Durante meses se ha defendido al INE de una propuesta de reforma como si fuese una virgen que se debiera proteger del sexo.
El INE No Se Toca, reza el lema que condensa la postura y circula en redes sociales. Traducción al campo imaginario: el Himen No Se Toca.
Todo o Nada. Esa es la supuesta forma de proteger al instituto electoral. Si se abren sus portones y los postigos de sus ventanales al escrutinio público, bajo los haces de luz todo lo que contiene dentro de pronto se borrará.
De ahí el segundo hashtag más popular que condensa la postura. El INE No Desaparece.
El Presidente, escribió un comentarista, no propone reformar al INE. No, su propuesta no es revisarlo y enmendarlo, es desaparecerlo.
¿Ha servido que el presidente exprese exactamente lo contrario, que no quiere desaparecerlo sino que se revise y se corrija?
No, no ha servido. Porque fiel a la táctica hiperbólica de la Oposición, el Presidente no es el Presidente: es un Dictador y un Fascista.
“No nos distraigamos”, escribió otro comentarista. Las propuestas de bajar los gastos a los partidos, bajar los salarios a sus consejeros, bajar el número de consejeros, de votar a los consejeros en las urnas, de usar el voto electrónico, “son frutos dulces que ocultan un fruto envenenado. La intención de desaparecer al INE”.
Una y otra vez, Todo o Nada. La Oposición polariza al país ante cualquier posible cambio.
#NoNoNo podría ser el hashtag general de la Oposición este sexenio. O bien: Que Nada Cambie Nunca. O bien: Protejamos a la Democracia de la Democracia.
El extremo de la táctica ocurrió hace meses cuando la Oposición quiso implantar una moratoria en el Congreso. Que nada se discutiera durante seis años en la casa para la discusión de asuntos públicos que es el Congreso y que menos se votase.
El Himen de la República no se Toca.
Ah caray, ¿y entonces para qué cree la Oposición que una gran mayoría votamos en el 2018 contra los viejos partidos?
Una gran mayoría votamos así para transformar a la República —y ellos, los viejos partidos, se han atrincherado para impedir todo cambio, amenazándonos con que la más mínima variación lo destruiría todo.
La anécdota es hoy conocida y resume la actitud de la Oposición.
Lorenzo Córdova, presidente del INE, leyó los resultados de una encuesta realizada por el propio INE en torno a las enmiendas posibles al INE —y no le gustó lo que opinó el pueblo. Así que no difundió la encuesta. Es decir, vetó al pueblo.
—La gente no sabía del tema —dijo textualmente sobre sus razones para el veto. —Hoy, dos meses después, ya sabe más.
¿Qué sabe ahora “más” la gente?
Ha estado expuesta a la campaña de El INE No Se Toca, surgida del propio INE.
¡Ah nuestros valientes demócratas elitistas! Hágase la democracia solo si el demos obedece mi guía.
La actitud limpiamente democrática es inversa. Consistiría en abrir la discusión granular de las prácticas del INE en el Congreso.
Ir una por una por las propuestas de cambio. ¿Menos consejeros? ¿Consejeros votados en las urnas? ¿Menos dinero al INE y a los partidos? ¿Poder para vetar a candidatos que reciban dinero del narco?
En la misma encuesta que don Lorenzo Córdoba, dueño del INE –perdón: presidente del INE, esquinó para que no fuera conocida, la mayoría de los electores declararon que el INE era necesario.
En otras encuestas, la mayoría de los electores también declaran que se necesita un INE autónomo del gobierno.
Esas dos cosas son las imprescindibles y la mayoría de los electores lo comprendemos. Que exista un INE (con el nombre que le quieran poner) y que sea autónomo del gobierno en turno.
Esas dos premisas podrían ser puestas a un lado de la discusión por los congresistas, los de la Oposición y los de Morena, y por los comentaristas también, para que sean intocables. Luego, todo lo demás debe discutirse en el Congreso, sin miedo a la democracia.
El Himen Sí Se Toca, para que algo nuevo se conciba.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.
*