Es común pensar que el empleo formal garantiza superar la pobreza. Vale la pena desmitificar esta percepción errónea, pues en realidad casi la mitad de las personas con trabajo formal, registradas en el IMSS, carecen de ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza. Son casi 10 millones de personas, sobre un total de 21.3 millones registradas el mes de diciembre de 2022. 
 
Ciertamente solo el 1% del total de las personas con trabajo formal registrado en el IMSS (en adelante, las abreviaremos “Ptf”) ganaba el salario mínimo en diciembre de 2022. Sin embargo, otro 44%, casi 9.4 millones de las Ptf perciben un salario menor a 8 mil 467 pesos, que es el costo de dos canastas básicas al mes de noviembre de 2022. 
 
¿Por qué decimos que un ingreso menor el costo de dos canastas básicas es insuficiente para superar la pobreza? Se trata de un umbral difícilmente cuestionable. Por una parte, por razones estadísticas, pues el tamaño promedio de los hogares en México es de 3.6 personas con 1.6 perceptores de ingreso por hogar. Por tanto, cada perceptor de ingreso tiene “poco más” de una persona dependiente a su cargo.  
 
A nivel normativo y conceptual el principio es muy claro. El salario debe ser suficiente para mantener a quien trabaja y a su familia. Así lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos y nuestra Constitución. Por tanto, el salario debe ser suficiente para mantener al menos a dos personas, quien trabaja y una persona más. 
 
De ahí, que un ingreso suficiente para dos canastas básicas es un “consenso” como un umbral mínimo indispensable de “ingreso familiar”. De ahí la exigencia de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza de aprobar un salario mínimo legal equivalente a ese monto.  
 
Lamentablemente el salario mínimo aprobado en 2023 (salvo en la frontera) no alcanza.  Le faltan más de 2,500 pesos al mes para cubrir el costo de dos canastas básicas. Pues el salario mínimo general equivale a 6 mil 223 pesos al mes. 
 
Por eso, planteamos la exigencia al sector privado para que las empresas formales, al menos las grandes y medianas, paguen cuando menos 8,600 pesos al mes, netos, para evitar ser “fábricas de pobreza”. (8,600 pesos es una estimación del monto al que se ubicará el costo de dos canastas básicas en los primeros meses de este año). 
 
Los mismos datos abiertos del IMSS muestran que más de 5 millones de las “Ptf” sin ingreso suficiente trabajan en grandes y medianas empresas. Ahí está la gran oportunidad de inicio. La exigencia es urgente y insoslayable para empresas que se ostenten como “socialmente responsables”. No se puede ser “empresa socialmente responsable” y tener personal viviendo en pobreza.  
 
Pero la meta va más allá.  El ingreso familiar suficiente es solo un umbral mínimo y un primer paso. Hay varias iniciativas empresariales que promueven el ingreso digno, que es de un monto mayor. Un monto suficiente para vivir con dignidad, como “clase media baja” y no solo para superar la pobreza.  
 
Es posible que como escribía Luis de la Calle (EL UNIVERSAL 11/01/23) la pobreza baje un poco de 2020 a 2022. Lo que no es tan seguro es que el pequeño incremento en el valor real de las remuneraciones sea suficiente para que mucha gente supere el umbral de pobreza. De hecho, la tendencia laboral de la pobreza de Coneval muestra el mismo nivel en el trimestre 3 de 2022 que en el mismo periodo en 2018: 40%, con una décima de diferencia. 
 
Mientras el trabajo siga produciendo pobreza, en lugar de ser su puerta de salida, los cambios en los niveles de la pobreza en México serán marginales, tanto cuando sube como cuando baja. Esto es lo que debe cambiar y por ahora la IP tiene la palabra.

Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo


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