EL CUIDADOR QUEMADO:
El “CUIDADOR QUEMADO” es aquella persona que lleva la sobrecarga de cuidar todas las necesidades de enfermos imposibilitados de realizar ciertas actividades (Caminar, comer, bañar, asear, vestirse, tomar medicamentos, etc.) por algún padecimiento crónico, físico, mental o de la tercera edad (ejemplo: Alzheimer, Demencia Senil, Parkinson, cáncer, parálisis total, etc.).
Los adultos mayores, los pacientes crónicos, con enfermedades terminales, los discapacitados requieren mayor atención que lleva al cuidador a afectarse tanto emocionalmente, agotamiento físico, afectación social y económica, trastornos de ansiedad, estrés crónico, depresión, insomnio, irritabilidad, ira, apatía, desesperanza, melancolía, aislamiento, el abandono de expectativas antes deseadas e incluso con conflictos familiares, etc. El desgaste es mucho mayor cuando cuidador y enfermo conviven juntos por la demanda constante de atención.
Hoy en día las familias son menos numerosas, la expectativa de vida mayor, la incorporación de las mujeres al mundo laboral, hace que la tarea de cuidado de las personas dependiente sea cada vez más difícil.
TRATANTES: PSIQUIATRÍA y PSICOLOGÍA
CAUSAS:
El estrés físico y psicológico afecta al cuidador por tareas monótonas, sin descanso, sin remuneración y repetitivas, llevarlo a ideas irracionales de autolesiones e incluso a quien cuida.
También ocurre ante expectativas poco realistas del cuidador esperando que sus cuidados causen efectos positivos inmediatos, llevándolo al agotamiento, decepción, culpabilidad, frustración, etc. más, si no cuenta con los recursos para ello; así mismo si es el único responsable de los cuidados, sin un apoyo familiar.
CUIDADOS AL CUIDADOR:
Para evitar el “Síndrome del Cuidador” es necesario conocer muy bien las características de la enfermedad del paciente, su conducta, emociones, necesidades, actitudes, manifestaciones y su evolución para evitar falsas expectativas y buscar ayuda cuando se requiera.
Un cuidador empático puede encontrar satisfacción de cuidar a un enfermo que no se vale por sí mismo y no siempre generar sentimientos negativos,
Se deben evitar conflictos o reproches familiares como el reprochar a quien cuida al enfermo por pasar más tiempo dedicado a la atención del paciente que al resto de la familia, etc.
Por ello, el cuidador debe estar muy alerta en su propio autocuidado, su ánimo, su desgaste físico y mental y atender sus propias necesidades con relajamiento, descanso, vacaciones, convivencia familiar, distracciones, remuneración, etc.
CONCLUSIÓN:
Cuidar a un paciente crónico, discapacitado o adulto mayor que no se vale por sí mismo es una tarea extenuante que como se mencionó, afectará tanto la salud física y mental del cuidador, más aun siendo el único a cargo.
Debe entenderse que la responsabilidad debe compartirse equitativamente con cada familiar y no recaer en uno solo, generalmente es en una mujer como suele suceder. Donde ninguno apoya al cuidador y por lo común son ellos quienes eligen quien “deberá” ser el cuidador; algo que es injusto, vergonzoso y egoísta donde se requiere el compartir las responsabilidades entre la familia y no afectar la vida de uno solo de sus miembros; o bien contratar personal capacitado y compartir gastos y tareas.
DR. RODOLFO GÁLVEZ ESTRADA CÉDULA PROFESIONAL 787391 UNAM