Un problema más se suma a la complicada situación que ha enfrentado el IMSS en la pandemia del coronavirus cuando estamos aún en los picos más altos de contagio y con los semáforos en todo el país: médicos y trabajadores de la salud del instituto, primero en lo personal y luego en grupos, han encontrado en la vía legal del amparo una forma de negarse a atender pacientes con Covid19 con el argumento de que no tienen apoyo de la institución que es su empleador ni las condiciones adecuadas para desarrollar su trabajo en condiciones de seguridad y protección.
La estrategia legal del personal de salud podría generar una crisis ante la falta de médicos especialistas que podrían faltarle al IMSS, justo en los momentos en los que se están incrementando los contagios y la demanda de los servicios de hospitalización y terapia intensiva en los estados y en la Ciudad de México . A pesar de que el gobierno federal ha contratado 7 mil nuevos médicos para el Seguro, se trata en su mayoría de médicos jóvenes y sin tanta experiencia, además de que los médicos jubilados a los que también convocaron la mayoría no han aceptado, aún con el bono que les ofrecieron.
El problema es que faltan médicos intensivistas y anestesiólogos que son los que están capacitados para atender en terapia intensiva y saben manejar los respiradores. Los mismos gobernadores de los estados, en la reunión que tuvieron el gabinete federal la semana pasada, se quejaban de que les está faltando personal de salud especializado que pueda operar los respiradores y que sepa cómo atender e intubar a los pacientes Covid en la fase más crítica. “Tenemos muchos ventiladores, pero de nada nos sirven si no tenemos personal que sepa operarlos y que esté capacitado”, comentó el viernes pasado el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro.
Hasta el momento se sabe de al menos 100 casos de médicos y personal de salud de distintas áreas del Seguro Social que han recurrido al amparo en varios estados de la República, basados en las condiciones de su Contrato Colectivo de Trabajo y asesorados por abogados laborales y por dirigentes de su sindicato, que esgrimen la obligatoriedad legal de que la institución les proporcione a los trabajadores de hospitales y clínicas “todos los instrumentos necesarios para su seguridad y protección”, además de que los trabajadores de la salud exponen que en caso de infectarse con coronavirus, el IMSS lo tomaría como “enfermedad general” y no como “riesgo de trabajo”, por lo que de ser enviados a sus casas recibirían sólo el 60 por ciento de su sueldo.
La desconfianza y molestia que tienen los trababadores del IMSS hacia sus directivos se ha reflejado desde el inicio de la pandemia cuando comenzaron a hacer protestas y manifestaciones callejeras en todo el país para denunciar la falta de equipos de seguridd y protección para el personal que estaba a cargo de los pacientes con Covid. Después, cuando los dotaron a cuentagotas del material, muchos médicos y personal de enfermería se sintieron también molestos e inseguros por el tratamiento laboral que se les estaba dando al personal contagiado y la falta de apoyos una vez que contraían el coronavirus, por lo que decidieron, asesorados por expertos legales, recurrir a la vía legal y demandar al IMSS por la vía del amparo.
Los médicos y el personal de salud tienen miedo y preocupación no sólo por ellos sino por su familia, como es natural, y tienen el derecho, basados en su Contrato Colectivo, de ir al amparo y los jueces les están dando la razón. La semana pasada en Guadalajara, en la clínica 110 del IMSS, 25 médicos trabajadores presentaron el 31 de mayo pasado amparos ante el Poder Judicial de la Federación para no atender pacientes portadores de nuevo coronavirus (Covid-19), pues la semana anterior se les había obligado a hacerlo pese a no contar con la especialidad ni con capacitación requeridas. Lo mismo pasó con 20 médicos del Estado de México que se ampararon en Metepec el 28 de mayo acusando que los habían mandado a atender pacientes con Covid, sin el equipo de protección necesario, y cuando varios de ellos tenían otras especialidades distintas a las requeridas.
