En la votación que finalmente se dará el domingo en la Cámara de Diputados, sobre la reforma constitucional al sector eléctrico del presidente López Obrador, se define no sólo el futuro de ese sector estratégico para el país, sino también el equilibrio de fuerzas y contrapesos entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo para los dos años y medio que le restan a este gobierno. Cuando voten, por el modelo eléctrico que prevalecerá en la República, los diputados federales también estarán sentando un precedente decisivo para saber si se puede contener al desbordado poder presidencial que hoy nos gobierna.

Dicho en términos llanos y simples: si la oposición en bloque logra frenar y rechazar la iniciativa constitucional en materia eléctrica, entonces cualquier otra reforma constitucional que intente López Obrador en los siguientes dos años, ya sea en materia electoral para modificar al INE y el Tribunal Electoral, la de militarizar la Guardia Nacional y cualquier otra intentona por modificar la Carta Magna, tendrá que ser forzosamente, negociada con las fracciones de oposición en el Congreso y ya no podrá imponerse, como hasta ahora, la voluntad del presidente y de Morena y sus aliados, que no tendrán los votos para hacer la mayoría calificada necesaria para aprobar cambios constitucionales.

Esas son las dos malas noticias que tendrá que recibir esta semana, antes de irse a descansar los días santos a su rancho de Palenque, el presidente López Obrador: por un lado que su reforma constitucional eléctrica no pasará, algo que ya el mismo mandatario da casi por un hecho al anunciar que si pierde la votación rescatará el tema del litio para mandar una nueva ley reglamentaria que regule a ese valioso mineral; y por otro lado, la confirmación de que, sin mayoría constitucional, ya no puede pecar de soberbio y andar anunciando y mandando reformas que impliquen cambios constitucionales, sin negociarlas antes con la oposición.

Ese último hecho que pareciera algo normal en cualquier democracia: que el presidente tenga que operar y negociar sus reformas, sobre todo las constitucionales, es algo que hasta ahora desconoce e ignora López Obrador. Los primeros tres años de su gobierno, al haber tenido una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, el titular del Ejecutivo se acostumbró a que cualquier propuesta o iniciativa que él mandara al Congreso fuera aprobada de inmediato y “sin quitarle ni una coma”, porque así se lo ordenaba e imponía a la mayoría de Morena y sus aliados.

Será la primera vez, desde que comenzó su sexenio, que el presidente enfrentará a una oposición unida en el Congreso. Y será la primera vez que el PRI-PAN y PRD harán valer las posiciones que le arrebataron a Morena y a la 4T en las pasadas elecciones de junio de 2021 para frenar el mayoriteo y la imposición que han caracterizado a este gobierno que ha despreciado la negociación y el diálogo con la oposición, al grado de que todavía hace una semana el presidente incitaba a los priistas y panistas a que “se rebelaran” contra sus dirigentes y decía tener información de que “habrá diputados del PRI y del PAN que votarán en favor de nuestra reforma”.

El presidente decía eso hace una semana, porque había pedido a varios gobernadores del PRI y del PAN que le ayudaran a convencer a diputados de su partido de votar en favor de su reforma energética. Hubo mandatarios, tanto priistas como panistas, que sí les estuvieron llamando a legisladores de sus bancadas para tratar de convencerlos de apoyar la iniciativa lopezobradorista, pero desde las dirigencias parlamentarias y nacionales de los dos partidos se enteraron de las maniobras de sus gobernadores y apretaron las tuercas para evitar traiciones.

La realidad es que esta vez López Obrador y sus operadores se toparon con pared y, por más que intentaron convencer y cooptar a legisladores de la oposición, con tratos, ofrecimientos y hasta cambios desesperados y de último momento a la iniciativa presidencial, no lograron reunir los 57 votos que necesitan para alcanzar la mayoría calificada. Tanto despreciaron, cuestionaron e ignoraron a la oposición, que ahora que necesitaban de sus votos, no hubo poder humano ni presidencial que pudiera romper la alianza legislativa de los opositores.

Mucho se ha criticado y cuestionado la pequeñez y la falta de liderazgos fuertes de una oposición que no ha podido ni ha sabido estar a la altura de las circunstancias para ser freno y contrapeso a un presidente autoritario; pero hoy por primera vez, después de que en los comicios intermedios de 2021 lograron romper la mayoría absoluta de Morena y aliados, los integrantes de la Alianza Va Por México encontraron la forma de ponerle el cascabel al gato.

Y si no pasan cosas extrañas, en los próximos días el felino de la 4T tendrá puesta en la cola una sonaja que, cada vez que se mueva e intente pasar o cambiar la Constitución, sonará tan fuerte que podrán salir los ratones de la oposición para evitarlo. Parece un juego, pero es lo que nos ayudará a frenar y contener que haya más locuras y ocurrencias en lo que resta del sexenio.

NOTAS INDISCRETAS…

Anoche, antes de que se anunciara que la votación de la reforma se realizará el domingo, la Cámara de Diputados se había convertido en campamento en el que pretendían pasar la noche, durmiendo en sillones y oficinas, los diputados del bloque opositor que llegaron a acampar, con todo y maletas, en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Legisladores del PRI, PAN y PRD arribaron por la tarde, con equipajes, pijamas y algunos hasta con sus almohadas, al recinto legislativo con la intención de pernoctar en el lugar y evitar así que la marcha y el bloqueo anunciado por Morena para este martes, en los alrededores de San Lázaro, pudiera evitarles llegar a estar presentes en la votación del dictamen legislativo sobre la reforma eléctrica. De esta manera la oposición, con excepción de MC que anoche estaba analizando si también mandaba a dormir a sus legisladoras en el recinto, se prevenía ante cualquier trampa o intento de Morena por reducir el número de diputados presentes, para de esa forma desesperada intentar llegar a los votos suficientes para hacer mayoría. Veremos qué tal se puso la pijamada de los diputados opositores… Esta columna guarda los dados por unos días y se toma un descanso inmerecido pero necesario. Le deseamos a todos los queridos lectores un buen descanso de días santos y unas felices pascuas. El lunes 25 de abril los dados vuelven recargados y listos para seguir rodando en busca siempre de buenos tiros y tiradas para los lectores.