Primero fue Monclova, Coahuila, con el primer hospital público —el General de Zona 7 del IMSS— que se volvió un “foco de contagio masivo” con sus tres médicos muertos y más de 36 trabajadores de la salud contagiados; luego vino el escándalo de Tlalnepantla, donde el Hospital General Regional 72 tuvo un brote de Covid con más de 20 médicos contagiados que, según el director del Seguro Social, Zoé Robledo, se infectaron “fuera del hospital”; más tarde fueron Los Cabos y Cuernavaca, en el primer caso otro “contagio masivo” con 42 empleados en el Hospital de Subzona 26 y en el segundo el Hospital General Regional 1 de Morelos, con 4 contagiados entre el personal médico.
Hoy, con las denuncias de lo que está sucediendo en Tijuana, avaladas por el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, que reconoce que la problemática denunciada en videos de redes sociales, por la falta de insumos de seguridad y capacitación para el personal médico son reales, la crisis ya es inocultable en Instituto Mexicano del Seguro Social. Con la pandemia del Covid están saliendo a flote todas las ineficiencias, desabastos y carencias en el Seguro Social que, si bien en una parte fueron heredadas, también se agudizaron y se agravaron por las mal aplicadas políticas de austeridad y la alteración de los sistemas de compras y adquisiciones que en su momento provocaron la estridente renuncia de su exdirector, Germán Martínez Cázares.
“Sabíamos que nuestro talón de Aquiles (en la pandemia del coronavirus) iba a ser el Seguro Social, por el desprendimiento y la falta de preocupación por los temas… Puedes tapar el sol con un dedo por un ratito, el director general del IMSS a nivel nacional (Zoé Robledo) debe admitir lo que está mal”, exigió ayer el gobernador morenista de Baja California, luego de que la dirección del instituto mandara a su representante en aquella entidad, Desirée Sagarnaga, a desmentir las denuncias de carencias que personal médico de la clínica 20 de Tijuana enviaran al comediante Eugenio Derbez a través de una carta.
Tal vez el director del IMSS ahora sí tendrá que atender los fuertes comentarios de un gobernador de Morena, como Bonilla, que además es cercano al presidente López Obrador, luego de que las denuncias periodísticas por los casos de contagio masivo en sus instalaciones hospitalarias le parecieran “irresponsables” y saliera a descalificar, sin aceptar que las quejas y las denuncias vienen de los mismos trabajadores del Seguro Social, que se siguen manifestando en las calles y en los hospitales del país para exhibir la falta de controles de seguridad y el abandono de su personal, a los que no les están proporcionando los insumos y medidas necesarias para proteger su salud en la atención a pacientes contagiados de Covid.
La institución más grande y noble del sistema de salud pública en México no puede darse el lujo de colapsar en una pandemia que representa el mayor reto de salud, y el mayor riesgo de inestabilidad social y económica que hayan enfrentado los mexicanos en su historia reciente. Si el IMSS y sus directivos no dejan a un lado la soberbia, la indolencia y la desatención de lo que están gritando en las calles sus médicos, enfermeras y trabajadores de los hospitales, y se ponen las pilas para atender y equipar a cada clínica, hospital y centro médico en el país, garantizando la seguridad a la que sus trabajadores tienen derecho por ley, estarán cometiendo una negligencia criminal muy costosa para el país.
Los médicos, enfermeras y demás personal hospitalario son la primera línea de defensa que tenemos los mexicanos para vencer al coronavirus y disminuir los costos inevitables que tendremos en la salud y las vidas de los mexicanos. Si no les damos a los trabajadores del IMSS los medios, equipos y medidas necesarias para proteger su salud y su vida, tampoco podremos exigirles que protejan y salven la salud y la vida de los enfermos de Covid.
Estamos ya tarde y contra el tiempo para que el IMSS atienda los reclamos y evite convertir a sus hospitales en focos de contagio masivo, antes de que comience la fase más crítica de la pandemia. Si no lo hacen, en la República se repetirán escenas tan tristes y duras como las de Italia y España, pero multiplicadas por el tamaño de nuestra población; y el prestigio y la enorme contribución del instituto de seguridad social por excelencia, que nació y existe para cuidar la salud y la vida de los mexicanos, podría convertirse en un enorme riesgo para la población y, como bien lo advierte el gobernador Jaime Bonilla, en el talón de Aquiles que puede llevar al colapso del sistema de salud pública.
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