Los poderes del Estado mexicano trabajan juntos y con respeto a su independencia: este miércoles, el ministro Arturo Zaldívar firmó junto al Presidente de la República una iniciativa de Reforma Judicial que busca responder a las víctimas del delito.
Unas horas antes, el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, estuvo con un grupo plural de diputadas en la Cámara para hablar sobre el delito del “feminicidio”.
El 14 de junio de 2012, el Diario Oficial de la Federación incluyó en el artículo 325 del Código Penal Federal: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género…” Fue la primera vez que el Estado mexicano respondió para tipificar un delito que no se consideraba.
Como resultado de la inseguridad y deficientes procesos de procuración de justicia durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló, en diciembre de 2018, que 50% de los feminicidios en México no eran consignados ante la justicia y 90% permanecía en la impunidad.
¿Por qué razón no puede alcanzarse justicia para las mujeres? ¿Existen problemas en la aplicación de la norma?
Quizá a eso se refirió el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, al afirmar que: “Un acto de buena voluntad no es el que resuelve las cosas; un artículo que no está bien estructurado nos va a dar una serie de problemas en el camino que no se pueden imaginar. No vamos a quitar el feminicidio, eso ni lo discutamos, sino, qué necesitamos para defender al género femenino ante una agresión de esa naturaleza”.
En la última semana, una serie de equívocos pareció advertir que nuestro Fiscal General pretendía borrar el delito de feminicidio, lo que parecía un despropósito frente a lo que vivimos las mujeres en México. Está desmentido.
En la democracia hay que escuchar los argumentos. Fue importante que el Fiscal dialogara con el grupo plural de diputadas que, salve la mención, tenemos definida una Agenda Legislativa con perspectiva de género que impulsaremos durante este período en la Cámara de Diputados.
Ante nosotras, afirmó: “Cuando un tipo penal es sumamente complicado, no ayudamos a la víctima, tiene que ser un tipo penal tan claro, tan preciso, que tenga una objetividad tal que cuando lleguemos ante los jueces no se nos vengan abajo los asuntos porque faltó el detalle específico que finalmente era el que iba a defender a la víctima”.
En México, buscamos deconstruir la estructura social que puso las bases para que la violencia contra las mujeres fuera invisible y estuviera justificada. El término “feminicidio” abrió las puertas para observar lo que no queríamos ver.
Hoy, no podemos ir atrás, pero debemos perfeccionarlo. Ahí la tarea de los poderes del Estado y nuestra responsabilidad frente a las víctimas.
Diputada federal