Este no será un buen lunes para la economía mexicana. Tonos negros y morados pintarán este inicio de semana. Primero porque cientos de miles de mujeres, tal vez millones en todo México pararán sus actividades cotidianas, laborales, académicas y profesionales, además de que una gran parte del sector femenino no saldrá a realizar ni compras ni las actividades que diariamente aportan a la fuerza laboral y productiva del país. Y segundo porque hoy nos amanecemos con una caída en picada del petróleo que, parte por el coronavirus y sus afectaciones y parte por el fracaso de negociaciones en la OPEP, ayer desplomó los precios internacionales del energético hasta los 30 y los 20 dólares, como no se veía desde la Guerra del Golfo en 1991.
Podría decirse que este será un lunes morado, porque al paro histórico de “Un día Sin Mujeres”, cuyos efectos además de sociales, por el grito sordo que significará la ausencia de las mujeres, le antecedieron las protestas multitudinarias que ayer tuvieron lugar en México y en el mundo, donde cientos de miles de mujeres salieron a las calles de varias ciudades mexicanas y de todo el planeta, para hacer sentir su voz como nunca en un grito único y enérgico: “¡Basta de violencia!” y “Fin del Patriarcado”. Las consignas y exigencias de justicia, de trato igualitario y de castigo a acosadores, violadores, golpeadores y feminicidas unificaron las marchas y protestas de mujeres en todo el mundo y constituyen, sin lugar a dudas, un movimiento histórico que marca un antes y un después en la nueva ola feminista que recorre el planeta.
Será difícil que autoridades y la sociedad misma ignoren a partir de ahora el reclamo no sólo de desterrar y cambiar una cultura socialmente aceptada y tolerada de machismo, misoginia y violencia de todo tipo hacia las mujeres, sino también que los políticos y los gobernantes, sean del partido que sean, crean que con discursos huecos y buenas intenciones podrán responder a la exigencia, cada vez más fuerte, de detener la violencia feminicida, los asesinatos y violaciones de niñas y mujeres, pero sobre todo de terminar con la impunidad de los agresores y asesinos de mujeres que, en el 90% de los casos, según cifras oficiales, no son ni procesados ni sentenciados por feminicidio.
El primer paso ya lo dieron las mujeres mexicanas. Hoy con su ausencia que las hará más visibles y nos dejará ver todo lo que pesa y lo que vale la fuerza de su trabajo y su esfuerzo cotidiano en la economía y en nuestras vidas, y ayer con el grito unánime de los ríos de mujeres de todas las edades, clases sociales, orígenes y profesiones y ocupaciones, que salieron para decir que “El Patriarcado ya va a caer”, “Lo vamos a tirar” y para sacar en muchas marchas el dolor y la rabia contenida que se resume en una frase: “No quiero vivir con miedo por ser mujer”.
Pero para que este movimiento y sus movilizaciones y paros históricos trascienda a una coyuntura como la de este 8 y 9M se necesitará que los grupos y colectivos que lo impulsan sean capaces de institucionalizar esta enorme fuerza femenina que ayer salió a las calles y que hoy se ausentará de la vida social y económica del país. Sin partidos políticos, sin sesgos ideológicos, con el feminismo y la lucha de las mujeres por vivir sin miedo y sin violencia y por una sociedad más igualitaria para ellas y para todos, pero sí con una organización que sea capaz de presionar y obligar a que las autoridades y el Estado Mexicano respondan con cambios reales y urgentes que atiendan los reclamos femeninos.
Ayer fue inevitable que el nombre del presidente López Obrador saliera a relucir en las marchas con pancartas y hasta en el mensaje final que dieron en el Zócalo los colectivos de mujeres, tras la confrontación que el mandatario sostuvo en la víspera con estos movimientos y su insistencia en negarles legitimidad para culpar de ellos a sus adversarios “conservadores” y de la actual violencia feminicida a los gobiernos del pasado. “Estamos en el Zócalo violeta con una rabia organizada porque la violencia, omisión, impunidad es intolerable. A más de un año de la llegada del nuevo gobierno nuestras exigencias siguen sin respuesta… No aceptamos que López Obrador minimice nuestras demandas ni su política de criminalización”, se escuchó en el pronunciamiento de la denominada “Coordinación 8M”, en el que también condenaron que “la derecha se haya querido montar” en el movimiento feminista. “Repudiamos a los partidos políticos que se apropian de nuestro discurso para hacer campaña electoral”, expresó el colectivo.
Así que este no será un buen lunes ni para la economía ni para el presidente. A los reclamos de las mujeres se sumará el golpe al peso que ayer colapsó y la histórica caída de los precios del petróleo. Si hay algo que le importa a López Obrador en términos económicos son precisamente el precio del dólar y el “peso fortachón”, al que defiende y presume casi todos los días, y la producción y recuperación de Pemex que irremediablemente se verá arrastrada por el derrumbe ocasionado por Arabia Saudita y su agresiva política energética, con la que respondió a la ruptura de acuerdos en la OPEP. Ese será el “lunes negro” para la economía.
NOTAS INDISCRETAS…
Dos días después de que detuvieran en Guanajuato al padre de José Antonio Yepes, “El Marro”, ayer por la tarde estalló un autobomba afuera de las instalaciones de la Guardia Nacional en Celaya, Guanajuato. El hecho es grave y amerita una respuesta fuerte del gobierno federal a lo que es sin duda una respuesta terrorista del líder criminal que ha desatado la violencia en el productivo Bajío mexicano. Al “Marro” ya le detuvieron a casi toda la familia y a su novia, pero la pregunta es cuándo lo detendrán a él que ahora ya es capaz hasta de meter un auto con explosivos a una instalación estratégica federal, como un cuartel de la Guardia Nacional… Hablando de desafíos, el que lanzó la semana pasada la maestra Elba Esther Gordillo, al movilizar a sus bases de la sección 56 y bloquear vías del tren en Veracruz y Puebla, no es nada menor. Los grupos magisteriales, afines a “Maestros por México” ocasionaron pérdidas millonarias a diversas empresas e industrias, al impedir por varios días la transportación de insumos y mercancías en los trenes que circulan por esos dos estados con dirección a los puertos del Golfo y al norte del país. El reclamo de los maestros elbistas es que haya “elecciones democráticas” y buscan presionar para que la maestra recupere posiciones en el SNTE a través de las votaciones abiertas que le reclaman a la dirigencia nacional del magisterio y a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde. La maestra ya había dicho que iba a hablar y que no se iba “a quedar callada”; pero parece que tampoco se va estar quieta y por lo pronto ya hasta le copió sus métodos radicales a la CNTE y con sus bloqueos afectó la producción y la transportación de mercancías por las vías ferroviarias. ¿Le van a responder algo desde el gobierno o dejarán que el magisterio elbista se radicalice?...Los dados mandan Escalera para todas las mujeres. Sin ellas no hay país.
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