Si el trabajo anda mal la economía no puede funcionar. Pretender una economía sólida, y dinámica es imposible si uno de sus factores esenciales, el trabajo, es débil y precario. Hay que erradicar modelos de negocios que no pongan al centro los derechos laborales. Pues además “el trabajo” es el factor humano de la economía.
Cada tres meses, Inegi presenta un panorama desolador sobre el trabajo en México. Con sus datos, se sabe desde hace años que más de la mitad de la población ocupada trabaja en la llamada informalidad. Y que una cuarta parte trabaja en “condiciones críticas” y que hay millones de personas ganando menos del costo de la “canasta familiar”. Y no pasa nada o casi nada. Aun cuando la tendencia se ha ido deteriorando estos 15 años.
Por ello, desde Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (con María Ayala López de Lara, recién fallecida y QEPD) creamos hace dos años el Observatorio de Trabajo Digno. Y ahora presentamos el nuevo Semáforo del Trabajo Digno. El propósito es mostrar que en trabajo nuestro país está en “rojo”. Desde mucho antes de la pandemia. Y Covid-19 lo agravó aún más. Y proponer vías para “pasar a verde”.
El Semáforo muestra que solo 9 millones de personas ocupadas tienen condiciones mínimas decentes, referidas a dos variables: cuentan con seguro social y ganan más de lo necesario para comprar 2 canastas básicas. Son menos de la quinta parte (18%) de la población ocupada y sólo el 12% de quienes tienen edad y condición para trabajar. Es el dato “en verde” del semáforo. Es la cantidad que debe crecer.
El Semáforo “en amarillo” presenta a 35.3 millones de personas con trabajo precario. Carecen de seguro social o de ingreso suficiente para dos canastas básicas, o de ambas. Son casi 4 veces más que las que tienen condiciones mínimas.
Finalmente, en rojo, el Semáforo del Trabajo Digno muestra que 24.6 millones de personas en edad y condición de trabajar, no lo hacen. Una parte son 9.4 millones de personas desempleadas. Y la otra parte, 15.2 millones no están disponibles para trabajar, porque están trabajando . . . pero sin remuneración, en su hogar en labores domésticas y de cuidado. Casi todas son mujeres (95%).
Se requiere un cambio de fondo del sistema laboral. Es indispensable para reactivar la economía más pronto. Sin activación del mercado interno, dependemos solo de exportaciones. Respetar derechos laborales, con remuneración suficiente, es la vía para una reactivación económica que no sea volver en 4 años a como estábamos a inicios de 2020, porque no estábamos bien.
Negocios que pagan lo mínimo posible, evaden la seguridad social, ofrecen contratos temporales, usan contratos de protección con “sindicatos” de simulación, y en general, adoptan prácticas que violan el derecho humano al trabajo digno, deben ser rechazados en la comunidad empresarial y sancionados por la autoridad. Pero no basta.
Se requieren también otras medidas y sobre todo, urge revisar el modelo de seguro social, iniciando por la salud. Mantener el actual modelo condena a la exclusión a más de la mitad de la población, eleva costos a la creación de empleos y empuja a millones de micro y pequeñas empresas a la informalidad, para evadir o reducir el costo del IMSS, Infonavit y demás carga “social” sobre el trabajo. Esa es la propuesta de fondo de “Frente a la Pobreza” y será materia de mi siguiente colaboración.
El Semáforo nacional, los regionales y de las entidades federativas se pueden consultar en https://frentealapobreza.mx/semaforo-de-trabajo-digno/
Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo