Cuando parecía que con el triunfo de Morena en la gubernatura de Tamaulipas en los pasados comicios de junio y la reactivación de las denuncias por delitos federales en contra del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca se había resuelto ya la guerra política entre el panismo y la 4T por el territorio tamaulipeco, la muerte del senador morenista Faustino López Vargas, en un trágico accidente automovilístico, y la necesidad de sustituir al senador fallecido, ha vuelto a reactivar esa confrontación política por la elección extraordinaria que se llevará a cabo para elegir a un nuevo representante de Tamaulipas ante el Senado de la República.
Por increíble que parezca y en algo que evidencia la necesidad urgente de fuero constitucional, ante la posibilidad de que la FGR lo detenga en cualquier momento, el exgobernador Cabeza de Vaca ha expresado su intención de postularse como candidato al Senado y contender en esa elección extraordinaria que le daría dos años de protección constitucional si llega a ganar las votaciones. Más increíble aún es que la dirigencia nacional del PAN, encabezada por Marko Cortés, esté avalando e impulsando la posibilidad de hacer candidato a un exmandatario que está acusado de delitos graves bajo el argumento de que “es víctima de una persecución política del gobierno”.
El problema es que, al estar sujeto a un proceso penal, ya en calidad de imputado y con órdenes de aprehensión vigentes, Cabeza de Vaca no podría ser candidato a ningún cargo de elección popular, porque tiene suspendidos sus derechos políticos, a menos de que un juez federal le otorgara una suspensión definitiva o un amparo que frenara y suspendiera el proceso penal en su contra, cosa que, aun cuando la ha buscado desesperadamente el exgobernador tamaulipeco, todavía no ha ocurrido, por lo que se le acaba el tiempo para poder ser candidato al Senado de manera extraordinaria y amparado. Tal vez por eso ayer el PAN anunció que no irán solos a la elección del Senado que se llevará a cabo el 19 de febrero de 2023, según determinó el INE, sino que irán en alianza con el PRI y el PRD.
Y si en el PAN quieren revivir la fuerte guerra contra el gobierno de López Obrador tratando de hacer senador a Francisco García Cabeza de Vaca, que además tiene a su hermano Ismael Cabeza de Vaca ya como senador actualmente, en Morena no se quedan atrás y resulta que para la postulación a esta elección extraordinaria quieren lanzar nada más y nada menos al diputado federal Erasmo González, el actual presidente de la Comisión de Cuenta Pública, aliado personal de Mario Delgado, y quien estuvo vinculado estrechamente con el empresario huachicolero asesinado, Sergio Carmona Angulo, a quien conectó y presentó con el dirigente nacional de Morena.
Erasmo González no sólo era amigo personal de Carmona Angulo, a quien introdujo con Mario Delgado, que recibió recursos financieros del empresario asesinado para las campañas de Morena y, dicen periodistas en Tamaulipas, para financiar incluso su ostentosa campaña para ganar la presidencia nacional de Morena en 2020. Al actual diputado federal se le considera parte de un grupo político de Tamaulipas que ha ido escalando posiciones de poder, tanto político como económico, y que surgió cuando varios de sus integrantes fueron diputados en la LXII Legislatura del Congreso local.
Junto con Erasmo forman parte de ese grupo Rigoberto Garza Fas, actual empresario aduanero; Jorge Valdez, Olga Sosa, Rigoberto Rodríguez Rangel y Abdies Pineda Morín, entre otros. Fue precisamente Rigoberto Garza, quien era en los hechos el jefe del asesinado Sergio Carmona, quien junto con Erasmo González se acercaron al movimiento de Andrés Manuel López Obrador, primero a través de la alianza con el desaparecido PES o Partido Encuentro Social, del cual varios de ellos fueron candidatos en alianza con Morena, y luego por el contacto directo que Rigoberto y Erasmo hicieron con Yeidckol Polevnsky, durante la campaña presidencial de López Obrador, y luego con Mario Delgado, ya como líder de los diputados de Morena.
Fueron Rigoberto Garza y Erasmo González, quienes conectaron a Mario Delgado con su amigo Sergio Carmona, quien operaba la aduana de Reynosa, para que lo apoyara financieramente en su campaña para dirigir a Morena y luego, ya como dirigente del partido oficial, para que financiara las campañas políticas de candidatos morenistas, tanto en Tamaulipas como a nivel nacional. Todo con las millonarias ganancias en dólares que Carmona obtenía por el contrabando e importación ilegal de gasolina y diesel por las aduanas federales de Reynosa, desde donde se operaba un negocio ilegal y multimillonario, con la complacencia del gobierno federal.
