ese es el mejor lugar para vivir, aquel que permite la integración social y la construcción de una ciudadanía participativa, atenta a las necesidades —urbanas, económicas, educativas o políticas— de quienes integran la comunidad. El sentido de pertenencia que lo mismo presumen y defienden chintololos que iztapalapenses, tepiteños que condechis.

Visibilizar bajo esa idea a la vivienda amplía las perspectivas relacionadas con los servicios básicos que debe cumplir. Por ley, todas y todos los mexicanos tenemos derecho a un sitio adecuado para vivir, es un derecho humano por excelencia y es preciso crear condiciones para que pueda garantizarse.

En una lógica económica se concentra en que cada persona o familia cuente con un espacio físico. En una noción social implica la posibilidad de acercar y satisfacer servicios que pueden ir desde lo educativo o comercial hasta el entretenimiento. Una construcción de entornos basada en la compenetración social con perspectiva de género.

Desde lo institucional, a través de la Procuraduría Social hay esfuerzos para rescatar y revalorizar las unidades habitacionales. Están concentrados en rehabilitar y dar mantenimiento a espacios que por años y durante varias administraciones han estado olvidados, así como a establecer mecanismos que fortalezcan las relaciones vecinales y condominales sanas y de entendimiento.

Hace unas semanas, junto con la Procuradora Claudia Galaviz Sánchez —con quien el Consejo Ciudadano de la CDMX estableció un convenio para promover la atención emocional y jurídica en las más de 11 mil unidades habitacionales de la capital nacional— recorrí vecindades icónicas de la colonia Morelos.

El deterioro de las viviendas y del entorno es evidente, como también lo es la voluntad de sus habitantes, principalmente de mujeres, por trabajar con aquellos dispuestos a recorrer territorio en beneficio de quienes más lo necesiten.

Cuando se habla de un rezago habitacional no es en referencia únicamente a la carencia de inmuebles, sino a las necesidades de mejoras o remodelaciones que deben ser atendidas. En la CDMX, desde la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hay intención por crear condiciones para que las familias cuenten con una vivienda adecuada, en un proceso urbano eficiente, justo, competitivo y resiliente.

Para que su casa sea la casa de usted.

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@guerrerochipres

 

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