La democracia se construye dialogando y se defiende proponiendo. Dialogando sobre nuestros desafíos y proponiendo como resolverlos. Con ese espíritu, el PRI realizó en días pasados los Diálogos por México, que contaron con la participación de mujeres y hombres destacados por su preparación, experiencia y compromiso con México.
En un lapso de dos días, Beatriz Paredes, Idelfonso Guajardo, Alejandro Murat, José Ángel Gurría, Claudia Ruiz Massieu, Esteban Villegas, Enrique de la Madrid y Miguel Riquelme, expusieron—con diversos estilos y tonos—su visión nacional hacia el 2024; sus propuestas en seguridad, salud pública y economía; y respondieron a diversas preguntas en estas materias.
Este ejercicio dialéctico reiteró, en forma y fondo, el histórico oficio político del PRI y la importancia de la conversación para la construcción de acuerdos amplios que reflejen la diversidad de ópticas que coexisten en el PRI y en la sociedad mexicana. Por lo mismo, la parte toral de las reflexiones giró en torno a estas tres temáticas, mismas que concentran la mayor parte de las preocupaciones ciudadanas, y con justa razón.
En materia de seguridad, el país experimenta una violencia no vista desde el final de la Revolución Mexicana. Desde aquellos tiempos de bandidos y cuatreros hace más de un siglo, los caminos no habían sido tan inseguros, ni el abandono gubernamental del territorio tan obvio.
En salud, lo mismo. La nación no solo no avanza, sino que en los últimos cuatro años 16 millones de mexicanos se han quedado sin acceso a servicios básicos de salud. Y esto, acompañado de una escasez generalizada de medicinas que angustia a miles de hogares.
En lo económico, la política de Morena se resume con la palabra más asociada a la falta de desarrollo: incertidumbre. Esa ausencia de claridad financiera, jurídica, institucional e incluso democrática —a veces deliberada— ha tenido efectos devastadores en la economía familiar, en las finanzas públicas, y en nuestra credibilidad internacional.
El diagnóstico de los graves problemas actuales es contundente, pero Morena no reaccionará por una simple razón: el suyo no es un proyecto de gobierno sino uno de regresión hegemónica a través de la captura electoral del país.
Queda claro que, hacia 2024, debemos renovar el compromiso de construir el país que merecemos, y eso solo se logrará dialogando, proponiendo y sumando. En razón a esto, un denominador común entre los ponentes de los Diálogos fue la necesidad de integrar un frente amplio que, con una candidatura presidencial única y un programa de gobierno unificado, den paso a un gobierno de coalición y una coalición legislativa capaces de inaugurar una nueva etapa del Estado Mexicano.
Lo esencial hoy es el diálogo, tender puentes y definir a qué destino queremos llegar. Después habrá que construir un barco en el que quepamos todos y que tenga el casco adecuado para enfrentar las tempestades que nos esperan. Con eso definido, buscaremos juntos al mejor perfil para tomar el timón; un perfil que deberá entender muy bien su responsabilidad histórica: hacer realidad un plan conjunto previamente construido y pactado, y no intentar imponer un estilo personal de gobernar.
Reyes Heroles no pierde vigencia. Primero el programa y luego el nombre. En el PRI así se ha entendido el proceso, y los Diálogos por México dejan constancia de ello.