El cónclave de hace ocho días en Palacio Nacional, en el que el presidente López Obrador llamó a la unidad de Morena y anunció que quería dejar lista la sucesión en su partido en un plazo de tres meses, hizo que las corcholatas de Morena modificaran y aceleraran sus estrategias. Ante lo que fue claramente una orden presidencial a su partido, de que quiere que tener ya resuelta su sucesión y definido su candidato en el mes de agosto, varios de los aspirantes morenistas revisaron y replantearon sus calendarios y actividades con miras a reforzar su posicionamiento en las próximas semanas que serán claves para la definición.

En el caso de Marcelo Ebrard, después de ese encuentro con el Presidente el viernes 28 de abril, su primera decisión fue pedirle a una de sus colaboradoras más cercanas, Martha Delgado, dejar la subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos con dos propósitos: primero, que se dedique de tiempo completo a promover el proyecto político del canciller; y segundo, mandar un mensaje de que va en serio por la candidatura y no está dispuesto a ser comparsa de un proceso amañado.

Por eso esta semana el canciller elevó el tono en contra del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, su excolaborador, y a quien le recriminó no haber contestado en cinco meses al planteamiento público que le hizo en Monterrey, en el que pidió se discutieron sus propuestas para que las corcholatas renunciaran a sus cargos antes de que se iniciara formalmente el proceso interno, que sostuvieran varios debates públicos y que la encuesta con la que se elegirá al candidato fuera completamente verificable.

El cálculo de Marcelo es que en una encuesta limpia y a población abierta, él puede mejorar su nivel competitivo, pues según afirman sus asesores, en sus encuestas internas que son realizadas en vivienda, se mantiene en empate con la Jefa de Gobierno. Y es que en el círculo cercano se dice que Ebrard mantiene la confianza en que el Presidente efectivamente favorece un proceso limpio a través de la encuesta, pero no piensan lo mismo del dirigente de Morena, a quien acusan de incurrir en prácticas dilatorias y no tomar decisiones que le den certeza total al proceso morenista.

Mario Delgado de inmediato acusó recibo de los reclamos públicos de su antiguo jefe y primero le contestó que las corcholatas y el partido deben enfocarse en sacar las elecciones del Edomex y Coahuila antes de pensar en el 2024, aunque después, en un intento de congraciarse con Ebrard, anunció que lo buscaría, pero al momento de escribir esta columna, Marcelo y Mario no se habían reunido.

Mientras tanto la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, también sostuvo reuniones con su equipo de estrategas tras el nuevo plazo ordenado por el Presidente y decidieron acelerar varias acciones de proselitismo y posicionamiento que originalmente estaban previstas para el segundo semestre del año. Una de ellas fue la que anunció esta semana, en sus redes sociales, la doctora al publicar un post en el que anuncia que el 17 de junio próximo, justo por los días en los que se emitirá la convocatoria para la encuesta de Morena, tiene preparada una nueva sorpresa y “vamos a volver a llenar el Zócalo de la Ciudad de México”.

Y aunque no dijo de qué se trata, adelantó que ese mismo día que se celebrará una clase masiva de box, podría haber un nuevo concierto gratuito, de los que tanto le han sumado en simpatías. Sin mencionar nombres, publicó junto con su post los hashtags #concierto #badbunnypr #box #sorpresa y #evento. ¿Será que la Jefa de Gobierno finalmente convenció al rapero puertorriqueño Bad Bunny y lo llevará al Zócalo el 17 de junio?

Lo cierto es que en el Palacio del Ayuntamiento esta semana se incrementaron las reuniones del equipo de campaña de Sheinbaum que, según nos dicen, está encabezado en estos momentos por dos consultores estadounidenses que fueron contratados por la doctora y a los que les instaló una oficina especial ubicada muy cerca de su despacho de la Jefatura de Gobierno. “Los dos gringos son los que mandan y los que están diseñando toda la estrategia; a ellos le reportan todos los colaboradores y promotores de la campaña en los estados”, nos comentó una fuente cercana a la Jefa de Gobierno.

Por su parte, Adán Augusto López, quien no tuvo buena recepción el domingo pasado en el estadio de beisbol a donde acudió a presenciar un juego de grandes ligas, también tomó nota del llamado presidencial y de la premura con la que López Obrador quiere definir su sucesión. El secretario de Gobernación conformó un grupo de asesores y estrategas experimentados para que le dieran un diagnóstico de su posicionamiento en las encuestas y la conclusión fue que todavía sus niveles de conocimiento son bajos (entre 50 y 60%) en comparación con los que manejan Sheinbaum y Ebrard, que ya rebasan el 80% de conocimiento.

