Bajo el argumento de que varios gobernadores del PRI y el PAN iban a cederle el poder en sus estados a Morena y al presidente López Obrador en las elecciones de este año, los dirigentes de la Alianza Va Por México hicieron una negociación política entre ellos, en la que hicieron a un lado a los mandatarios panistas y priistas y que claramente resultó mucho más conveniente y favorable para ellos, sus grupos políticos y sus intereses políticos y económicos.
A partir de los desastrosos resultados que tuvo la Alianza opositora en las 15 gubernaturas que se renovaron en 2021, donde Morena les ganó 11 estados, despojó al PRI de 7 gubernaturas y el PAN solo pudo ganar en 2 entidades, mientras que MC y el PVEM aliado se llevaron las dos restantes, los dirigentes Alejandro Moreno , Marko Cortés y Jesús Zambrano decidieron simplificar las causas de esa estrepitosa derrota culpando solo a los gobernadores salientes que se rindieron ante el avance morenista, sin tomar en cuenta la operación del narcotráfico en varios estados y la realidad de que como oposición han sido incapaces de generar liderazgos que compitan con la estructura política del gobierno y la popularidad del Presidente.
Por eso, para las elecciones que habrá en 6 estados en este 2022, como no pudieron “doblar” ni convencer a varios gobernadores tanto del PRI como del PAN, optaron por negociar entre ellos los términos de la Alianza en términos totalmente sui géneris, pero siempre favorables a ellos y sus intereses. Por ejemplo en Hidalgo , ante la negativa de Omar Fayad de aceptar la imposición de Carolina Vigiano como candidata, Alejandro Moreno le cedió al PAN la postulación de esa candidatura y el resultado es que los panistas postularán como su candidata a gobernadora de Hidalgo a una militante activa de otro partido que además es la secretaria General del PRI, y los priistas y perredistas se sumarán a la postulación como candidatura común.
De ese modo Alito no sólo le dio la vuelta a Fayad, sino que cumplió con su amigo Rubén Moreira, coordinador de los diputados del PRI, con quien tiene una sólida alianza. La misma lógica pragmática aplicó Marko Cortés en Aguascalientes y Durango, donde el líder panista también sacrificó e hizo a un lado a los gobernadores de su partido. En Aguascalientes, después de su pleito abierto con Martín Orozco , Cortés decidió ignorar la propuesta del gobernador y postularon con base en una encuesta interna a la diputada Teresa Jiménez , enemiga declarada del mandatario.
En Oaxaca, los tres dirigentes de la Alianza Va por México acusaron a Alejandro Murat de “querer entregar la plaza a López Obrador y a Morena” y, ante la presión del gobernador, Alejandro Moreno decidió sacar al PRI de la coalición; el PAN y el PRD decidieron esperar a que se definiera el proceso de Morena, por si Salomón Jara no era postulado hacerlo su candidato, pero ante la postulación del senador, ahora esperan a Susana Harp para ver si decide abandonar Morena, dependiendo del fallo del TEPJF a su impugnación. En esa espera la diputada panista Alejandra Morlán se desesperó y se fue como candidata de MC, con lo que el panismo perdió su único cuadro competitivo en Oaxaca.
En medio de todas las negociaciones, el gobernador Murat decidió impulsar a Alejandro Avilés como el precandidato único del PRI y con él, dicen en el Palacio de Gobierno de Oaxaca, intentar dar la pelea en contra de Morena y Salomón Jara , aunque con la popularidad del presidente en Oaxaca eso se ve francamente difícil.
Las otras dos grandes negociaciones las hicieron Alito, Marko y Zambrano en Quintana Roo y Tamaulipas. El dirigente del PRI negoció directamente con Jorge Emilio González “El Niño Verde”, que es el verdadero tutor político de Mara Lezama, y para allanarle el camino a la alcaldesa verde de Benito Juárez, el PRI decidió no ir en la alianza, en algo que también beneficia al gobernador Carlos Joaquín, quien igual se alineó con Jorge Emilio en el apoyo a Mara. Por su parte el PAN y el PRD tuvieron la posibilidad de postular a un candidato con popularidad y por lo tanto más competitivo como el controvertido Roberto Palazuelos, pero prefirieron apoyar a Laura Fernández, exalcaldesa de Puerto Morelos, por lo que Dante Delgado y MC tomaron a Palazuelos como su abanderado.
En Quintana Roo se afirma que todos esos acuerdos y negociaciones que no suenan muy lógicos para una Alianza Opositora que quisiera realmente disputar la gubernatura de ese estado, son acuerdos que más bien sonaron metálicos y se habla de acuerdos económicos millonarios detrás del juego de postulaciones, descartes y división de los dirigentes de Va Por México.
El único estado donde Marko Cortés le tuvo respeto a un gobernador panista, fue en Tamaulipas, porque Francisco García Cabeza de Vaca siempre ha sido uno de los financiadores más importantes del PAN nacional y de su dirigencia. A Cabeza, a diferencia de Orozco y Rosas Aispuro, Marko sí le respetó a su candidato y le permitió postular al secretario de Gobierno, el polémico César Verastegui “El Truco”, contra la candidatura de Jesús Nader, el alcalde de Tampico que era mucho más competitivo. El PRI y el PRD también se plegaron a los designios del gobernador tamaulipeco que, en su desesperada situación de poder ser detenido en cuanto termine su gobierno, decidió hacer una apuesta doble y mientras apoya a su compadre “El Truco”, también negoció ya con el candidato de Morena y su amigo de toda la vida, el senador Américo Villarreal.
