Se jugó la Jornada 11 del futbol mexicano femenil, y en ella los dos clásicos más importantes: América- Chivas y Rayadas-Tigres.
El viernes, con una entrada espectacular en el Coloso de Santa Úrsula, las dirigidas por Ángel Villacampa tuvieron las oportunidades más claras de anotar en los primeros minutos.
El gol no llegaba, y las Chivas intentaban contragolpear con velocidad en el mediocampo; primero, por la vía de Casandra Montero, y después llegando con mucha rapidez por un lado con Gaby Valenzuela, y por el otro costado con Carolina Jaramillo, aunado a una delantera: Joseline Montoya, además de Adriana Iturbide... Pero con poca claridad y profundidad.
Y es que las defensoras azulcrema cerraron muy bien los espacios que se querían hacer las tapatías. Gritos, aplausos, risas, los cánticos y mucho más se vivió en este partido, que llenaba de esperanza a las de casa, ya que acababan de perder a una de sus jugadoras: Scarlett Camberos, después de que la futbolista sufriera acoso en redes sociales, y al no estar conforme —ninguno de nosotros lo está— con la decisión de las autoridades de dejar ir al presunto agresor después de sólo 36 horas, decidió marcharse del país.
Un suceso que marca otro de los hechos lamentables, en los que una mujer —sea deportista, comentarista o política— sufre acoso en redes sociales, y se hace muy poco al respecto.
El América apostó entonces por las goleadoras Katty Martínez y Andrea Pereira. Una de ellas hizo el segundo para las Águilas, por la vía del penalti, y el público entró en júbilo total, como nunca antes se había visto, mientras que la afición tapatía pedía a gritos y con cánticos algún gol. Cuando menos lo esperábamos, se hizo un cambio; entró Alison González, una de las jugadoras que había perdido un poco de protagonismo en Coapa, pero la autora del primer tanto y quien se estrenó con diana fue Sabrina Marie Enciso, la zaguera azulcrema. Su primera anotación en el torneo. ¡Enhorabuena!
¡Las americanistas se llevaron el Clásico Nacional! Un juego que cada temporada va tomando mayor importancia, y un gran número de seguidores asiste a los estadios para disfrutarlo.
Un evento que hace unos cinco años no tenía relevancia ni oportunidad de formar parte de una sana diversión en México, ya tomó lugar.
Niños, niñas, jóvenes, adultos, aficionados nuevos y espectadores viejos disfrutaron de la nueva “magia”, esa que nos ha obsequiado el balompié femenino nacional, y que ya forma parte de nuestras vidas. ¡Gracias, Clásico!
¡Felicidades, CLÁSICO NACIONAL FEMENIL!