A partir de hoy, con el inicio formal del proceso interno del llamado Frente Amplio por México, el escenario de la sucesión presidencial se modifica. La irrupción de figuras y aspirantes de la oposición que se inscribirán para buscar la candidatura de la coalición opositora, viene a cambiar un juego que hasta ahora jugaron solos el presidente López Obrador y sus seis corcholatas, las cuales por cierto, en 10 días que llevan haciendo actos de proselitismo por toda la República, no han sorprendido a nadie porque resulta que, ya sin cargo ni los reflectores que les da, solo saben repetir el discurso demagógico de su jefe, no expresan ideas o propuestas propias y algunos incluso se ven más pequeños ya sin la plataforma pública.

Y no es tampoco que en la lista de la oposición --que se terminó de depurar el fin de semana con el autodescarte de varios que se bajaron de la contienda-- se vean gigantes o grandes liderazgos, pero al menos algunos de ellos aún pueden sorprender y, ya con la validación legal que hizo el INE para las campañas anticipadas de Morena, los aspirantes opositores también se beneficiarán de la flexibilidad y permisividad que les dio la autoridad electoral, y podrán hacer estrategias y campañas que les permitan aumentar sus niveles de conocimiento y posicionamiento a nivel nacional.

Para decirlo de manera clara y sencilla: en la sucesión adelantada del 2024 ya no todos los reflectores ni la cobertura mediática será para López Obrador y sus corcholatas.  Ahora también los aspirantes de la oposición ocuparán espacios y recorrerán el país con la ventaja de que, a diferencia de los morenistas, los precandidatos del Frente opositor no tienen tantas limitantes ni están amarrados y limitados por una figura tan pesada como es el presidente, con el que todos quieren quedar bien y ninguno se atreve a cuestionar, además de que ellos sí podrán debatir, contrastar ideas y personalidades y no sólo golpearse y patearse por debajo de la mesa como hacen hasta ahora los morenistas.

Hasta anoche se perfilaban ya los que a partir de hoy acudirán a registrarse, primero ante sus partidos y después para ser aspirantes del frente. Del lado del PAN se veían seguros Santiago Creel Miranda y Xóchitl Gálvez; del lado del PRI ayer confirmó su inscripción y participación Enrique de la Madrid; y del lado del PRD se habla de Silvano Aureoles. Beatriz Paredes ya había dicho desde hace días que participará, aunque no lo ha confirmado a partir de las nuevas reglas, y en todo caso se podría hablar de 5 o máximo 6 aspirantes que acudan a registrarse a lo largo de esta semana y comiencen a recabar y presentar sus 150 mil firmas como requisito para pasar a la siguiente etapa.

Atrás quedaron los que no estuvieron de acuerdo con el método o que de plano no vieron posibilidades de cumplir los requisitos, desde Lilly Téllez y Mauricio Vila, por el PAN, hasta los priistas Claudia Ruiz Massieu, Alejandro Murat, y el perredista Miguel Ángel Mancera; además del empresario Gustavo de Hoyos y el senador independiente, Germán Martínez Cazares. Varios de ellos expresaron su inconformidad con algunos requisitos y características del método, pero se dijeron dispuestos a seguir participando como parte del frente y apoyar a los aspirantes que sí participen.

Así que, contra el discurso que pregona el presidente López Obrador, que todavía el sábado le dedicó una parte de su mensaje de festejo de 5 años del triunfo, la oposición política en México es cierto que no ha sabido estar a la altura de los reclamos ciudadanos y que por momentos se han visto chicos para el tamaño del desafío que enfrentan con el nuevo Partido de Estado que es Morena y su jefe político y de campaña que es el presidente, pero con todo y eso, la jugada que comienzan mañana los tres partidos que conforman el Frente Amplio por México cambia de manera importante el escenario y la percepción de que AMLO y su partido van solos a la elección presidencial.

A partir de que haya nombres y rostros perfectamente identificables del lado opositor la contienda adelantada por la Presidencia ya no será solo cosa de los morenistas y, aún falta ver en qué medida, alguna de las figuras o aspirantes de la coalición podría prender y canalizar la inconformidad y molestia de una buena parte de los mexicanos hacia los resultados y fracasos de este gobierno. Por algo López Obrador lleva más de una semana hablando todos los días del proceso del frente opositor y por algo en su discurso arremetió contra sus adversarios y contra el empresario Claudio X. González al que, junto con el expresidente Felipe Calderón, ha convertido en su némesis.

Y por algo también los moneros, opinadores y periodistas militantes de la 4T, todo ellos bien financiados y pagados por el régimen, han emprendido ya los ataques y descalificaciones contra aspirantes del lado opositor como Xóchitl Gálvez, a la que empiezan a cuestionar y a descalificar. ¿Será que hoy que el presidente ha prometido dar el nombre del futuro candidato o candidata de la oposición mencionará a la senadora a la que le tuvo miedo y no quiso recibirla en su mañanera para otorgarle su derecho de réplica? De ser así, López Obrador estaría poniéndole nombre y apellido a quien podría enfrentarlo a él y a sus corcholatas, y entre más ataquen a cualquiera de los aspirantes opositores desde el Poder, terminarán victimizándolos y fortaleciéndolos, tal y como algún día se lo hicieron al que hoy es presidente.

NOTAS INDISCRETAS… Hoy al mediodía el senador priista, Miguel Ángel Osorio Chong, quien fuera hasta hace unos meses coordinador de la bancada tricolor, además de poderoso secretario de Gobernación en el sexenio pasado y gobernador de Hidalgo, anunciará su salida del PRI. Pero Osorio no se va solo, con él van al menos 3 senadores, entre ellos el ex gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, y la senadora Nuvia Mayorga, junto con un grupo de exgobernadores y ex funcionarios de alto nivel del priismo. El anuncio lo harán en un hotel de Polanco y, aunque afirman que por ahora no se irán a ningún partido distinto, el grupo de priistas tiene intenciones de conformar una agrupación política que, rumbo al 2024 negocie y se sume a alguna fuerza política, que pudieran ser el PVEM o MC. La salida de Osorio y Eruviel Ávila, será sin duda un fuerte golpe al PRI que parece estarse desgranando y desangrando bajo la presidencia de Alejandro Moreno Cárdenas, que de no ser por la alianza opositora, prácticamente estaría condenando a lo que queda del viejo partido a su paulatina extinción…Se baten los dados. Serpiente Doble. La semana se viene pesada.

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