Si se quiere tener una posibilidad real de encabezar la encuesta de Morena, le dijeron al secretario, se tiene que incrementar el conocimiento de su nombre e imagen a nivel nacional. Y para ello se decidió nombrar a encargados directos en varios estados, que tienen como misión hacer que aumente el nivel de conocimiento de Adán Augusto en los próximos dos meses, antes de que se levante la encuesta del partido gobernante. También acordaron aumentar la presencia de bardas, carteles, artículos promocionales y espectaculares con la leyenda “AhoraEsAdán”, una variante del #EsClaudia que ha utilizado la Jefa de Gobierno.

Pero de todas las corcholatas a las que invitó el Presidente a Palacio Nacional el 28 de abril, en el marco de su reunión con los senadores de Morena, el más contento sin duda fue Ricardo Monreal, que después de casi dos años de haber tenido vetado acercarse al Presidente y al mismo Palacio del que antes fue visitante frecuente, el pasado viernes fue sentado a la izquierda del mandatario, donde se le vio más que sonriente y festejando cada palabra que decía el tabasqueño. Es cierto que Monreal hoy ya no compite con las tres corcholatas principales, pero para él haber estado de nuevo cerca de López Obrador fue ya casi un triunfo anticipado: “En lo que a mí respecta, haber regresado a Palacio Nacional es una señal de reconciliación”, dijo feliz el zacatecano.

Así es que unas apostando a la popularidad del reggaetón, otros exigiendo reglas claras y tensando la liga, y unos más apurados por elevar sus niveles de conocimiento, las corcholatas morenistas están girando cada vez más rápido, como siempre lo hicieron, ante el chasquido de los dedos presidenciales. Hoy no se sabe con precisión cuál de las tres resultará la elegida, pero lo que sí se puede ya anticipar es que, en el acelere por ser la que gire más rápido, inevitablemente las corcholatas morenistas terminarán haciendo colisión unas contra otras.

Notas indiscretas…

Luego de que la revista Proceso publicó ayer una nota y fotografías sobre un supuesto viaje de José Ramón López Beltrán al extranjero, sugiriendo que tras las denuncias periodísticas que lo acusaron de un nuevo conflicto de interés el hijo mayor del Presidente abandonaba el país, ayer mismo por la tarde José Ramón subió un video a sus redes sociales en donde se le ve ubicado justo en el Ángel de la Independencia, donde dice, mientras graba "para los que preguntan si era yo, sí soy yo y aquí estoy". A partir del video, anoche en las redes sociales las cuentas vinculadas a la 4T le exigían a Proceso que desmintiera su información, pero la revista no había respondido… Las negociaciones para el segundo debate entre las candidatas del Estado de México se enredaron esta semana luego de que la periodista Pamela Cerdeira, quien había sido invitada como moderadora, denunciara en sus redes sociales que Morena estaba presionando para que quien modere el debate no pueda hacer preguntas propias a las candidatas ni las cuestione, como ocurrió en el primer debate con el formato acordado y con la moderación de Ana Paula Ordorica. Lo más delicado, según la periodista Cerdeira, es que en el afán de que no se cancele el debate o que Delfina se niegue a asistir, la candidata del PRI y de la Alianza Va por el Estado de México, Alejandra del Moral estaba cediendo prácticamente en todo lo que pedían desde el cuartel de campaña morenista. Es decir, que si el primer debate gustó por su formato ágil y fresco, en el que hubo posibilidad de contraste entre las candidatas y de que fueran cuestionadas por la moderadora con temas incómodos, en el segundo debate, que está previsto para el 18 de mayo, podríamos ver un formato mucho más rígido en el que, incluso, podrían llegarse a acordar que no haya ataques directos ni menciones entre las propias candidatas, porque eso es lo que está pidiendo el equipo de Delfina y, en su desesperación por tratar de subir en las encuestas, la priista Del Moral podría terminar aceptando un formato anodino y en el que no haya ataques ni cuestionamientos entre las dos abanderadas. A ver quién las ve si su debate es tan aburrido…Los dados mandan Escalera Doble. Buena semana.

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