Imagínese usted que para elegir al candidato del Partido Demócrata norteamericano votaran los republicanos en la misma medida que los demócratas y los abstencionistas.

¿Quién ganaría?

Imagínese que para elegir al candidato del Partido Socialista Obrero Español votaran los socialistas y en la misma medida los anti-socialistas.

¿Quién ganaría?

Pues en México para elegir al candidato de la Izquierda para gobernar la CdMx votarán a partir de hoy los anti-Izquierda, los abstencionistas y los de Izquierda.

Eso según las reglas de Morena, que encuestará a una muestra representativa de los votantes de la CdMx a partir de este domingo.

Y eso luego de un periodo de 3 semanas en que los candidatos intentaron darse a conocer a la gente mediante publicidad en las redes y las bardas y en entrevistas en los medios y en mítines y reuniones.

¡Durante escasas 3 semanas!

Compárense esas 3 semanas con las 23 semanas que duraron las campañas para elegir al candidato de Morena a la presidencia.

¿Quién ganará?

Se lo digo acá entre usted y yo. Ganará el candidato que hace 3 semanas, antes pues de que arrancara la campaña interna, ya era el más conocido por la gente variopinta que será encuestada.

Ganará el candidato que lleva 5 años paseándose por los medios en su calidad de secretario de Seguridad de la CdMx.

Y que resulta que no es un hombre de Izquierda.

Y que nunca ha gobernado.

Y que no es el favorito de la gente de Izquierda.

La gente de Izquierda: los que creemos que los que gobiernan deben intervenir en la vida común de los habitantes para mejorar sus condiciones concretas y cotidianas.

Esos que desde sus escritorios algunos comentaristas llaman “los más ideologizados de la Izquierda” o bien “radicales de Izquierda”. Esos de los que los publicistas dicen “a esos rojillos no los convences con anuncios en la tele abierta, porque hace 10 años no ven la tele abierta”.

Bueno, a esos, que somos los que queremos ver a ras de calle, en los mercados y las escuelas, en el transporte público y dentro de cada casa, acciones de gobierno que aumenten el bienestar de nuestra comunidad, en este caso la gigantesca comunidad de la CdMx, las reglas de Morena nos entregarán un resultado probablemente desilusionador.

¿Quién cargó los dados en esta elección?

La imprevisión de Morena.

La imprevisión que dejó operar en la ciudad más grande del país y la más claramente de Izquierda, donde la Izquierda ha gobernado ya 3 décadas, una regla que derrota a la democracia: la regla que premia al candidato más conocido, así sea conocido por razones que nada tienen que ver con la política ni con la Izquierda.

Vaya, así Gloria Trevi arrasaría, si se hubiera presentado como candidata.

Menudo enredo ha formado Morena en la Capital.

¿Y qué suponen los estrategas de Morena que haremos los chilangos que votamos por la opción más a la Izquierda desde siempre?

¿Seguir de cualquier modo a un candidato que no nos representa –y por cierto tampoco nos habla a nosotros: habla de aumentar la policía y nos invita a “los radicales de Izquierda” a que abracemos al ejército?

Auguro que las abstenciones en la elección abierta de la CdMx serán muy numerosas y vendrán sobre todo de la Izquierda.

Auguro que la Derecha abrazará al candidato de la Izquierda pero que es de Derecha.

Auguro por fin que la Izquierda perderá la CdMx por interpósita persona: al presentar un candidato de Derecha.

¡Qué oportunidad perdida! La Capital era la oportunidad para aterrizar un proyecto de Izquierda valiente, realmente transformador, piloto de lo que podría hacerse en otras grandes ciudades del país.

En fin, ojalá me equivoque en todo cuanto escribo hoy. Ojalá que el próximo domingo en que se anuncien los resultados usted diga:

—Ah qué pesimista la maldita Sabina, si ganó la candidata de la verdadera Izquierda, Clara Brugada.

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