El día de ayer, 10 de septiembre de 2024, pasará a la historia como uno de los días más aciagos, vergonzosos y tristes de que tenga memoria la República de las últimas décadas.

Porque en medio de un debate que se vio interrumpido abruptamente por la toma masiva de trabajadores y ciudadanos en defensa del Poder Judicial Federal, que ingresaron a tropel a las instalaciones del Senado y tomaron el pleno legislativo, obligando a suspender la sesión en la que se discutían las controvertidas reformas constitucionales que alteran radicalmente al sistema de Justicia, a la Suprema Corte y a su autonomía e independencia, obligando a los senadores a trasladarse y reanudar su sesión en la sede alterna de Xicoténcatl, afloraron los peores vicios de la política mexicana y fue un día de traiciones, sobornos, presiones y extorsiones.

Con una oposición que terminó fracturada y debilitada, porque no aguantó las tentaciones, amenazas y demás artilugios que puso en marcha la 4T para terminar comprando, literalmente, la mayoría calificada que les permitió aprobar pasada la medianoche los 16 cambios constitucionales que permitirán la renovación total del Poder Judicial de la Federación, para sustituir a los actuales ministros, magistrados y jueces de un poder independiente, por nuevos jueces, magistrados y ministros que serán electos por el voto popular y que terminarán siendo impuestos, por la fuerza del aparato electoral de Morena, para obedecer y plegarse a los designios del Poder Ejecutivo, debilitando la defensa de los derechos de los mexicanos con la dilusión del Juicio de Amparo y el peligro de que se infiltren como juzgadores federales abogados cercanos al movimiento político gobernante y a poderes fácticos como el crimen organizado.

El pataleo desesperado de los líderes opositores en el Congreso, que juraban tener el control absoluto de sus bancadas, terminó siendo el fiel reflejo de la pequeña y torpe oposición política que hoy existe en el país. Ni siquiera por tener apenas bancadas de 20 senadores en el caso del PAN y apenas 5 integrantes en Movimiento Ciudadano, sus coordinadores y líderes partidistas pudieron contener el embate, con toda la fuerza del Estado que realizó Morena y el gobierno de López Obrador, que terminó cooptándoles no uno, sino dos senadores que le otorgaron la aprobación de una Reforma judicial que ha sido cuestionada, observada y descalificada no sólo por especialistas y parte de la sociedad mexicana, sino por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y asociaciones de jueces, abogados y ministros de todo el mundo.

Miguel Angel Yunes Márquez y su padre Miguel Angel Yunes Linares fueron los primeros traidores que desconocieron sus orígenes panistas y priistas para sumarse abiertamente a Morena y otorgarles el voto que les faltaba para lograr la cifra mágica de 86 senadores presentes en la sesión de ayer. Con maniobras legislativas marrulleras, el padre y el hijo, respaldados y aplaudidos por Morena, hicieron gala de cinismo, se sentaron juntos en la bancada de Morena y se pasaron la senaduría uno al otro como si se tratara de calzones, para terminar con el junior de la polémica familia Yunes proclamándose defensor de la elección de jueces y ministros, y reivindicando su presunta libertad parlamentaria, al acusar en la tribuna que en el PAN “quisieron obligarme a votar en contra”, aunque nunca dijo cómo fue que los morenistas sí lo convencieron de votar a favor.

Luego vino el supuesto secuestro del senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda, que según Clemente Castañeda había sido “retenido junto con su padre” por autoridades de Campeche, aunque luego resultó, para burla y vergüenza de Ivonne Ortega, la coordinadora, de Castañeda y del patriarca naranja, Dante Delgado, que más bien lo tenía encerrado Adán Augusto López mientras le contaba los millones de motivos y razones por los que le convenía unirse a Morena y sus aliados en esta votación histórica.

Lo demás fue la crónica de una aprobación anunciada, en la que el presidente López Obrador, con su segunda mayoría absoluta artificial –la primera se la regalaron el INE y el Tribunal Electoral en la Cámara de Diputados— lograba imponer finalmente su llamado “Plan C”, con el que desmantelará a la Corte autónoma y a los jueces independientes que le frenaban leyes, iniciativas obras y políticas abusivas o inconstitucionales, para dar paso a ese nuevo poder en donde cualquier aspirante que gane una votación por popularidad o acarreo de votantes, podrá impartir justicia, así haya sido un abogado titulado con promedio de 8 y apenas 5 años de experiencia jurídica.

Anoche, mientras adentro el debate subía cada vez más de tono y la oposición intentaba reventar la sesión con una toma de la tribuna del viejo recinto de Xicoténcatl, afuera los trabajadores del Poder Judicial, estudiantes y sociedad civil que habían logrado interrumpir la sesión en el recinto original, presionaban y empujaban a la muralla humana de policías antimotines de la CDMX y a las vallas metálicas que les cerraban el acceso a la sede alterna, mientras los uniformados capitalinos respondían a los embates con gases lacrimógenos para dispersar a la enardecida multitud que se arremolinaba en la esquina del Eje Central y la calle de Tacuba.

