La tensión creciente causada por la guerra declarada por Israel al terrorismo de Hamas está reviviendo en el mundo las expresiones de odio e intolerancia entre Occidente y el mundo islámico. Los bombardeos indiscriminados del ejército israelí sobre la franja de Gaza, como respuesta a los actos de barbarie perpetrados por los extremistas palestinos, no sólo están provocando ya miles de muertes de civiles inocentes, sino que también están causando una calamidad humanitaria en toda esa zona, donde un millón de palestinos están atrapados entre el norte y el sur de su territorio, sin agua ni comida, mientras los países árabes vecinos, Jordania y Egipto, se niegan a recibirlos como refugiados.

Y si en el mundo ya se habían desatado las tensiones y choques entre migrantes musulmanes y europeos de varios países, por las manifestaciones multitudinarias de los primeros apoyando al pueblo Palestino, anoche tras la noticia del bombardeo a un Hospital de Gaza, en el que habrían muerto 500 personas, entre niños y mujeres hospitalizados, escaló las expresiones de odio y de rechazo a Israel y a Estados Unidos en el mundo árabe y en otros países con fuertes protestas e intentos de tomar embajadas israelíes y estadunidenses en Turquía, Francia, Líbano, Irán e Irak, donde anoche manifestantes de ese país intentaban romper las barreras de seguridad con la intención de tomar por asalto la embajada de los Estados Unidos en Bagdad.

Todo eso ocurría en la víspera de la visita que el presidente Joe Biden hará hoy a Tel Aviv, como parte del apoyo abierto que la Casa Blanca le ha dado a Israel en su ofensiva militar sobre Gaza. Y aunque un portavoz del ejército israelí negaba que ellos hayan bombardeado el hospital de Gaza, y aseguraba que “múltiples fuentes de inteligencia indican que la Yihad islámica es responsable del lanzamiento fallido del cohete que impactó el hospital”, el propio Biden ya había condenado anoche el ataque a la instalación hospitalaria y anunció que había pedido a su equipo de seguridad nacional que recabara información del ataque a civiles, porque “Estados Unidos defiende inequívocamente la protección de la vida civil durante el conflicto”.

El Medio Oriente y el conflicto árabe-israelí está volviendo a ser, como lo ha sido históricamente, el detonante que atiza y exacerba las diferencias raciales y religiosas entre los países del mundo islámico y el Occidente que apoya a Israel. Primero fueron las protestas en países de Europa y Estados Unidos, donde la fuerza de la migración árabe volvió a mostrarse con manifestaciones a favor de Palestina y en contra de la respuesta de Israel a los ataques de Hamas y en las que los ciudadanos locales chocaban y se molestaban por el apoyo de los árabes a Hamas en sus ciudades; en ciudades como París, Londres, Madrid, Amsterdam, Nueva York y Barcelona hubo tensión por la salida masiva a de las comunidades árabes que tomaron las calles con banderas palestinas; luego vino el ataque en Bruselas a dos ciudadanos suecos por un hombre armado, catalogado por el primer ministro belga como un “horrible atentado terrorista”.

Y anoche, tras difundirse la noticia del bombardeo sobre el Hospital de Gaza, en varios países del mundo árabe se desataron marchas y protestas improvisadas en Líbano, Jordania, Marruecos, Turquía y Túnez, donde el común denominador eran los ataques a embajadas de Israel y Estados Unidos. En Beirut, Líbano, lanzaron ladrillos contra la embajada de Estados Unidos en medio de gritos de “muerte a Israel”, mientras que en Teherán, en la Plaza Palestina, cientos de manifestantes mostraban su rechazo al bombardeo y el presidente iraní Ebrahim Raisi declaró un día de luto y acusó que “las llamas de las bombas estadunidenses-israelís, lanzadas esta tarde sobre las víctimas palestinas, pronto consumirán a los sionistas”.

En Ramala y Hebrón, ambas en Cisjordania, hubo manifestaciones de rechazo al presidente palestino Mahmud Abbas, mientras que en Amán, miles de jordanos rodearon la embajada israelí, mientras el rey Abdalá culpa a Israel de las 500 muertes en el hospital de Gaza y anunciaba la cancelación de su encuentro previsto para hoy con el presidente Joe Biden, y con el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, en busca de una solución al conflicto.

Así que el conflicto en Medio Oriente ya rebasó con mucho los horrores de la guerra que se están viendo en la franja de Gaza y la crisis humanitaria que hoy vive el pueblo palestino y amenaza con desbordarse hacia todo el mundo árabe, reviviendo y agitando los extremismos y las expresiones más radicales del islam, en oposición al apoyo que Israel recibe de Occidente. Veremos cómo le va al presidente Biden en su visita de hoy al territorio israelí y si las tensiones de la víspera y las cancelaciones de varios presidentes del mundo árabe al mandatario de Estados Unidos no le auguran una tensa presencia en la zona de conflicto.

Decía Samuel Huntington que de todos los elementos objetivos que definen a las civilizaciones, la religión suele ser el más importante, y que a partir de las religiones, la relaciones entre países y civilizaciones variarían entre lo distante y lo violento, tendiendo siempre a los extremos. ¿Será que la guerra árabe-israelí terminará siendo el detonante de un nuevo choque violento de civilizaciones?

NOTAS INDISCRETAS…

Y mientras en el mundo las tensiones aumentan, en México ayer el choque era mucho más local, aunque no menos tenso. Trabajadores del Poder Judicial de la Federación desquiciaron por segundo día consecutivo a la Ciudad de México, con bloqueos y protestas que se repitieron en las principales ciudades del país, exigiéndole al presidente López Obrador y a Morena que no les roben los recursos de los fideicomisos que garantizan sus pensiones de retiro y otras prestaciones laborales. “Es un atraco a los trabajadores del Poder Judicial”, dijo el secretario General del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de la Federación, Jesús Gilberto González, quien acudió ayer a la Cámara de Diputados para decir que los fideicomisos de los que se quiere apropiar el Presidente “nacieron hace 25 años con recursos de nuestros salarios y aportaciones”. Pero ni las protestas ni las amenazas de paro, que ayer fueron desdeñadas por el presidente López Obrador, quien dijo que “los trabajadores del Poder Judicial no trabajan y se la pasan de vacaciones”, evitaron que anoche la mayoría de Morena avanzara en su intención de extinguir 13 de los 14 fideicomisos del Poder Judicial, y en medio de un intenso debate en el que los morenistas defendían la extinción y la oposición decía defender a la Corte, al cierre de esta columna se había aprobado en lo general la extinción de los fideicomisos judiciales por 259 votos de morenistas y aliados, contra 205 y una abstención de las bancadas opositoras. Pero este asunto apenas comienza y, además de seguir las protestas y paros en los juzgados y tribunales, el tema irá al Senado y si se aprueba también de seguro vendrán acciones de inconstitucionalidad y recursos que terminarán ¿en manos de quién creen? De la Corte. Así que mientras el mundo está en guerra de civilizaciones y religiones, los mexicanos estamos en una guerra de poderes, donde el poder presidencial se quiere apropiar de todos los recursos y cobrar venganza contra el único poder que se le rebela y se le enfrenta, como es el Poder Judicial…Los dados mandan Serpiente Doble. Noche de tensiones.

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