La guerra política, mediática y fiscal entre el gobierno del presidente López Obrador y el empresario Ricardo Salinas Pliego está subiendo cada vez más de tono y se vuelve cada vez más vulgar y estridente. De las acusaciones que el dueño de Grupo Salinas lanzó en contra del vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, al afirmar que realiza una “campaña negra” en contra de sus empresas utilizando la infraestructura de redes y comunicación de la Presidencia --a lo que respondió el presidente con una férrea y apasionada defensa de su vocero-- ayer domingo el enfrentamiento se trasladó al director de la SEP, Marx Arriaga, uno de los amigos cercanos de Ramírez Cuevas.
Es como si los duros del gobierno lopezobradorista se estuvieran acuerpando y uniéndo en contra del mediático y procaz empresario, al que cuestionan ya no sólo por sus adeudos fiscales que se resiste a reconocer y ha combatido legalmente, sino también cuestionando y descalificando sus negocios y su crítica permanente y mordaz en contra de la 4T y de lo que Salinas Pliego llama los “gobiernícolas”, que son justo el grupo más radical del morenismo y del gobierno, uno de cuyos líderes con más poder es justamente el señor Jesús Ramírez Cuevas.
Todo este pleito que estalló públicamente cuando López Obrador acusó a Salinas Pliego de realizar una campaña en su contra y de su gobierno, tras el desastroso paso del huracán “Otis” en Acapulco, ha puesto en jaque la relación tan cercana que tuvieron el presidente y el tercer hombre más rico de México que aún figura formalmente como parte del “Consejo Asesor” del mandatario junto con otros empresarios. “No es que les preocupe la situación de la gente damnificada de Acapulco, sino tienen problemas con nosotros. Él sabe por qué tenemos diferencias, él tiene un proceso legal…Salinas Pliego tiene que pagar esos impuestos, él desde luego no acepta. Todo esto ha generado malestar en Ricardo, lo entiendo, no voy yo a pelearme con él, es cosa de entender mi situación, no puedo quedarme callado, ser omiso, menos cómplice, me van a decir otros ‘¿por qué a mí sí me cobras y a él no?'”, declaró el pasado 3 de noviembre López Obrador.
La respuesta a aquellas afirmaciones presidenciables fue prácticamente una rutpura de lanzas por parte de Ricardo Salinas: “En lugar de estar culpando a los medios por mostrar la verdad, el Gobierno se debería poner a trabajar. Ya vimos que echar culpas no resuelve nada y el país se sigue cayendo a pedazos, inseguridad, salud, justicia, educación, no hay resultados”, escribió el empresario en sus redes sociales y a partir de ese momento el enfrentamiento se recrudeció, como también lo hizo el tono y la crítica de los noticieros y programas de Televisión Azteca en contra del gobierno lopezobradorista.
Uno de los temas que más atizó el choque fue el de los nuevos libros de texto gratuito de la SEP, contra cuyos contenidos el empresario y sus medios cuestionaron la redacción y elaboración de los materiales educativos. Y ayer, justo ese tema volvió a sacar chispas entre Salinas Pliego y el director de Contenidos Educativos de la SEP, Marx Arriaga. Todo empezó el pasado jueves 11 cuando Arriaga salió en defensa de Jesús Ramírez y le advirtió a Salinas que no se quedarían callados ante sus críticas y cuestionamientos. La respuesta del empresario, fiel a su estilo, fue decirle al funcionario que no sólo acepta y reconocía que tenían una “campaña negra” en su contra, sino que “manos les van a faltar”.
Luego el debate siguió el sábado pasado y se fue al tema educativo cuando el funcionario de la SEP preguntó si en las escuelas de TV Azteca enseñaban a responder con groserías; a partir de ahí la discusión se degradó y a los señalamientos de Marx, que acusaba al empresario de carecer de ideas y de argumentos, y lo invitaba a acudir en Guerrero a un diálogo con maestros de la CETEG, para debatir sobre los libros de texto, Salinas Pliego respondió con ataques de homofobia, cuestionando al funcionario federal por su sexualidad con palabras como “putito”, “pervertido”, “pendejos”, “señoritinga”, para al final decirle, textualmente: “vaya usted y chinge a su madre cada vez que respire por ignorante, resentido, arrogante, feo, desviado, perverso y por supuesto pendejo”.
La respuesta de Marx Arriaga fue cuestionar la homofobia de Salinas: “¡Tanto tiempo para escribir esto! Todo su dinero e inteligencia alcanzó para tan poco Ricardo Salinas? Le sugiero trabajar el porqué de su homofobia. ¿Acaso sufrió algún abuso?”. Y el empresario insistió en sus textos sobre el tema de la sexualidad del funcionario: “¿Si le truena la reversa a usted y al #BañaGatos?”, preguntó en alusión a Jesús Ramírez Cuevas. “Sería bueno saber porque al final, dejar la educación de nuestros hijos en sus mentes torcidas y perversas que sufrieron los abusos de sus tíos cuando eran niños, no creo que los mexicanos estén de acuerdo”.
Y ayer domingo el intercambio de mensajes en la redes sociales continuó con el funcionario de la SEP retando al empresario a que lograra silenciarlo, luego de decirle que no le rogaría de rodillas, como éste le pedía. La respuesta de Salinas Pliego fue comentarle a Arriaga: “Un familiar cercano tuyo me contó que tu tío te ponía a recoger jabones en la regadera y por ese motivo no te bañas, quedaste traumado, jajajajaja”. A lo que el fucionario contestó: “Leo que usted, Don Ricardo Salinas Pliego es un saco de prejuicios homofóbicos y clasistas. Esto confirma que poseer dinero no es igual a tener educación o cultura”, y terminó deseándole lo mejor a su interlocutor.
La pregunta es ¿hasta donde llegará este pleito cada vez más estridente y vulgar entre el millonario empresario y el gobierno de López Obrador? Salinas Pliego ha dicho que ejerce su libertad de criticar y cuestionar al gobierno y a quienes lo integran, mientras sigue combatiendo legalmente los cobros de adeudos fiscales por parte del SAT. El presidente, por su parte, defiende a su vocero y con él a todo su grupo de radicales, mientras asegura que Salinas Pliego “tendrá que pagar” y que su gobierno no se quedará callado, aun cuando la Suprema Corte de Justicia, hasta donde llegaron ya los recursos interpuestos por el empresario, le diera la razón.
Con los temperamentos tan fuertes de los dos personajes en choque y los estilos de responder de uno y otro, el pronóstico para esta disputa política y mediática es reservado. Por lo pronto hay un dato que puede dar luz de lo que viene en esta pelea que cada vez sube más de intensidad y en la que ya hay consecuencias para el empresario al que le niegan concesiones y le cancelan otras que tenía como la de un club de Golf en Huatulco. Y ese dato es que el último juicio de amparo interpuesto por Salinas Pliego y que llegó ya a la Corte fue turnado y le tocó nada menos que a la llamada “ministra del pueblo” Lenia Batres Guadarrama. Así que acomódense en el asiento porque este pleito aún dará mucho espectáculo, del bueno y del que también da pena ajena.
Se baten los dados. Serpiente Doble. La semana se viene intensa.