La verdad que durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto se trató de ocultar, por la que el prófugo Tomás Zerón maquiló y fabricó la “verdad histórica” con la que embarcó al procurador Jesús Murillo Karam , la línea de investigación que siempre pidieron indagar los padres y que vetó la extinta PGR por instrucciones directas de Los Pinos para proteger al Ejército, empieza a aflorar seis años después de ocurridos los hechos en Iguala: en el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa sí participaron militares del Ejército mexicano.

La filtración de las declaraciones que un nuevo testigo denominado “Juan”, integrante del Cártel de los Guerreros Unidos, realizó para la Comisión de la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, aseguran que los militares no sólo detuvieron a los normalistas aquel 26 de septiembre de 2014 junto con otras 30 personas, sino que además un grupo de los estudiantes fue internado en las instalaciones del 27 Batallón del Ejército Mexicano, ubicado en Iguala, donde los jóvenes habrían sido sometidos a interrogatorios con torturas y después de eso entregados al Cártel de Guerreros Unidos , algunos de ellos ya muertos, para que los incineraran y desaparecieran.

Los dichos de ese testigo fueron de algún modo validados ayer por el gobierno federal, primero por el subsecretario Alejandro Encinas, quien reconoció la veracidad del documento al anunciar una denuncia penal por la “filtración de declaraciones” pertenecientes a las nuevas investigaciones del Caso Ayotzinapa, y segundo por el general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, quien declaró que “si alguno de nuestros elementos comete errores, en el transcurso del cumplimiento de sus misiones, pues tendrán que responder ante esos errores”. El mismo presidente López Obrador, sin ahondar en el tema, dijo que en su gobierno “no hay impunidad para nadie”, aludiendo a que si se comprueba la participación de los militares en la desaparición de los normalistas tendrán que pagar por sus actos.

Y es que las declaraciones del testigo “Juan” confirman lo que en esta columna le adelantamos el pasado 24 de septiembre de 2020, justo en la víspera del 6to. Aniversario del caso Ayotzinapa, cuando dijimos que entre los avances en la nueva investigación ordenada por el presidente López Obrador y encabezada por la secretaria Olga Sánchez Cordero y el subsecretario Encinas, habría acusaciones directas en contra de mandos medios del Ejército mexicano y de soldados que estaban en el 27 Batallón de Infantería en 2014 y que habrían tenido una participación en el secuestro y desaparición de los normalistas. El expediente filtrado afirma que ya se detuvo al capitán José Martínez Crespo, de aquel Batallón, y se libraron 17 órdenes de aprehensión más contra militares relacionados con los hechos.

Pero además, en esas mismas declaraciones, el nuevo testigo afirma que los estudiantes que fueron asesinados, una parte en las instalaciones del Ejército y la otra “destazados” en una guarida de los narcos, fueron llevados sus cuerpos a un crematorio de nombre “El Ángel”, en la cabecera municipal de Iguala, donde fueron incinerados y después de eso sus restos fueron tirados en el basurero de Cocula, para simular que ahí los habían quemado, en algo que contradice y termina de evidenciar la llamada “verdad histórica” construida por la PGR de Murillo Karam y Peña Nieto con el fin de ocultar la participación del Ejército mexicano en ese crimen de lesa humanidad cometido contra los normalistas.

Veremos si, a partir de estas declaraciones y de la presentación de denuncias ante la Fiscalía General de la República, se revelan por fin los verdaderos móviles, circunstancias y autores reales que participaron en el secuestro, tortura, muerte y desaparición de los 43 normalistas y también si la participación del Ejército sólo queda sancionada con mandos medios y soldados de tropa o si se va más a fondo para desvelar lo que siempre existió detrás de este caso de desaparición forzada: una colusión y complicidad entre personal militar de la zona de Iguala y los narcotraficantes que ordenaron desaparecer a los normalistas.

NOTAS INDISCRETAS…

Ayer por la tarde una nota del periodista Arturo Ángel adelantaba en el portal Animal Político, que la FGR de don Alejandro Gertz Manero prepara otra exoneración, aunque por motivos distintos, ahora para Emilio Lozoya Austin. Según las fuentes de la Fiscalía que cita el reportero, a Lozoya no se le llevaría a juicio y se le suspenderían todas las acusaciones en su contra a partir de sus declaraciones y pruebas aportadas en calidad de “testigo colaborador”, por lo que el exdirector de Pemex, acusado de haber malversado recursos de la paraestatal, de haberse beneficiado de sobornos millonarios de la compañía brasileña Odebrecht y de haber utilizado a toda su familia para dispersar los recursos malhabidos, producto de la corrupción, seguirá gozando no sólo de su libertad, que nunca vio comprometida desde que lo trajeron de España, y tendrá además la protección de la justicia federal. Todo ello a partir de las acusaciones que hizo contra 70 excongresistas, políticos y servidores públicos del pasado sexenio y cuyas carpetas judiciales ya fueron enviadas a un juez federal por parte de la FGR. Veremos qué tan sólidas resultan las imputaciones de Lozoya y las pruebas que presentará la Fiscalía para sustentar sus nuevas acusaciones. Porque si esos nuevos casos se le caen a la FGR, el fiscal volverá a quedar en entredicho y Lozoya Austin podría volver a ser acusado… Las primeras órdenes ejecutivas de Joe Biden para frenar el muro de Trump en la frontera con México y proteger a los jóvenes del DACA, en su mayoría mexicanos, confirman que la política del nuevo presidente hacia México será muy distinta a la de Donald Trump al menos en materia migratoria, pero también será más exigente en otras materias como la laboral y la energética. Con todo y eso, todavía ayer había un mexicano que lloraba y lamentaba la partida de Donald Trump, diciendo que “siempre actuó bien con México y nunca nos presionó”. Los dichos de ese mexicano se caen por sí solos si se revisan la cantidad de veces que el ya expresidente ofendió, denigró y atacó a los mexicanos con su ofensivo muro. Y lo más grave es que ese mexicano que aún lamenta la partida de Trump se llama Andrés Manuel López Obrador y es el presidente de México… Los dados mandan Serpiente. Caída libre.

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