La precariedad laboral está presente en todo el territorio nacional. Ni los estados más industrializados y con mayor dinamismo económico logran buenas condiciones laborales de su fuerza productiva. Y hay algunos como Sinaloa y Durango que llaman la atención.

Este año, el Observatorio de Trabajo Digno de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza ha presentado cuatro reportes colocando los salarios, las condiciones laborales y el desempleo “bajo la lupa”, con base en los datos más recientes del Inegi y del IMSS.

Sinaloa y Durango aparecen en los primeros lugares en ambas fuentes de información por dos indicadores distintos: bajos salarios y desempleo. Veamos:

En diciembre de 2022, el 62.6% de las personas con trabajo formal en Sinaloa tenían un ingreso menor al costo de dos canastas básicas. Esto es, 374 mil personas registradas en el IMSS carecían de salario suficiente para superar el umbral de pobreza a fines del año pasado.

Le seguían Guerrero (61.7%), Oaxaca (60.9%), Durango (58.5%), es decir 150 mil personas con trabajo formal, Chiapas (56.6%) y Puebla (56.3%). (Reporte 1: “La precariedad invade la formalidad”, disponible en https://frentealapobreza.mx/com-2301/)

En enero, con el incremento al salario mínimo, los porcentajes mejoraron muy poco. Y el orden es casi el mismo. En Sinaloa, 357,545 personas con trabajo formal siguen careciendo de salario suficiente, son el 58.5% del total de las personas registradas en el IMSS. Le siguen Oaxaca (57.3%), Guerrero (56.8%), Durango (53.6%) con 138 mil personas con trabajo formal sin salario suficiente, Michoacán (52.4%), Puebla (52.1%). (Reporte 3. “Trabajos formales sin salario suficiente”, en )

Estos son los datos de precariedad referidos a personas con trabajo formal sin salario suficiente para superar el umbral de pobreza. Son “working poor” como expliqué en mi colaboración anterior ( ).

El reporte que presentamos hoy (28/02) muestra que Durango y Sinaloa también están en los primeros lugares en desempleo, solo por debajo de Tlaxcala (17.5%), le siguen Durango (15.8%) y Sinaloa (14.9%). Con solo unas décimas por arriba de CD MX (14.6%) y Guanajuato (14.4%). Son 150 mil personas en Durango y 249 mil en Sinaloa. (Reporte 4. “Desempleo al desnudo”).

Estas cifras consideran el desempleo completo y no solo la tasa de desocupación. El desempleo completo suma a personas que buscaron trabajo la semana anterior a la encuesta de Inegi (personas desocupadas), y a quienes no lo hicieron porque están desalentadas, personas “disponibles para trabajar que no buscaron empleo (la semana previa a la encuesta) por considerar que no tienen posibilidades”. El reporte presentado hoy explica bien por qué hay que mirar al desempleo completo.

No tengo una explicación sobre por qué Sinaloa y Durango están en esos niveles de desempleo y “fábricas de pobreza”. No es lógico. Quienes quieran justificar la situación dirán que ahí pegó más duro la crisis de la pandemia, o la inseguridad, o ambas. Pero creo que sin minimizar ambas situaciones adversas no bastan como explicación.

Por tanto, hago pública mi sorpresa y mi perplejidad por estos niveles de precariedad laboral en estados del norte del país. Espero las asociaciones empresariales de esos estados -y de los otros que tampoco están bien- quieran hacer algo para remediar la situación.

Quedo a la orden si quieren revisar las cifras, pero sobre todo si hay quienes quieran hacer algo efectivo frente a esta realidad inaceptable. En especial, espero las empresas socialmente responsables sí quieran enfrentar esta situación.

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Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo 

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