En el mundo son alrededor de 280 millones y en México más de 19 millones de personas quienes no pueden disfrutar la vida a plenitud, quienes por varios días están sumidas en una tristeza que no pueden superar, una falta de aprecio hacia las actividades que comúnmente gozaban o desesperanza.
Muchas de ellas buscan ignorar los síntomas, les restan importancia, creen que serán pasajeros o les preocupa el costo de un posible tratamiento. Ellas y ellos padecen depresión, una enfermedad mental que, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud y del INEGI, afecta al 3.8% de la población en el mundo y al 15.6% en nuestro país.
La depresión se ha convertido en el principal problema de salud mental y llega a interferir con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. En un episodio depresivo se experimenta desconsuelo, irritabilidad o sensación de vacío la mayor parte del día y casi todos los días, durante al menos dos semanas; genera dificultad de concentración, sentimiento de culpa excesiva o autoestima baja, desesperanza en el futuro, pensamientos suicidas, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o falta de energía.
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental con el respaldo de la OMS, para crear conciencia de la importancia de atender las emociones.
Los datos del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México indican que entre 2020 y lo que va de este año cerca de 107 mil mujeres y hombres buscaron los Primeros Auxilios Psicológicos ofrecidos —24/7, gratis y confidencial— desde la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533. Los motivos principales son conflictos de pareja y familiares, violencia en el hogar, ansiedad, depresión y duelo.
Visibilizar y acercar los servicios de contención emocional es vital en el bienestar de las personas, pues pedir ayuda no es un signo de debilidad ni debe representar un lujo para quienes la necesitan, sino un derecho.
La Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2021 —el primer estudio del INEGI de ese tipo— revela que la mitad de la población adulta presenta síntomas de ansiedad en algún grado, y entre las causas manifiestan haberse quedado sin trabajo, la expectativa de no poder cubrir los gastos del mes o haber pedido dinero prestado.
Las cifras mueven a tomar acciones, desde lo individual hasta lo institucional, y en ese escenario un dato resulta alentador: el 35% de las y los mexicanos expresan preocupación por conductas de riesgo emocional de personas cercanas, indicativo de la presencia de una red de apoyo dispuesta ayudar a otras y otros a disfrutar de la vida.
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