Aunque Villarreal trae todo el impulso de Morena y del presidente López Obrador, en Tamaulipas hay quien piensa que al ingenuo senador, que ha hecho acuerdos con Cabeza de Vaca, podrían “darle la vuelta” y hasta ganarle, en un descuido, la elección en la que aparece como favorito en las encuestas.
Con todos esos acuerdos los de la Alianza Va Por México ya hacen cuentas alegres y aseguran que van a ganar al menos tres estados: Aguascalientes, Hidalgo y Tamaulipas. En dos de ellos piensan lograrlo aún con los gobernadores Fayad y Rosas en contra y dolidos por la imposición y la traición de sus dirigentes, mientras que en Tamaulipas, el triunfo o la derrota están en manos de un gobernador acorralado y acusado como es Cabeza de Vaca. ¿Con esa Alianza y esos dirigentes que están privilegiando más sus intereses y que se han entregado a los empresarios que les venden la idea de un “gran frente en 2024” creen que podrán enfrentar a López Obrador y su maquinaria de 20 millones de beneficiarios de sus apoyos directos?
Lo dicho: la oposición pequeña, negociante, tibia y sin liderazgos reales, hace ver más grande e invencible al autócrata.
NOTAS INDISCRETAS…
Fueron cientos, miles de periodistas y sociedad civil que se movilizaron ayer en 40 ciudades de la República en una protesta que no debe medirse por los números, que tanto gustan al presidente cuando se trata de llenar plazas públicas, sino por la gravedad de las denuncias y consignas: “No se mata a la verdad”, “Ni un periodista más asesinado”, “Justicia para los periodistas asesinados” y “Fin a la impunidad del Estado” en estos crímenes. Tal vez los periodistas que ayer salimos a las calles en todo el país no llenaríamos nunca el Zócalo, pero no por ello lo que denunciamos deja de ser una de las peores tragedias que está generando la violencia criminal y política en México. Porque a los periodistas no nos matan sólo los narcos, según organizaciones como Artículo 19, un 49% de los casos de asesinatos de informadores (164 según la CNDH , 149 y 134 según organizaciones defensoras) fueron cometidos por políticos y autoridades locales que quisieron acallar a periodistas incómodos por denunciar corrupción, colusión y enriquecimiento de caciques y autoridades locales en estados y municipios. En todo caso, en la mano homicida que acciona un arma para matar a un periodista en México o que blande un puñal o secuestra y desaparece a comunicadores, están mezclados estos dos poderes, el poder político real y el poder de facto del narcotráfico, que en la mayoría de los casos actúan unidos para matar y acallar a los periodistas. Ayer el mismo clamor que se escuchó afuera de la Secretaría de Gobernación —donde por cierto cerraron las puertas a los periodistas, como si les tuvieran miedo— se repitió también en Acapulco, en Tijuana donde fueron asesinados Lourdes Maldonado y Margarito Martínez en una misma semana, en Puebla, en Guadalajara, en Monterrey, en Veracruz, en Cancún, en Chihuahua, en Mérida y en total en 40 ciudades de todos los estados del país. Y en todos los casos se pedía justicia y que las autoridades actúen, las estatales y federales, para investigar y resolver los casos de homicidios contra periodistas que hoy tienen niveles de impunidad de 98%, como en el resto de delitos y homicidios contra los mexicanos. El nombre del presidente López Obrador se escuchó anoche afuera de la Segob . Al inquilino de Palacio le dirigieron los periodistas un pronunciamiento firmado por más de 35 mil personas en todo el país. Porque sí, está no era una protesta por motivos políticos, pero sí iba dirigida a quien hoy detenta el poder y en cuyo gobierno han sido asesinados 28 periodistas, contando los tres atacados en lo que va de este año. Es cierto, la violencia y los asesinatos contra la prensa en México no comenzaron con López Obrador, y también son responsabilidad de Fox , de Calderón y de Peña Nieto , que acumularon juntos más de 130 asesinatos contra comunicadores; pero en este gobierno, el de la 4T, esa violencia no se ha detenido y mucho menos ha cambiado la impunidad con la que actúan los criminales y la inexistencia de sentencias y castigos contra los asesinos. Veremos hoy qué responde López Obrador ante las exigencias y clamores de justicia de una prensa a la que él también ataca, critica y denigra todos los días desde su mañanera. Por lo pronto, ayer el presidente mintió flagrantemente cuando afirmó que, en los asesinatos de periodistas “ya no es como antes” porque ya se investiga “y en muchos casos ya están avanzando las investigaciones”. Falso de toda falsedad, no hay un solo caso resuelto de los periodistas asesinados en su gobierno. ¿Hoy dirá algo distinto o seguirá mintiendo?... Los dados mandan Capicúa. Repetimos el tiro.