Así como la política demanda cercanía con la ciudadanía y no se puede hacer solo detrás de un escritorio, la educación no puede estar centrada en las aulas sin interacción de las y los estudiantes con su entorno.

Si atendemos a uno de los argumentos centrales del filósofo de la educación John Dewey —"la educación no es preparación para la vida, la educación es la vida misma"— es necesario plantear esquemas de acompañamiento entre las instituciones educativas y las organizaciones de la sociedad civil.

Una ciudadanía cada vez más exigente y comprometida con mayores niveles de inclusión, justicia o seguridad plantea escenarios de aprovechamiento de todas las capacidades.

Comprender estas nuevas condiciones de vinculación entre los diferentes actores sociales fortalece la colaboración como base central del desarrollo frente a las complejidades sociales.

Desde la Ciudad de México hay evidencias particulares de articulación entre autoridades, instituciones y ciudadanos. Como Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum impulsó la cercanía con organismos como el Consejo Ciudadano, continuada con Martí Batres, para la interlocución con necesidades de la ciudadanía en aspectos de seguridad o fortalecimiento de la cultura cívica.

Bajo esa lógica de una visión multidisciplinaria en la atención y solución de las principales preocupaciones hay un acercamiento entre la Universidad Rosario Castellanos y el Consejo Ciudadano para fortalecer la formación de estudiantes críticos y vinculados no solo teórica sino prácticamente con su entorno.

Hay compromiso de la directora de la institución, Alma Xóchitl Herrera Márquez, para impulsar un esquema de formación universitaria diferente ante lo que ella califica como el agotamiento del modelo de la torre de marfil: estudiantes y docentes dentro del aula desarticulados de su contexto, una concepción de las universidades como entidades dedicadas exclusivamente a la búsqueda del conocimiento puro, sin involucrarse en problemas prácticos y cotidianos de la sociedad.

Ahora se requiere de modelos de participación y formación capaces de transferir de manera directa lo aprendido a soluciones con el entorno. Una visión coincidente con la formación social de la próxima Jefa de Gobierno de la capital nacional, Clara Brugada, quien como estudiante universitaria se vinculó con las principales causas sociales de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, donde ahora vive.

La formación fuera de las aulas es tan necesaria como el conocimiento teórico, sin torres de marfil.

@guerrerochipres

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