La pobreza se redujo entre 2018 y 2022 pero su raíz permanece. Un nuevo reporte del Observatorio de Trabajo Digno titulado “La raíz de la pobreza permanece. Balance sexenal de un sistema laboral excluyente y precario” muestra que las fallas estructurales del sistema laboral mexicano que producen pobreza se mantienen sin cambios sustanciales.

Comparto algunos hallazgos importantes:

Dos de cada tres personas que trabajan y reportan ingreso tienen salarios de pobreza (68%). Su ingreso laboral no alcanza para cubrir dos canastas básicas, son casi 35 millones de personas, 5 millones más que en 2018. Incluso entre quienes tienen trabajo formal en la iniciativa privada, más de la tercera parte (36%) tienen salarios de pobreza.

El incremento al salario mínimo incrementó el ingreso laboral pero no ha reducido la cantidad de “working poor”. México ocupa el lugar 70 de 87 países por el salario promedio (en dólares con paridad de poder adquisitivo). Seis de cada diez personas trabajan sin acceso a servicios de salud por carecer de afiliación al seguro social. Son 36 millones de personas. En 2018, el 58% de la población ocupada tenía trabajo informal, es decir, sin protección social ni derechos laborales, en 2024 es el 56% de la población ocupada. La informalidad permanece.

Estos dos datos son la raíz de las variables con mayor peso en la pobreza, según los datos de Coneval: ingreso inferior a la línea de pobreza y carencia por acceso a seguridad social. Ambas se derivan del mundo del trabajo.

La falta de trabajo tampoco ha cambiado. México ocupa el lugar 120 entre 186 países por su baja tasa de participación laboral. La población económicamente activa era el 60% de las personas mayores de 15 años en 2018 y es igual en 2024

El reporte permite dimensionar el desempleo completo, considera no solo la desocupación, sino también suma a las personas disponibles desalentadas, que ya no buscaron trabajo la semana previa. Asi, resultan 6.6 millones de personas y una tasa de desempleo “completa” de 10%.

La exclusión de mujeres permanece también estable. Hay 13.7 millones de mujeres entre 15 y 64 años que no están disponibles para trabajar por realizar labores de cuidado en su hogar, sin remuneración. La tasa de participación laboral femenina de México es de las peores del mundo y coloca al país en el lugar 138 entre 187 países.

Aunque se atribuye la reducción de la pobreza a los “programas sociales”, esto carece de sustento. Más de la mitad de los hogares con menor ingreso no reciben transferencias de programas gubernamentales y su efecto real en la pobreza es mínimo.

Un documento reciente de la Secretaría del Trabajo (elaborado por Conasami) lo confirma, pues explica: “de las 5.1 millones de personas que salieron de la pobreza, 4.1 millones se deben exclusivamente a los incrementos al salario mínimo”.

Esta afirmación está más cerca de la realidad, aunque se debe tener claro que un decreto no mejora el ingreso de manera directa y que la recuperación del salario mínimo ha contribuido, pero los salarios en su conjunto se los ganan quienes trabajan con su esfuerzo y los pagan las empresas, no la política pública. Por cierto, el mismo documento de la Secretaría del Trabajo reconoce que el salario mínimo general no alcanzó la meta prevista para sin de sexenio, lo suficiente para cubrir el costo de dos canastas básicas. Al salario míinimo en 2024 aún le faltan 1,500 pesos al mes, 50 pesos diarios, para alcanzar ese monto. Urge lograr la meta en 2025. La presentación del reporte se puede ver en .

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