El voto no es gratis. El ciudadano sostiene a la democracia moderna al pagar sus impuestos, respetar la Ley y, cuando es el caso, hasta prestando su servicio militar. El ciudadano moderno es contribuyente fiscal, sujeto de leyes y potencial soldado, eso dice la teoría política universal.
El voto le cuesta a cada ciudadano. No ir a votar es equivalente a pagar por un boleto para asistir a un partido de fútbol o una función de cine y luego dejar esa entrada sin usar. No votar es tirar el dinero, el tiempo y la conducta cívica a la basura.
Hasta el ciudadano más modesto paga por el derecho a votar. De hecho, el 10% más pobre de los mexicanos ve como el 5% de su exiguo presupuesto familiar se le va en pagar IVA. Para ponerlo en una perspectiva más clara, los hogares más humildes de México pagan miles de pesos anuales en IVA por los bienes y servicios que consumen. Así, no votar es tirar a la basura el derecho político que da ser contribuyente. ¿A quién le puede gustar dilapidar lo que se gana con tanto esfuerzo?
Siempre nos dicen que ir a votar es un derecho fundamental, es una obligación cívica sublime, es algo que debe hacerse simplemente porque es lo correcto; como si se tratara de comer frutas y verduras, lavarse los dientes o no conducir un auto después de ingerir alcohol. Ante tales imperativos morales el voto pierde su percepción práctica y concreta como un recurso valioso y útil para el ciudadano, por eso a muchos mexicanos ir a votar les sabe a nada, les da flojera y no salen a emitir su sufragio.
Votar es un patrimonio, votar es parte de los recursos y herramientas que tenemos para sacar adelante a nuestras familias y a nosotros mismos. El voto es el ingreso democrático más básico que recibimos. Es la moneda con la que podemos adquirir el país y la comunidad que queremos.
Si eres joven y estás pensando en prepararte mejor o iniciar tu vida productiva, en construirte un camino que te lleve lejos, debes usar todos los recursos y apoyos que tengas a tu alcance para lograrlo, y tú voto es uno de esos recursos esenciales. Si el reto es asegurar el ingreso y las oportunidades de prosperidad de nuestras familias, no hay puerta que debamos dejar sin tocar y nada abre más puertas justas y para todos que la llave del voto. Si eres mujer y quieres una sociedad más justa, incluyente y verdaderamente igualitaria, el voto es algo que te empodera en serio. Para cualquier cosa que queramos alcanzar o corregir, sea un mejor salario o acabar con la inseguridad de nuestra colonia, el voto sirve.
Cuando salimos a la calle a dar la batalla cotidiana, a ganarnos la vida, todos revisamos nuestra mochila, nuestra cartera, nuestro monedero, bolso, portafolio o morral para ver qué llevamos y un recurso que no podemos olvidar y menos desperdiciar es el recurso democrático del sufragio. Nuestro voto listo para ejercerse, para que nos dé resultados claros, es parte de nuestro efectivo ciudadano contante y sonante.
Por todo eso, Sal a Votar para que no desperdicies algo que te cuesta tanto. Sal a votar para que una de las cosas más valiosas que tienes en tu patrimonio ciudadano le sirva a tu comunidad, a tu familia, a ti. Sal a votar porque te conviene, porque eso te da fuerza, demuestra que importas, que nadie te puede ignorar y que tú eres dueña o dueño de un pedazo del destino de este país. Sal a votar porque lo que tanto te cuesta a ti, debe servirte para alcanzar la vida que tú y quienes te rodean se merecen.
Mañana domingo, en Coahuila y Edomex, sal a votar.