Durante una semana, sin que muchos medios dieran cuenta de ello, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller hizo una gira en la que se dedicó a visitar y recorrer varios países del Caribe, a los que llegaba con un mariachi mexicano, alebrijes, sarapes y regalos, y en donde fue recibida por presidentes, ministros y funcionarios de esas paradisíacas islas y países. Desde el lunes 17 de abril y hasta el pasado sábado, la esposa del presidente visitó cuatro países viajando en un avión privado, en lo que ella misma denominó el “Proyecto de Recuperación de Archivos Históricos en América Latina y El Caribe”, en un recurrido auspiciado y pagado por el gobierno de México y la Agencia Mexicana de Cooperación para el desarrollo de la SRE.
Ante la poca difusión que tuvo en medios, fue la misma Beatriz Gutiérrez, quien ya sin un cargo público (el pasado 21 de enero desapareció la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural, el cargo que le creó el presidente al inicio del sexenio con un decreto y que terminó con otro decreto presidencial y sin dar explicación clara de esa decisión) se encargó de difundir a través de sus redes sociales, Facebook, Instagram y Twitter, sus visitas, recorridos y las recepciones que tuvo en Belice, San Vicente y Granadinas, además de Santo Domingo, donde primeros ministros, presidentes y funcionarios de cultura la recibieron y encabezaron con ella actos públicos para recibir archivos digitalizados y regalos folclóricos de la no primera dama mexicana.
En los videos y reseñas que la doctora en historia compartió, se le ve muy relajada, ataviada con vestidos coloridos y con motivos y textiles mexicanos y bajando de un avión privado bimotor en el que viajó con toda una comitiva que incluía, además de sus colaboradores y acompañantes, funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Archivo General de la Nación, a un mariachi de al menos 13 integrantes, que amenizaba las reuniones con música mexicana lo mismo sones, huapangos que canciones rancheras que la misma Beatriz cantaba a todo pulmón al finalizar sus encuentros.
A cada lugar, Gutiérrez Müller llevaba regalos muy mexicanos, como la guayabera chiapaneca que le regaló al primer ministro de Belice, los alebrijes oaxaqueños que le entregó a la esposa del presidente de Jamaica, los detalles de joyería de artesanos y diseñadores mexicanos para la esposa del presidente de Santo Domingo. Ella misma portaba en su indumentaria rebozos de seda, acorde a los vestidos con textiles indígenas y diseños coloridos. Al final de cada evento, donde se daban discursos, se intercambiaban regalos y se firmaban convenios de recepción de los documentos históricos, siempre entraba el mariachi entonando canciones con lo que la doctora y su comitiva, al igual que los anfitriones terminaban cantando y bailando al ritmo de la música mexicana.
En los varios discursos que pronunció en su recorrido, en inglés y en español, lo mismo ante el primer ministro de Belice, Jonhy Briceño, que ante el presidente de Santo Domingo, Luis Abinader, o el primer ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalvez, la doctora hablaba de la importancia de la preservación de los documentos históricos a través de la digitalización y de la importancia, que según decía, le da a la cooperación internacional su esposo el presidente López Obrador. En la firma de los convenios oficiales, no sólo firmaban a nombre del gobierno de México los funcionarios de la cancillería y del AGN, sino también la propia Beatriz Gutiérrez para formalizar la entrega de copias de archivos digitales de libros, mapas, pinturas, periódicos y otros documentos históricos que entregaba a los mandatarios y funcionarios de los países visitados.
Lo que más llama la atención es el contexto en el que se realizó la gira de Beatriz Gutiérrez acompañando a los funcionarios de la SRE y del Archivo General, porque fue justo una semana bastante complicada e intensa para el presidente López Obrador, en donde el mandatario recibía varios reveses de la Suprema Corte por la militarización de la Guardia Nacional y aparecía enojado en público diciendo que le ordenaba a sus secretarios “ni siquiera tomarles la llamada a los ministros”, o se confrontaba con Estados Unidos hablando en un evento histórico en Veracruz incluso de una posible invasión militar y confrontación con el vecino país por la decisión de la administración Biden de combatir y perseguir a los narcos mexicanos del Cártel de Sinaloa.
Mientras el presidente tenía una semana complicadísima y de tensión, que de hecho derivó en el episodio de salud que tuvo en Mérida el domingo y que lo obligó a suspender abruptamente sus reuniones en ese estado por lo que oficialmente se informó como su tercer contagio de Covid, a Beatriz Gutiérrez se le vio de lo más contenta y relajada viajando por las islas del Caribe y hablando de la importancia de la cooperación y la memoria histórica, mientras cantaba a todo pulmón a ritmo del mariachi, lucía sus atuendos mexicanos y repartía regalos a las autoridades que la recibían con entusiasmo.
Al ver los videos editados y musicalizados que compartió en sus redes sociales la señora Gutiérrez Müller, es inevitable recordar la imagen de la “compañera María Esther”, la famosa esposa del presidente Luis Echeverría que gustaba de acompañar a su esposo en sus recorridos por todo el mundo llevando siempre mariachis, ballets folclóricos y artesanías y regalos mexicanos que entregaba en las recepciones oficiales. María Esther Zuno también tenía ese gusto por lo mexicano y por las artesanías y la gastronomía mexicana que siempre servía en los banquetes oficiales de la Presidencia de la República.
En fin que, sin compararlas, en esta gira y sus imágenes quedó claro que, con cargo oficial o sin cargo, sin aceptar que la llamen primera dama y en su papel de doctora en historia e investigadora becada que subió su nivel en el sexenio de su esposo, Beatriz Gutiérrez Müller tuvo a lo largo del sexenio su propia dinámica y un papel político y de influencia incuestionable en el que llegó a dirigir y manejar, sin cargo de por medio, las áreas culturales e históricas del gobierno, además de decidir nombramientos de embajadores y de funcionarios en instituciones de gobierno. Tal vez ella no acompañe tanto al presidente en sus giras por el país, pero también la “compañera Beatriz” tiene sus propias giras.
NOTAS INDISCRETAS… Hasta anoche seguía sin verse un video o imagen del presidente López Obrador en su tercer contagio de Covid. El secretario de Gobernación, Adán Augusto, a quien por cierto se le vio bien y con aplomo en la conferencia mañanera, respondiendo todos los temas y bateando incluso las preguntas incómodas, aseguró que “el presidente goza de cabal salud” y desmintió los rumores y especulaciones sobre que su desvanecimiento en Mérida se haya debido a un problema cardiaco. Aunque su lenguaje corporal no necesariamente decía lo mismo, el inquilino de Bucareli, que estará no sólo al frente de las mañaneras sino de todos los asuntos delicados durante la ausencia del presidente, afirmó contundente que “en dos o tres días” López Obrador se reincorporará a sus actividades. Ante tantos yerros y desinformación hasta del propio vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, los mexicanos parecen escépticos sobre la salud del presidente y aplican la máxima de Santo Tomás: “Hasta no ver, no creer”. Veremos cuánto tardan en subir un video del presidente… Los dados mandan Escalera Doble. Mejora el tiro.