Fue justo cuando el Judas Yunes Márquez daba a conocer su voto a favor de la reforma lopezobradorista, cuando estallaron en las calles aledañas los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. La marea humana que se arremolinaba para romper el cerco policiaco mientras era rociada con gases, parecía el anuncio de lo que vendrá a partir de hoy y en las siguientes semanas si se cumplen las advertencias de calificadoras, bancos, de nuestros socios comerciales y de los inversionistas nacionales y extranjeros que ven con incertidumbre, temor y recelo la creación del nuevo Poder Judicial electo bajo criterios políticos y electorales.

Veremos si la turbulencia que se ha vivido en las últimas semanas y que alcanzó la noche de ayer su punto máximo con la irrupción violenta en el Senado, se intensifica o se debilita en los próximos días. Ya hay llamados en redes a la resistencia hacia estas reformas y la agitación que han logrado los trabajadores del Poder Judicial y los grupos sociales y de estudiantes que se les han sumado no parece que vayan a ceder lo que han ganado en materia de difusión y opinión pública.

Mientras que del lado oficialista, mañana sin duda escucharemos la celebración de López Obrador que, contra viento y marea y emulando y hasta superando al viejo régimen autoritario del PRI, recurrió a la compra y cooptación de senadores para lograr su victoria política de aprobar sus reformas judiciales.

Sólo habrá que esperar que los festejos y celebraciones del presidente, no vayan a traducirse en las angustias y dificultades para el arranque del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum que asumirá la presidencia en uno de los ambientes más agitados y turbulentos que se recuerden para un arranque de gobierno, quizás solo comparable a la convulsa toma de posesión de Felipe Calderón en San Lázaro, aquel 1 de diciembre de 2006. Y paradojas de la política y del péndulo ideológico en el que siempre se ha movido este país, ahora los que gritan y empujan para enturbiar la toma de protesta de la doctora Sheinbaum serían los que apuntalaban a Calderón, mientras que los que hace 18 años gritaban y trataban de reventar la asunción presidencial, ahora serán los que defiendan a la nueva presidenta.

Al final, como bien dijo ayer en estas mismas páginas, el abogado Javier Tejado Dondé, habrá que ajustarse los cinturones. Se vienen tiempos turbulentos para la economía y la estabilidad presupuestal y financiera del país, y tiempos oscuros para el equilibrio de poderes y la defensa de los derechos ciudadanos en la agitada República.

NOTAS INDISCRETAS… A propósito de la toma violenta de los manifestantes que irrumpieron ayer en la sede del Senado de la República, anoche circulaba entre los senadores la versión de que fue con la ayuda del PRI y de su dirigente nacional Alito Moreno, que los trabajadores, ciudadanos y estudiantes pudieron romper el cerco de seguridad del edificio senatorial y entraron por cientos a apoderarse del pleno e interrumpir abruptamente la sesión. Según esa versión, Alito se habría coordinado con trabajadores de la Corte, afines a la presidenta Norma Piña, para pedir que les abrieran la puerta a diputados priistas y cuando los guardias les dieron el acceso a los legisladores, la muchedumbre aprovechó y empujó hasta superar a la seguridad del recinto legislativo. Al final, haiga sido como haiga sido, diría el clásico, la oposición y los manifestantes en contra de la reforma solo lograron ganar unas horas, porque a las 7 en punto de la noche se reanudaba la sesión que en los primero minutos de este jueves ya estaba aprobando, por mayoría calificada y absoluta, la cuestionada reforma… Por cierto qué razones tenía, y de sobra, Alito Moreno para estar enojado con la 4T. Y es que justo cuando arreciaba el debate sobre los cambios judiciales, en el INE la Comisión de Prerrogativas y Partido Políticos invalidaba, por mayoría de 3 votos contra 2, la reelección de Moreno Cárdenas al frente del PRI, al considerar que las reformas a los estatutos priistas fueron ilegales y la convocatoria a la apurada Asamblea Nacional no cumplió con la normatividad interna del partido. Fue el mismo Alito quien acusó en el Senado que el revés de los consejeros del INE obedeció a presiones de los senadores de Morena que pretendieron cobrarle el voto en contra de su bancada a la reforma judicial. El caso es que, presionados o no, los consejeros del INE adelantaron en comisiones lo que parece venir también como un revés para al reelecto líder priista en el Pleno del Consejo General del instituto electoral. Y a partir de ahí solo habrá que esperar si el Tribunal Electoral federal y sus magistrados confirman o rechazan el criterio del INE para saber si Alejandro Moreno Cárdenas no terminará también siendo una víctima más de la reforma judicial y si un fallo en contra de los magistrados electorales no lo deja a merced del priismo disidente que, sin duda aprovecharía para intentar pedir su cabeza y romper el férreo control que hoy tiene del viejo partido… En vísperas de que asuma por aclamación y con la bendición del presidente López Obrador como la próxima presidenta nacional de Morena, de la mano de su compañero de fórmula, Andrés Manuel López Beltrán, a la secretaria Luisa María Alcalde se le ha visto usando ropa muy holgada en los eventos públicos en los que aparece. ¿Será que la futura dirigente anda estresada y eso le ha hecho subir algo de peso?... Influenciados por el ambiente de tensión e incertidumbre que se vivía la noche de ayer, los dados mandaron una Serpiente Triple. La caída del Poder Judicial está empezando, aunque las consignas callejeras anoche repetían con furor y coraje que “el Poder Judicial no va a caer, no va a caer”.

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