En ambos casos, además de otros que se han presentado en Puebla, los trabajadores de la salud exponen en sus demandas de amparo que en caso de infectarse con coronavirus, el IMSS no lo considera como un “riesgo de trabajo”, sino que lo clasifica como “enfermedad general”, por lo que sólo les pagarían el 60% de su salario en caso que los mandara a su casa con el Covid19. En varios de los amparos promovidos y a los que los jueces federales les han otorgado la suspensión los asesora Mario de la Garza Marroquín, expresidente de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, quien a través de la Organización Civil Renace apoya a los médicos y los representa legalmente en sus solicitudes de amparo, y esa asociación tienen ya cerca de 100 casos documentados en los que se ha promovido el recurso legal ante instancias del Poder Judicial de la Federación.
El temor en estos momentos, entre las autoridades federales y la dirección general del IMSS, es que las solicitudes de amparos continúen y se registre una falta de médicos especialistas sobre todo en estos momentos en los que la curva de contagios y por lo tanto la demanda de hospitalización y atención en medicina crítica seguirán increméntandose y se requieren cada vez más médicos especializados para ayudar a salvar las vidas de los pacientes con Covid19.
NOTAS INDISCRETAS…
En los últimos contratos de la Refinería de Dos Bocas, otorgados el pasado 2 de junio por parte de PTI de Pemex, para la fabricación de los Tanques de Almacenamiento, hubo una asignación que llamó la atención: la empresa LM Vaga, ubicada en un pequeño y humilde inmueble en Coatzacoalcos, Veracruz, ganó el Paquete VI para la construcción de los tanques de almacenamiento de 200 MBLS de la Refinería, con la tercera oferta económica más alta. Esta constructora es propiedad Luis Mario Vadillo García y obtuvo el triunfo con una oferta integrada de 964 millones 187.9 mil pesos, misma que resultó 40% mas elevado que la primera y mejor oferta hecha por la compañía regiomontana Global Romorake que propusó 688 millones 358.3 mil pesos por esos trabajos. Con base en las actas de apertura de ofertas económicas del concurso PTI-ID-O-011/2020, en poder de esta columna, la empresa LM Vaga también se impuso a Promotora y Desarrolladora Mexicana (Prodemex), de Olegario Vázquez Aldir. Lo que llamó la atención es que la empresa ganadora no cuenta con página web ni acredita haber realizado obras de la magnitud que le acaba de asignar el gobierno federal. De acuerdo con su historial en Compranet, el sistema de compras del Gobierno Federal, su contrato más reciente con Pemex data de 2010 y fue por 68.9 millones de pesos que constó de “rehabilitación, inspección y certificación de la integridad mecánica de recipientes a presión tipo esferas en el sector Morelos del complejo procesador de gas área Coatzacoalcos” conforme al contrato 18577010-025-10. El resto de sus contratos (entre 2002 y 2009) fueron básicamente de mantenimiento y conservación en instalaciones de la empresas productiva del estado. El valor de sus contratos con Pemex durante 8 años ascienden a cerca de 130 millones de pesos, pero en una sola tarde, la del 2 de junio del 2020, ganó un contrato de 964 millones de pesos aún siendo mas caro que la ofertas de consorcios de probada capacidad constructiva. Si se busca información en internet de la empresa LM Vaga o de su dueño, Luis Mario Vadillo García, solo aparece en directorios de constructoras y en la red social de Linkedin, pero en los grupos empresariales de Coatzacoalcos y Villahermosa se comenta que Vadillo es amigo cercano de Juan Carlos Fong, así como de Arturo Quintanilla Hayek, ambos personajes amigos de Luis Peña, el esposo de la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Juan Carlos Fong es integrante del Consorcio Huerta Madre —donde es socio también Manuel Santandreu— que a tan solo 5 días de haberse constituido ganó el contrato de 5 mil millones de pesos para la preparación del terreno de Dos Bocas. Algun huele mal en Paraíso, Tabasco…Los dados mandan Escalera doble. La semana promete.