Ese financiamiento alcanzó incluso la campaña del actual gobernador de Tamaulipas. Américo Villarreal, quien ha aceptado haber conocido a Sergio Carmona en eventos sociales, pero ha negado haber recibido apoyos financieros para su campaña. En todo caso, lo que es claro es que todo el grupo político y financiero, del que formó parte el asesinado empresario huachicolero, cuyo asesinato violento en noviembre de 2021 en el vigilado municipio de San Pedro Garza en Nuevo León sigue sin tener culpables ni explicación, está completamente posicionado y blindado en Tamaulipas. De llegar Erasmo González a la senaduría, tendría posibilidad de reelegirse en el 2024 con lo que gozaría de 8 años de fuero en total, entre los dos que le restan a esta legislatura y una posible reelección hasta 2030.
Así, entre exgobernadores acusados y prófugos de la justicia, del lado del PAN, y diputados, gobernadores y empresarios vinculados a financiamientos ilegales con dinero procedente del crimen organizado, en Tamaulipas parecen condenados no sólo a vivir en medio del narcotráfico que desde hace décadas controla y domina al estado, sino también en una eterna y permanente guerra de cárteles políticos que, personificados por el panismo y por los expriistas que ahora se dicen de la Cuarta Transformación, se aferran al poder en una entidad rica en recursos naturales y económicos, pero dominada y sometida por mafias, criminales y políticas.
NOTAS INDISCRETAS… La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aceptó a regañadientes cumplir con las medidas cautelares que le dictó el INE por la acusación en su contra de realizar actos anticipados de campaña por la pinta de bardas, espectaculares y slogans que aparecen ya por toda la República promoviendo su nombre y su imagen para el 2024. Pero al final lo hizo, aunque fuera a medias, en un comunicado en el que, al mismo tiempo que se deslindaba de los miles de kilómetros de bardas que aparecen pintadas con su slogan en todo el país, criticaba el fallo del INE como una actuación “sesgada e imparcial” en su contra. Y ayer el presidente salió en defensa de su pupila y corcholata favorita y dijo que lo aprobado por la mayoría de consejeros era un acto de “censura” en contra de Sheinbaum y de sus seguidores. Pero con todo y el entripado y la defensa presidencial, la medida del INE tuvo efecto porque ayer, al rendir su 4to. Informe de Gobierno en el Teatro de la Ciudad —uno más de los muchos eventos e informes que hizo por toda la ciudad por sus 4 años de mandato— fue evidente que la doctora Sheinbaum ya no quiso replicar los actos y mítines de campaña en que se han convertido todos sus eventos públicos. Y aunque no faltaron las presencias de invitados en el evento, comenzando por la representante presidencial Raquel Buenrostro, lo que sí se notó es que ya no hubo porras, gritos de “¡Presidenta!” ni acarreados que vitorearan a la jefa de Gobierno. No vaya a ser que el INE insista en documentarle actividades adelantadas de campaña y en una de esas la inhabilitan para ser candidata presidencial. El miedo no anda en burro…Y el que sí siguió en campaña ayer por Hidalgo, pero no le fue nada bien, fue el líder morenista del Senado, Ricardo Monreal, a quien abuchearon durante un informe que no era suyo, sino de su compañero senador Navor Rojas. Cuando Monreal se paró a hablar en el evento, al que también asistía el gobernador Julio Menchaca, desde el público salieron gritos de “Fuera” y “traidor” contra el zacatecano, que atajó la rechifla pidiendo “tolerancia” a quienes le chiflaban y recordando que él tenía “22 años caminando con el presidente López Obrador”. Ni hablar, Monreal se fue a meter a la boca del lobo, porque está claro que el gobernador Menchaca es otro más de los claudistas convencidos… Y mientras otra corcholata morenista, Marcelo Ebrard, ayer pedía “debates” entre los aspirantes de su partido al 2024, bajo el argumento que “debatir no divide al partido”, en Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, daba portazo a la posibilidad de hacer alianza con la oposición y con Va por México, del PRI-PAN-PRD en 2023 y 2024. “Iremos solos con nuestros candidatos”, decía Dante, quien insiste en dividir a la oposición ante el embate de Estado de Morena. Y quién sabe si sea coincidencia, pero también ayer, durante una entrevista, el gobernador emecista de Nuevo León, Samuel García, dijo que sí está interesado en ser candidato a la Presidencia en 2024. ¿Con esos candidatos Dante quiere ir solo? Lo van a arrasar a él y de paso a toda la oposición a la que se niega a sumarse en un bloque completo con lo que, a querer o no, ayuda a Morena y a López Obrador… Los dados giran. Otra Escalera.