Hay vientos huracanados, pero no desastres tanto en el partido predominante como en la oposición, sujeta ella misma a decisiones rápidas y discutibles para establecer una voz interna dominante.

Morena, en el eje de las opiniones mayoritarias, y el PAN, en el vértice de los demás partidos con minoritaria prospectiva de preferencia electoral, representan la oportunidad de identificación o rechazo de una ciudadanía dispuesta tanto a la defensa de valores y programas como a la discusión visceral y al predominio de lo digital sobre la prensa analítica convencional.

Destaca en ese contexto la aportación de la encuesta presentada por Lorena Becerra en el espacio Latinus de Carlos Loret de Mola, así como la puesta en circulación de la falsa voz atribuida al jefe de Gobierno, Martí Batres, en la cual se le quiso representar como una voluntad sesgada en contra del aspirante hombre más aventajado y a favor de la propuesta mujer más destacada dentro de Morena para alcanzar la candidatura al gobierno de la CDMX.

Becerra, coordinadora de decenas de encuestas certeras al identificar con menos de 3 puntos porcentuales el resultado de elecciones o consultas formales, desmanteló la narrativa según la cual la capital nacional no presentaba competitividad entre una y otro: “Me llamó mucho la atención cuando pregunto por los candidatos de Morena y encuentro un empate técnico entre Omar García Harfuch y Clara Brugada en las preferencias para abanderar la alianza por Morena”, dijo la ahora encuestadora independiente.

Como ya se ha planteado en este mismo espacio, además del posicionamiento de los nombres es indispensable observar los careos contra los rivales de Morena, especialmente porque además del empate técnico existe la misma competitividad desde el 14 de agosto de acuerdo con . Cualquier insumo demoscópico nuevo de aquí al 10 de noviembre debería exhibir careos después de la encuesta de Becerra.

Ocho de cada 10 resultados de otras encuestadoras mostraban hasta este miércoles una distancia de dos dígitos inexistente en la de Becerra. Para el momento de la entrevista de la exencuestadora de Reforma con Loret ya circulaba una enorme cantidad de materiales en contra de la ex alcaldesa de Iztapalapa y en esas horas sobrevino la visibilidad electoral de la inteligencia artificial.

En esa versión dolosa, más que culpar a Batres se exhibe un raro nerviosismo. Eventualmente, actores o actoras de oposición estresados por el emparejamiento de la intensa y fraternal disputa protagonizada por Brugada y Harfuch.

Es útil y verosímil la indispensable separación de la dañina volición implícita en la instrumentalización de inteligencia artificial ya señalada respecto de las voluntades clarísimas de todos aquellos quienes, como Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Citlali Hernández, Brugada y el propio exsecretario de Seguridad, se han manifestado en favor de una determinación unitaria en un nuevo capítulo de comprometida disciplina, la cual observaremos el próximo 10 de noviembre.


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