Una batalla mundial en varios frentes ligados a la vacuna contra la Covid-19 —desde el hackeo de fórmulas hasta la presión para “reventar” patentes privadas— atrajo ya un desplome en la oferta de dosis. Hay un riesgo de caos, más grave en naciones como México, donde la pandemia parece estar fuera de control, la incapacidad gubernamental crece cada día y el problema se ha politizado.
Una respuesta sensata supondría secundar al nuevo presidente norteamericano Joe Biden : comprará millones de vacunas, pero anunció fondos extraordinarios para más pruebas de laboratorio, adquisiciones masivas de equipos de protección, uso irrestricto del tapabocas y control a viajes desde el exterior. “Tardaremos muchos meses en llegar a donde queremos”, aceptó.
Aquí, en cambio, la administración López Obrador parece decidida a empeorar las cosas: el Presidente anunció que se “cederían” vacunas a naciones más pobres, pero no hay evidencia alguna de ello. Y al cierre de la semana sorprendió al decir que se autorizará a gobiernos estatales y empresas privadas comprar directamente vacunas …cuando los laboratorios ofrecen tiempos de entrega hacia bien entrado el próximo año.
El fracasado estratega Hugo López-Gatell ofrece nuevamente el peor rostro de nuestro desastre: viajó a Argentina para “aprender” de los avances en las negociaciones con la vacuna rusa Sputnik V , festivamente anunciada allá en diciembre con la promesa de inmunizar a 10 millones de argentinos (casi 20% del país) entre enero y febrero. Pero el gobierno del presidente Alberto Fernández , “amigo” de López Obrador y que recibió en audiencia al protagónico subsecretario, aceptó ya que dicha vacuna no es apta para personas mayores de 60 años, las de mayor riesgo. Ni Fernández (quien dijo que sería “el primero”) ni el líder ruso Vladimir Putin se la han administrado.
De acuerdo con Clinicaltrial.gov, el mayor registro mundial de ensayos clínicos, administrado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos , que monitorea 329 mil ensayos en 209 países, la Sputnik V no concluirá sino hasta mayo su Fase III de pruebas, indispensables para obtener aprobación para su venta.
Sin embargo, todo indica que el gobierno López Obrador, por conducto de López-Gatell Ramírez, apostará a la vacuna rusa para maquillar la crisis. Antes debe lograr la autorización por parte de Cofepris , cuyo titular, José Novelo , acumula meses de virtual ausencia por una dolencia médica crónica. El permiso para la autorización de la Sputnik V traería entonces la firma de América Orellana —impuesta en una posición clave por el mediático vocero de la pandemia apenas en noviembre pasado.
Quizá la señora Orellana debería verse antes en el espejo de Miriam Veras , ex responsable de los programas de vacunación en Salud e incondicional de López-Gatell, a la que éste desechó cuando su programa de vacunación, con unas cuantas dosis, se atascó y debió ser rescatado por el ejército.
López-Gatell desahogó en Argentina una oscura agenda de reuniones con intermediarios de farmacéuticas justo en el momento en que en ese país estallaba un escándalo de acusaciones de corrupción contra funcionarios públicos por parte de laboratorios internacionales.
Otro “aprendizaje” del lamentable enviado presidencial parece estarnos llevando aquí al mismo tango argentino de una pugna entre el bloque más radical del régimen Fernández-Kirchner para culpar a sus adversarios internos. Apenas regresó a México López-Gatell, su tutora política, Irma Sandoval , secretaria de la Función Pública, inició una investigación contra funcionarios de la cancillería que han estado a cargo de las negociaciones con las sedes corporativas en la azarosa ruta de la vacuna. Valdrá la pena retomar todo este tema pronto.