El salario mínimo general (SM) debe aumentar 5% y además recuperar otros 24 pesos por día, para ubicarse en 4 mil pesos por mes.
Este monto aún sería insuficiente para cumplir la Constitución. Pero sería un gran paso en la recuperación gradual de los salarios. Esta recuperación es indispensable, urgente y factible frente a la pobreza y la desigualdad.
Quienes se oponen al ajuste al SM carecen de argumentos sólidos. Los más patéticos son voceros cercanos a grupos empresariales que por un lado se jactan que en sus empresas “nadie gana el salario mínimo”, para después expresar sin tapujos que se debe limitar el ajuste al SM. También quienes en Hacienda y BM todavía mantienen los mitos y miedos basados sobretodo en la “indexación” mental entre SM e inflación.
Desde Acción Ciudadana Frente a la Pobreza hemos insistido en la urgencia de un plan de recuperación gradual del SM. Un plan multianual que permita cumplir lo que dice la Constitución: que el SM sea suficiente para quien trabaja y su familia. Llegar a esa meta requiere varios años y realizar ajustes periódicos.
Por lo pronto hay que avanzar este fin de año. El primer paso se dio en diciembre pasado al colocar el SM al nivel del costo de la canasta básica para una persona. Por primera vez en décadas se superó la violación flagrante a la Constitución.
Para 2020 las organizaciones sindicales proponen ubicar el SM en 130-132 pesos. Una de las principales organizaciones patronales, la Coparmex, coincide en la necesidad de la recuperación gradual. Presentó su propuesta con un rango entre 123 y 128 pesos (redondeando). El acuerdo está cerca.
Sin embargo, hay que hacerlo bien. Por ningún motivo se trata de un incremento de 30% a los salarios (de 102 a 133 ese sería el porcentaje aritmético).
Un ajuste de dos dígitos es inaplicable al conjunto de los salarios. La recuperación sustantiva aplica únicamente al SM. Para recuperar el conjunto de remuneraciones laborales se requieren otras medidas ligadas a productividad.
En diciembre, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) puede aprobar un incremento de 24 pesos con el “Monto Independiente de Recuperación”. (Por cierto, esos 24 pesos también se podrían aplicar a los salarios mínimos profesionales).
Y luego el porcentaje de ajuste podría ser de 5%, es decir 2 puntos porcentuales por encima de la inflación. Es un porcentaje razonable y prudente para el conjunto de salarios. Un 5% sí puede ser referente en negociaciones, y servir como “efecto faro”. Así fue el año pasado. Y no hubo efectos negativos, al contrario.
Llevar el SM a 4 mil pesos mensuales en enero de 2020 es una meta factible
. 24 pesos más 5 por ciento. Sería un paso más. Insistiremos en que a mediados de año se use nuevamente el “Monto Independiente de Recuperación” para otro ajuste al SM. Que a su vez quite presión al ajuste de fin de año.
El Observatorio de Trabajo Digno de “Frente a la Pobreza” (www.frentealapobreza.mx) muestra con datos oficiales que la mitad de personas con trabajo asalariado y empleo, no ganan lo suficiente para adquirir la canasta básica.
Coneval informa cada trimestre que alrededor del 40% de personas ocupadas no ganan lo suficiente para la canasta alimentaria (incluye a quienes trabajan por su cuenta).
El “Índice de Mejores Trabajos” del BID muestra que el mercado laboral mexicano es atípico en América Latina por negativo. Tiene su peor indicador en los bajos salarios.
El trabajo no puede ser fábrica de pobreza. Los modelos de negocios basados en salarios de hambre y pobreza deben desaparecer. El trabajo digno es un derecho humano, y la remuneración suficiente es parte sustancial de ese derecho. #QuienTrabajaNoDebeSerPobre
Consultor internacional en programas sociales. @rghermosillo