Con el arranque del mes de octubre se abrió el tiempo de la sucesión en la rectoría de la segunda universidad pública del país. Por primera vez en 28 años el proceso sucesorio en la Universidad de Guadalajara no pasará por la mano o la opinión del difunto Raúl Padilla López, quien condujo, dirigió y operó las últimas siete elecciones internas de rectores, desde 1995 hasta 2023, cuando murió el que fuera considerado “el gran elector” en la máxima casa de estudios de Jalisco.

Ricardo Villanueva Lomelí fue todavía electo bajo la influencia y el cacicazgo político, académico y cultural de Raúl Padilla en el año 2019, y ahora al rector saliente le tocará entregar el cargo a quien resulte electo por la mayoría de votos del Consejo General Universitario, que sesionará en marzo de 2025 para tomar la decisión de quién será el rector o la rectora que conducirá los destinos de la Universidad de Guadalajara.

Pero de acuerdo con los estatutos universitarios, el proceso interno arrancó justo al inicio de este mes y ya son varios los candidatos o aspirantes que empiezan a moverse en pos de la rectoría universitaria, la mayoría de ellos pertenecientes a la estructura del llamado Grupo Universidad, que fundó y lideró hasta su muerte Padilla López, aunque también hay políticos, surgidos del grupo universitario, que empiezan a expresar sus intenciones de buscar la codiciada posición académica.

La efervescencia interna apenas empieza pero ya se puede palpar en el ambiente. Hay al menos ocho nombres de hombres y mujeres que ya son señalados por los medios jaliscienses y por los grupos universitarios como posibles candidatos. La lista la encabeza César Barba Delgadillo, director general del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la UdeG y colaborador cercano en el grupo del rector Villanueva Lomelí. Abogado y maestro en Administración de Justicia y Seguridad Pública por la propia universidad tapatía, tiene además una maestría en Filosofía.

Barba Delgadillo, a quien apodan “Chicho”, tiene entre sus logros los resultados que logró en el SEMS, como responsable de la formación a nivel bachillerato de más de 190 mil estudiantes. Desde esa dirección logró por cinco años consecutivos la admisión al 100 por ciento de todos los estudiantes que concluyeron su proceso de admisión a la prepa de la UdeG, y contribuyó a la reforma al plan de estudios que permitió a más estudiantes culminar su formación preparatoria, al tiempo que durante su gestión se construyeron cinco nuevos planteles en el bachillerato universitario.

Pero también en los pasillos universitarios se mueve fuerte el concepto, ideado desde la Presidencia de la República, sobre un llamado “Tiempo de Mujeres”. Hay dos aspirantes fuertes entre las académicas y funcionarias de la UdeG. De un lado está Karla Planter, rectora del Centro Universitario de Los Altos y maestra a en Estudios Políticos y Sociales, a quien se le atribuyen también varios logros importantes en su gestión; y del otro lado está la diputada local de Jalisco, Mara Robles, quien también fue rectora del mismo Centro Universitario alteño y tiene estudios de doctorado por la Universidad de Oviedo, además de una larga trayectoria política y académica en la que ha sido diputada federal y secretaria de Educación en el Gobierno de la Ciudad de México.

Otros nombres que se escuchan y que empiezan a moverse con el arranque del proceso sucesorio en la UdeG son el de Gustavo Padilla Montes, actual director del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA); José Francisco Muñoz Valle, rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud; Guillermo Arturo Gómez Mata, actual Secretario General de la Universidad; Irma Leticia Leal Moya, rectora del Centro Universitario de Tlajomulco e investigadora universitaria, y Carlos Iván Moreno Arellano, director de la Universidad Virtual y Aprendizaje Digital de la UdeG.

De entre esos ocho nombres, más los que se acumulen, saldrá el nombre del nuevo rector que en marzo de 2025 será elegido por votación de los consejeros generales de la Universidad de Guadalajara, que por primera vez en casi tres décadas podrán votar sin la presión, la “sugerencia” o la operación del exrector Raúl Padilla López, lo que le da a esta elección un carácter especial que algunos universitarios empiezan a considerar “histórico”, pues será la primera vez en 28 años que surgirá un rector que no necesariamente llega a la sombra del fallecido cacique universitario.

Faltan aún cinco meses para llegar al momento de la votación del Consejo Universitario, pero ya desde ahora, y cada vez más intenso conforme avancen los tiempos, hay un hervidero de intenciones, pasiones y aspiraciones en la cueva de los llamados Leones Negros, en la contienda por la rectoría que no sólo es cabeza de la gran Universidad de Guadalajara, sino también es una posición visible e influyente en la sociedad y hasta en la política del estado de Jalisco.

NOTAS INDISCRETAS… En la bancada de Morena, apenas a un mes de iniciada la actual legislatura, ya se empiezan a ver los grupos y las divisiones internas, sobre todo en el reparto de las presidencias de comisiones y en el juego que se les da a cada legislador, sobre todo de los más visibles. Y es que en la burbuja de Ricardo Monreal, en donde el que manda parece ser el diputado Pedro Haces, se comenta que hay varios legisladores que son muy cercanos a la doctora Claudia Sheinbaum y que no están recibiendo para nada un buen trato por parte de la burbuja monrealista y su coordinador político. Es el caso de Alfonso Ramírez Cuellar, a quien han hecho literalmente a un lado de las decisiones importantes, pero tampoco le han permitido opinar a la hora de definir presidencias y comisiones, lo que no tiene nada contento al legislador que coordinó la campaña de la doctora. Carlos Ulloa es otro de los legisladores “claudistas” que también están siendo relegados y no tomados en cuenta a la hora de las definiciones y repartos. Veremos si esta tendencia se mantiene y si en Palacio Nacional ven muy bien que los operadores monrealistas se despachen con la cuchara grande… A propósito de José Cordoba Montoya, el gran asesor salinista que ahora asesora también a Altagracia Gómez, la presidenta del Consejo Asesor Empresarial de la doctora Sheinbaum, hace unos días se le vio comiendo en un conocido restaurante de Polanco, por los rumbos de Emilio Castelar, junto al exsecretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, a quien en los bajos mundos de la tecnocracia neoliberal lo conocían como “La Perica”. Los dos salinistas y piezas fundamentales en la era neoliberal, comieron juntos en una esquina del restaurante, ambos ya pintando canas, pero con la misma soberbia y exquisitez que siempre les ha caracterizado… Los dados mandan Escalera Doble. Bueno el tiro.

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